Pablo Muñoz: desafiar al destino para alcanzar el éxito

A los 23 años Pablo Muñoz le arrebata sueños al destino. Lo reta; el desafío es su especialidad, pese a su corta edad.

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Hoy es de Nueva York aunque nació en El Paso y sus raíces, su hogar, está en Ciudad Juárez.

“Soy una culminación de mi vida. Mi persona representa lo que he vivido. Alguien que cuando le dicen no, repela, ¿no?, ¿pero por qué?”, se describe.

Es mexicoamericano de una riqueza invaluable. Un privilegiado, dice, porque puede ser de un mundo o del otro, o tomar lo mejor de cada una de sus dos naciones y mezclarlas.

“Me siento que soy capaz de ser 100 por ciento ambos, es un balance. Yo allá soy 100 por ciento mexicano y 100 por ciento americano, nunca escondo el hecho de que soy mexicano”, agrega.

Si está en un bar viendo un partido de futbol le va a la selección mexicana, pero si estuviera en la disyuntiva de elegir con cuál seleccionado jugar, optaría por la estadounidense.

“Elegiría la selección de EU porque es un equipo que no tiene mucho, no ha crecido, sigue estancada y con una afición no muy grande“, explica.

Pero no se trata de menospreciar a México. En su visión, la selección más débil le daría la oportunidad total de “crecerla”, sería mayor su reto. “Para qué ir a dar los talentos en donde vas a ser menospreciado”, cuestiona.

Pablo niño

Cuando niño, Pablo era inquieto, “vago”, lleno de sueños. Quería ser un gran futbolista, como los ídolos de la selección mexicana.

Odiaba a las Chivas de Guadalajara y se inspiraba en la extrovertida carrera del Adolfo “Bofo” Bautista. “Me gustaba mucho, por loco”.

También admiraba a Francisco “Kikín“ Fonseca ,y cuando fue portero, su inspiración fue el seleccionado Osvaldo Sánchez Ibarra.

Practicó el futbol hasta la preparatoria, llegó a ser campeón estatal y obtener el reconocimiento como el mejor portero del equipo. Su talento deportivo lo impulsó a conseguir oportunidades en algunas universidades.

Fue así como llegó a St. John’s, en Nueva York. Acudió a los trayouts (visorías) y se quedó por los estudios.

Llegar a NY

Decidió cambiar de residencia y continuar su preparación académica lejos de casa. Con la cabeza llena de ideas, indefinido respecto a la carrera que elegiría.

“Empecé estudiando Administración de Empresas un semestre, pero no era lo mío. Pasé a Psicología dos semestres. En eso días conseguí una cámara y empecé a tomar fotos y videos, a desarrollar proyectos. Tomé un curso en donde me enseñaron a hacer películas”, relata.

Su vida dio un giro. Sus amigos se enteraron que era bueno con la cámara y empezaron a contratarlo. Tenía amigos trabajando en el mundo de la moda, vieron su trabajo y lo invitaron a colaborar con ellos.

El éxito se asoma

Le pidieron cubrir el Fashion Week para hombres, en Nueva York. Pablo entregó las fotos que le solicitaron y un video que armó por iniciativa propia, por considerar que ese era su fuerte.

“El video se volvió viral, el más visto de ese fashion… a partir de ahí empezaron a caer los trabajos”, recuerda.

Se involucró más en la moda y optó por cambiar su carrera a Comunicación.

“No sabía si me dedicaría a la moda o al video, pero sabía que Comunicación me daba la versatilidad de abarcar todo eso”, relata.

La moda se volvió demandante y problemática así que la dejó y empezó a buscar opciones en donde pudiera aplicar mejor la comunicación.

Así fue que llegó a la BBC, como parte del equipo de practicantes.

Recuerda que para él, el hecho de que lo aceptaran fue extraordinario porque en su universidad el fuerte no era comunicación.

Llegó a codearse con estudiantes de grandes universidades como Stanford, Columbia o la NYU (Universidad de Nueva York), Sólo era un practicante a quien no le pagaban. Al poco tiempo le ofrecieron trabajo como freelancer y con eso se la “rifó” hasta terminar sus estudios.

Al concluir la universidad le dieron la oportunidad de quedarse como coordinador de medios digitales y se dieron cuenta que podía hacer más, pero no hubo retribución económica, pese a que la solicitó.

Así fue su llegada a la revista Time

Pablo decidió buscar nuevos horizontes hasta ubicar una vacante en Time, una de las revistas más prestigiosas del mundo.

Mandó su solicitud y le hablaron para entrevista. Pasó todos los filtros y muy pronto (24 de febrero 2020), se convirtió en el Gerente de Contenidos Digitales de la revista.

Apenas se encaminaba con su nuevo equipo cuando apareció en el panorama mundial la pandemia por coronavirus. La situación lo forzó a regresar a casa, a trabajar a distancia por la contingencia.

El “home office” lo realiza a 3 mil 054 kilómetros de distancia, hay dos horas de diferencia en el tiempo horario, pero eso no importa para Pablo; él disfruta las oportunidades que le ha brindado el Covid-19, recarga las pilas, “feliz y apapachado” por los suyos en Ciudad Juárez.

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