Los cambios en cuanto a política migratoria que llevará a cabo Joe Biden no serán inmediatos, pronostica el director del Centro México del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice en Houston, Tony Payán.
Para el especialista en temas fronterizos, las legislaciones que dejó establecidas Donald Trump habrá que modificarlas a través de nuevas propuestas. Estas deberán seguir un proceso desde el senado.
Y Biden, por lo menos durante dos años, va a tener control del Senado y de la Casa Blanca. Será una oportunidad realmente importante para hacer una nueva reforma migratoria e ir cumpliendo lo prometido durante su campaña.
Lo primero que hay que entender, dice Payan, es que hay una diferencia sustantiva muy importante entre Trump y Biden. Abarca desde la personalidad y la forma de hacer política, que repercutió de manera directa en la política migratoria.
Era Biden: adiós a la xenfobia
Trump hizo de la frontera una de sus banderas políticas centrales, utilizó el tema migratorio como una plataforma para incentivar miedos y xenofobia.
Biden, mientras tanto, no tiene esos instintos. Eso brinda ciertas certezas de que manejará la situación de una manera más institucional y sin cargas xenofóbicas.
“Eso se puede observar claramente al incluir en su gabinete como vicepresidenta a Kamala Harris”, sostiene Payán.
“Aunque no va a cambiar de manera inmediata la situación, se iniciará un cambio en las bases muy alejada de la visión punitiva de Donald Trump”.
El futuro del muro
Para el experto en política binacional, Biden ha sido muy claro en afirmar que la construcción del muro se detiene. También hizo un recuento de lo construido desde tiempos de Bush como presidente, que fue cuando se inició la construcción en 2007, y que siguió construyendo el expresidente Obama.
La frontera tiene una longitud de alrededor de 2 mil millas, unos 3 mil 218 kilómetros; 700 millas que son mil 126 kilómetros se encuentran en tierra. Mientras tanto, las restantes mil 300 millas -que equivalen a 2 mil 092- kilómetros corren por el río Grande.
Donald Trump utilizó el muro de manera ideológica. Para él fue la base de su política para mantener a su electorado entusiasmado.
Entre las promesas fuertes que manejó Biden estuvo la de detener la construcción del muro, aunque no va a derrumbar lo que ya está construido, nunca lo prometió.
“Lo que sí creo es que habrá mayor vigilancia, más agentes, más vehículos, más luces, más sensores, más cámaras y quizás drones vigilando la frontera; es decir, la estructura que vemos va a continuar”, dice Payán.
Migrantes varados seguirán esperando
A una semana de irse, Trump sigue cambiando la normatividad migratoria. Stephen Miller, uno de sus consejeros -es un tipo perverso-, entiende muy bien la política migratoria, y entiende muy bien la normatividad para ir cerrando oportunidades, plantea el investigador.
Biden va a encontrar ahí un gran problema que no se va a resolver de manera inmediata, advierte.
A los migrantes varados no les quedará otra más que seguir esperando.
El sistema migratorio tiene 460 jueces, son cortes especializadas. Los jueces de migración no son parte del sistema judicial, son jueces de migración, pero son realmente funcionarios del Poder Ejecutivo. Son funcionarios administrativos, explica.
“El problema es que hay un número de casos pendientes. El atraso, según los últimos números que acabo de revisar, son 1.3 millones de casos y tienes 460 jueces, que están operando en tiempo parcial, que están operando virtualmente, porque estamos en medio de la pandemia”.
Los cubanos en Ciudad Juárez, los haitianos en Tijuana, los hondureños en Tamaulipas tendrán que seguir esperando, sentencia Payán. Es seguro que la política migratoria no cambiará de la noche a la mañana, menciona.
Lo derechos humanos serán importantes
Lo que vislumbra, con seguridad, es que la situación de los derechos humanos de los migrantes sí es prioridad para Joe Biden.
Las políticas migratorias de Trump fueron demasiado crueles y excluyentes, pero con Biden cambiarán por motivos políticos. Hay una coyuntura que permitirá hacer modificaciones desde el Senado, que está compuesto 50 por ciento republicanos y 50 por ciento demócratas, más la vicepresidencia también del Partido Demócrata.
Biden va a tener control del Senado y de la Casa Blanca y será una oportunidad realmente importante para ir cumpliendo lo prometido durante su campaña. Un ejemplo es el compromiso que hizo con los dreamers con un proyecto de ley que de solución permanente, y dijo que lo haría desde su primer día en el poder, agrega.
La frontera no se transformará de un día para otro, eso es un hecho, pero las probabilidades de mejorar, sobre todo en los derechos humanos de los migrantes, sí se verán reflejados y se revertirán como tema prioritario.
AMLO quiere pelear con Biden
No están empezando una buena relación, advierte Tony Payán. Dice que el presidente mexicano está buscando una pelea con Biden. Lo ha demostrado en esa iniciativa de ley que restringe actividades de las agencias policiacas de los Estados Unidos en territorio mexicano.
En contraste, con Donald Trump tenía excelentes relaciones. Hasta parecía su alma gemela, dice el analista.
López Obrador sí pago el muro, pero con apoyo incondicional; por ejemplo, desplegando a 27 mil soldados lo largo de la frontera para vigilar.
“Hay un resentimiento de los países de Centroamérica hacia México por el hecho de hacer el trabajo sucio a los Estados Unidos, cerrando la frontera sur, y deteniendo a los migrantes en condiciones realmente precarias, violando sus derechos humanos.
El experto, advierte que ya que también hay un reacomodo en la política exterior de México. Empezaron por remover a la embajadora Martha Bárcena, en diciembre, y entró Esteban Moctezuma. Habrá que esperar, insiste.
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