Este río nos divide pero no nos separa, dijo el obispo Peter Valdachinno de Las Cruces, Nuevo México, al oficiar la Misa Binacional por los Migrantes Muertos, que se llevó a cabo este sábado a un lado de la Casa de Adobe, en el punto donde se unen tres estados y dos países.
Durante el evento, el obispo de Juárez, José Guadalupe Torres, presentó una petición para que toda la comunidad se una en un compromiso y una política regularizada entre países a favor de los migrantes, pero también para pedir que cada quien, desde su iglesia o posición en la sociedad civil, contribuya ayudando a los hermanos migrantes.
La misa realizada a la mitad del río contó además de Valdachinno de Las Cruces, con la participación de los obispos de Juárez, José Guadalupe Torres y Mark Seitz de El Paso, quien mencionó que en la frontera entre Estados Unidos y México han muerto 686 migrantes en los últimos meses y que han sido 148 los decesos que ha habido entre Juárez y El Paso de personas que trataban de llegar al país del norte por esta región.
“Esta misa la realizamos por los difuntos migrantes, en una acción de gracias, una acción de vida, pedir humanidad. Somos una humanidad, una comunidad de hermanos. Creamos puentes que nos unen fraternalmente. Oramos por los difuntos, pedimos por la paz, un voto a favor de la vida de cada uno de la humanidad, sobre todo de cada uno de nuestros hermanos migrantes”, dijo el obispo juarense.
Durante la misa, Valdachinno hizo una analogía entre las visitas que se reciben en casa y la llegada de migrantes a Estados Unidos, lugar al que llamó ‘la gran casa’.
“Estamos dándole la bienvenida a personas a nuestro hogar, recordando solo a veces que todos estamos en la tierra y en el hogar del Padre. Nada de esto nos pertenece. Todo le pertenece al padre celestial y algún día él nos pedirá cuentas a nosotros de cómo administramos las bendiciones que ha enviado a nuestra vidas. No lo olvidemos. Así que hermanos y hermanas en Cristo, no solo aquí, sino en todo el mundo, lo que nos divide es el pecado, lo que nos une es el Espíritu Santo que atestigua que somos hijos de Dios”, expresó.
Construyamos puentes
“No tengan miedo. Es el miedo el que nos lleva a conductas extrañas. No tengan miedo. Somos gente de fe. Pongamos nuestra fe en práctica y construyamos puentes, lo que no significa que vayamos y vengamos cuando nos plazca. Estoy seguro que al final del día cerrarán la puerta de la casa, y probablemente le pongan candado también, pero luego la abren para poder salir. Debemos salir. De otra manera se enterrarán y encerrarán en su hogar y al llegar el día de su funeral dirán hoy lo enterramos, pero ha estado muerto desde mucho antes, así que no seamos necios. Podemos ser necios ante los ojos del mundo, pero seamos sabios ante los ojos de Dios”, solicitó Valdachinno.
“Si el mundo nos llama tontos, necios, pero somos sabios ante los ojos de Dios, felicitaciones. Habremos ganado el premio… Muy conscientes de nuestra fragilidad, de nuestras distorsiones mentales, para que permitamos a Dios a que entre en nosotros para extender la mano a todos, que vayamos a compartir el símbolo de la paz más adelante”, manifestó el obispo de Las Cruces.
El obispo Torres Campos de Juárez manifestó que se trató de una fiesta para Chihuahua, Texas y Nuevo México, enmarcada por los brillantes colores de las numerosas banderas que enarbolaban los entre 80 y 100 migrantes que fueron llevados a la ceremonia desde los distintos albergues que existen en la ciudad.
Piden por una política migrante efectiva
“Un mensaje de luz, de vida, como el día de hoy, esplendoroso. Un mensaje de esperanza. El señor obispo Peter de Las Cruces mencionó en su homilía que Cristo venció, ha salido victorioso. Ha vencido a la muerte. Nos entristece. El obispo Mark mencionó las muchas muertes que ha habido, y eso nos entristece, pero el mensaje es de esperanza, tener confianza en Dios”, declaró.
“Una petición, un compromiso, que todos nos unamos en favor de una política regularizada entre países en favor de los migrantes, pero también que cada uno desde su iglesia o posición en la sociedad civil contribuyamos ayudando a nuestros hermanos migrantes”, reiteró Torres Campos.
Al evento religioso asistieron unas 500 personas a ambos lados del río Bravo, desde sacerdotes y monjas hasta feligreses que intercambiaban saludos de un lado a otro en tanto los obispos de Juárez, El Paso y Las Cruces ofrecían su misa y palabras de esperanza para todos aquellos que buscan una mejor vida.
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