La proliferación de viviendas abandonadas en el Centro de Juárez es una condición que se ve complicada por problemas testamentarios y legales, afirma urbanista.
Se trata de una zona vieja con población formada principalmente por adultos mayores, muchos de ellos fallecidos, señala la doctora y académica Elvira Maycotte; los herederos, más jóvenes y viviendo en otra parte, no tienen interés o encuentran problemas testamentarios, con propiedades intestadas, que prefieren dejar en abandono, comenta.
“Un trabajo que hicimos hace años mostró que muchos herederos han hecho su vida en Estados Unidos y han dejado en el olvido esas propiedades; esto debido en gran parte a problemas legales porque, como sabrá usted, no es una práctica propia de los mexicanos el hacer el testamento”, indicó.
Desairan viviendas en el viejo barrio
Comenta que otra razón es que los hijos, al formar una familia, buscan progresar haciendo su vida en sectores más modernos; esto los lleva a resistirse a volver al viejo barrio, y simplemente no quieren saber nada de la vieja propiedad.
“Por eso es que por más programas de recuperación y de mejoramiento del entorno que haya las autoridades topan en pared, por este tema legal; ahí es cuando empiezan a darse los problemas y las dificultades para resolver la situación que este abandono representa”, afirma.
El Plan Parcial del Centro Histórico del IMIP realizado en 2014, advertía que el Centro retenía apenas el 38.5 por ciento de su población original.
El documento destaca que en 1950 residían allí 41 mil 664 personas, y que para el año 2000 la población disminuyó a 16 mil 30.
En ese lapso el sector Centro perdió 25 mil 634 residentes, es decir el 61.5 por ciento de su población original; ese despoblamiento, señala el estudio, causó a su vez una disminución en las actividades económicas, con un consecuente proceso de cierre de negocios.
Derivado de este y otros estudios, el Plan Municipal de Desarrollo 2020 contemplaba este tema en su redacción final con una serie de metas específicas.
Concretamente planteaba acciones para generar “centralidades urbanas” tanto en nuevas áreas a urbanizar como en zonas donde actualmente prevalece un alto índice de viviendas abandonadas.
En los objetivos planteaba abatir en un 50 por ciento el número de viviendas abandonadas e irregulares respecto al 2020, incluyendo al sector Centro.
Inversión, el otro freno
Algo que, sin embargo, para Maycotte queda corto, pues además del aspecto legal se requeriría destinar una fuerte inversión a fondo perdido.
“Tendría que ser un objetivo eminentemente social, pues realmente no se podría recuperar nada de esa inversión, incluyendo hasta el rezago en impuesto predial”, destacó.
Destacó que un programa así de fuerte inversión y sin ánimo de recuperación económica sí podría generar realmente un impacto; el efecto se reflejaría en materia de imagen urbana, ambiental, de seguridad y de salud, según señaló.
Cuestionada respecto al posible ejercicio de acciones de expropiación, descartó tal posibilidad aduciendo que esto podría politizar la situación, algo que generalmente se prefiere evitar.
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