A raíz del asesinato de la joven Rosita a manos de otros menores, la pregunta que queda en el aire es: ¿qué puede motivar a una persona tan joven a cometer un delito como ese?
La psicóloga Perla Rojo, titulada por el Instituto Universitario de Ciencias y Humanidades, explicó que existen muchos factores detonantes de este tipo de conductas.
Rojo señaló que en adolescentes, es la crianza en la primera y segunda infancia en la cual probablemente no se detectaron conductas agresivas.
«Esto se debe a que no se le aportó un modelo positivo por parte de su cuidador principal; llámese mamá, papá o figura de apego», dijo.
Señaló que la carencia de un modelo positivo puede traer consecuencias graves durante la adolescencia; la etapa en la cual forman su personalidad.
Factores que influyen en los menores
La especialista explicó que existen cambios, tanto físicos como emocionales, que en ocasiones a los menores les cuesta trabajo adaptar.
Dichos cambios generan irritabilidad o baja tolerancia a la frustración, lo que puede desembocar en conductas violentas o en desórdenes.
¿Qué son los desórdenes de la conducta?
Generalmente se generan por problemas emocionales y del comportamiento; quienes sufren de estos desórdenes manifiestan dificultad en seguir las reglas y comportarse de manera socialmente aceptable.
Perla Rojo indicó que a estos menores los tachan como delincuentes, ya sean sus pares o adultos que les rodean, lejos de pensar que puedan padecer un trastorno mental.
Qué contribuye a que los menores desarrollen un desorden
Sufrir abuso físico, emocional o psicológico, fracaso escolar, experiencias de vida que generen un estrés postraumático, o bien un daño cerebral al nacer son factores que facilitan la creación de un desorden de conducta.
Comportamiento agresivo hacia personas y animales, destrucción de la propiedad, entre otros, pueden manifestarse en menores con estos problemas.
Dijo que en la mayoría de los niños y adolescentes afectados también pueden existir otras condiciones como ansiedad o abuso de sustancias.
Otras señales son: problemas de aprendizaje o bien, pensamientos desordenados.
Apuntó que los niños que demuestran estos comportamientos deben de recibir una evaluación junto con su familia; estos deben atenderse bajo un tratamiento integral a tiempo, de lo contrario los problemas continuarán.
Diferencias entre agresividad y violencia
La especialista dijo que es importante conocer la diferencia entre agresividad y violencia.
La primera se puede decir que es inherente al ser humano, una respuesta innata ligada a la supervivencia.
Por el contrario, la violencia es una tendencia o disposición a comportarse agresivamente.
Ofender de manera verbal, faltar al respeto o provocar a las personas de manera intencional son ejemplos claros de una actitud violenta.
La violencia, según la OMS, es el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo contra uno mismo, otra persona, grupo o comunidad.
Este comportamiento lleva a causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones que finalmente desencadenan en sus víctimas la posibilidad de replicar estos actos.
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