Ciudad de México.-A propósito de los sismos del 19 de septiembre, ocurridos con 32 y cinco años de diferencia entre sí, un sismólogo de la UNAM habla de la coincidencia de este fenómeno, desde una perspectiva científica, pues si bien, el experto de la UNAM reconoció que todavía falta mucho por aprender, también expresó que los sismos son imprevisibles y no pueden predecirse.
El día de ayer ocurrió el tercer sismo de gran magnitud (7,7 grados de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional) que tiene lugar en una misma fecha pero de diferente año.
A partir de esta coincidencia, expertos en modelos matemáticos como Arturo Erdély, indicaron que la probabilidad de que un movimiento telúrico con sismicidad semejante a la ocurrida en años pasados se coloca en un orden de dos a 100 millones, lo que indica una posibilidad muy baja.
Estos planteamientos han despertado en la población múltiples interrogantes acerca de si hay una explicación científica que responda a dicha coincidencia. En menos de 24 horas, los medios de comunicación se han dado a la tarea de consultar a los expertos en el tema para desentrañar esta incógnita que preocupa a todas y todos.
Por ello, esta mañana, el doctor David Novelo Casanova, investigador del Departamento de Sismología, parte del Instituto de Geofísica de la UNAM, fue consultado por un noticiario nacional para conocer los argumentos científicos que explicarían la ya denominada “coincidencia del 19 de septiembre”.
En entrevista, el doctor Novelo Casanova reiteró que un sismo no puede predecirse, pues este fenómeno ocurre inesperadamente. “Es algo imprevisible, algo inesperado y por eso (se utiliza) la palabra coincidencia” para describirlo.
“Es algo que no podemos explicar”, indicó. Además, recordó que cada uno de los sismos que han tenido lugar en un 19 de septiembre; 1985, 2017 y 2022, ocurren en un país de naturaleza sísmica.
“(México) tiene una gran región sísmica, que va desde Nayarit y Chiapas, una gran zona donde pueden ocurrir sismos importantes, de magnitud siete o mayor, en los que nuestras ciudades y comunidades están expuestas”, señaló.
El doctor en geología y geofísica también dijo que dentro de esta área, se encuentra la brecha sísmica de Guerrero, en la cual no han ocurrido sismos de más de 7 grados de magnitud, por más de un siglo: “Por razones obvias, entre más pasa el tiempo y no ocurre un sismo en el área sísmicamente activa, la probabilidad de que ocurra (un sismo de gran magnitud) es grande”.
Por lo que el sismólogo aseguro que él y sus colegas se han concentrado en el monitoreo del área, por medio de la instalación de instrumentaría y se han llevado a cabo estudios que sugieren que podría suceder un sismo mayor a los 7 grados, sin embargo, recordó que entre más lejos se encuentre el epicentro de la Ciudad de México, los daños que pondría causar serían menores.
Finalmente, David Novelo también abordó la postura de la UNAM, expresada el día de ayer, en la que sugería que se necesitarían nuevas líneas de investigación para conocer lo que está ocurriendo. El doctor dijo que los análisis en torno a los sismos no pueden limitarse a la estadística y probabilidad, pues es necesario agregar estudios de mediciones físicos de la zona.
