La denuncia pública de 11 nuevos casos de abuso sexual infantil en la Guardería Gussi ha desatado una ola de indignación entre familias juarenses, quienes acusan a las autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) de encubrir con su silencio y omisión la violencia que sufren niñas y niños bajo resguardo institucional.
A dos semanas de que estallara la primera denuncia, los padres y madres afirman que no hay avances sustanciales en las investigaciones, ni personas detenidas
Las maestras continúan libres y la directora del plantel no ha dado la cara. Mientras tanto, los testimonios se multiplican, las heridas emocionales se profundizan y el Estado calla, aseguran.
Otros, como la agrupación Amazonas, advierten que esta no es una crisis aislada, sino una señal de alarma, ante la existencia de una red de impunidad que protege a agresores y revictimiza a las familias.
De acuerdo con sus registros, ya son 80 casos similares, los ocurridos en guarderías de la ciudad, todos bajo investigación de la FGE, sin resultados visibles, a pesar de que algunos de ellos ocurrieron hace más de un año.
Los borrones en la fachada de Gussi
“El Estado ha fallado en su deber más básico: proteger a la infancia. Y en su lugar, opta por el silencio”, denunció una de las madres durante la protesta realizada frente a la guardería ubicada en la colonia Hidalgo, hoy cerrada y con su nombre borrado de la fachada.
Este sábado, con lágrimas y profundo dolor, las familias cuestionaron públicamente a las autoridades investigadoras por su desempeño. Aseguraron que once menores fueron dictaminados como positivos en los exámenes médicos realizados por la FGE, confirmando indicios de abuso sexual.
La madre de una de las pequeñas víctimas relató que, durante los últimos días en que llevó a su hija de dos años a la guardería, comenzó a notar señales preocupantes: “Me la regresaban manchada de heces”, dijo.
Las explicaciones de las cuidadoras le parecieron contradictorias e inverosímiles, recordó.
Recuerdos que hieren
Fue el 2 de julio cuando otra madre hizo pública una primera denuncia. Ese mismo día, en un mensaje escueto enviado por WhatsApp, la administración notificó que cerrarían el plantel por diez días “por órdenes del IMSS”, sin ofrecer detalles.
En ese lapso, la niña mencionada por su madre despertó una mañana y dijo: “Abuela, ya no me duele mi colita… mi maestra me metía los dedos”.
Según la denunciante, la menor incluso mencionó por nombre a una de las personas implicadas, información ya proporcionada a la Fiscalía.
Tras presentar la denuncia, personal médico especializado de la FGE determinó que “alguien le hizo daño” utilizando un objeto pequeño sin punta, por las lesiones encontradas en la región vaginal y anal. La madre rompió en llanto al recordar los hechos.
Otras madres indignadas lamentaron que, desde el 6 de julio que fue presentada la primera denuncia formal, la Fiscalía no ha realizado acciones claras.
“Las del Ministerio Público nomás dicen que están de vacaciones. No es justo que actúen con tanta indiferencia ante algo tan grave”, expresó una de ellas.
Silencios que matan
Criticaron también que las maestras sigan libres y que ni siquiera la directora haya respondido públicamente.
“Desde el comunicado del 10 de julio en que se anunció la suspensión del servicio, nadie ha dado la cara”, reclamaron.
La protesta tuvo lugar frente al inmueble ubicado en la calle Constitución 877, casi esquina con avenida Malecón, donde funcionaba la guardería.
Un edificio que, durante ocho años, gozó de buen prestigio, según relataron algunas madres, y que hoy permanece cerrado, con su nombre borrado con pintura.
Las familias también denunciaron que han perdido todo contacto con el personal de la guardería a través de redes sociales. Algunos aseguraron que han visto personas retirando objetos del interior del plantel durante las noches, lo que hace temer la posible destrucción de evidencias.
A la protesta se sumaron integrantes de la Agrupación Amazonas, quienes vestían de negro y con el rostro cubierto para resguardar su identidad. Su vocera explicó que el colectivo surgió ante el alarmante incremento de denuncias de abuso y violencia sexual en guarderías de Ciudad Juárez.
“Estamos aquí para levantar la voz. Son actos criminales que la sociedad debe conocer, sin importar si son o no nuestros hijos, porque todos son nuestros”, declaró.
Afirmó que desde que estalló esta crisis, han documentado al menos 80 casos similares en distintos centros de cuidado infantil en la ciudad, todos bajo investigación, pero sin una sola sentencia o imputación formal.
“Mucha gente cree que esto es una farsa, que la Fiscalía nos paga, que somos grilleros. Pero no nos gusta estar aquí paradas bajo el sol, frente a las cámaras. Lo hacemos porque no podemos permitir que monstruos sigan dañando a nuestros niños”, afirmó una de las manifestantes.
“No estamos en contra de las instituciones, sino de quienes cometieron estos crímenes y de los que los encubren”, sentenció.
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