Este mes, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó la Encuesta Nacional de Seguridad Pública (ENSU) en la que se incluye un espacio para declarar haber sido víctima de un delito.
En específico, existe un apartado donde se habla de la victimización en situaciones de violencia sexual, y se pregunta tanto a hombres como mujeres en ciudades de interés en toda la república mexicana.
Al respecto, se tiene que en Juárez a ninguna persona se le obligó a ver escenas o actos sexuales o pornográficos. Sin embargo, a nivel nacional, esta cifra es de tres de cada mil personas.
A 26 de cada mil personas en México las manosearon, tocaron, besaron o se le arrimaron, recargaron o encimaron con fines sexuales sin su consentimiento. Esta cifra en Juárez es de siete de cada mil, en general, pero al desglosar por género este rubro tenemos que 13 de cada mil mujeres juarenses padecieron este abuso.
Esta cifra es igual a la de casos de mujeres juarenses a las que se intentó obligar o forzar usando la fuerza física, engaños o chantajes a tener relaciones sexuales sin su consentimiento o en contra de su voluntad. Este dato supera a la media nacional, la media local y a la cifra solo de hombres.
Delitos en juarenses son más altos que media nacional
Del delito pasado en adelante, todas las tasas de victimización en mujeres juarenses serán significativamente más altas que las correspondientes a la media nacional, la local y a la de hombres en esta frontera.
Así, trasciende que tres de cada mil personas que dijeron haber sido obligadas a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad en el promedio nacional, mientras que en Juárez son 20 de cada mil mujeres y ningún hombre.
Asimismo, a 34 de cada mil mujeres juarenses le ofrecieron dinero, regalos u otro tipo de bienes a cambio de algún intercambio de tipo sexual. La media local es de 22 de cada mil personas, y ocho de cada mil hombres.
Víctimas de alguna persona que mostró sus partes íntimas o se tocó sus partes íntimas sin consenso ni consentimiento son cuatro de cada 10 mujeres en Juárez pero ningún hombre. Mientras tanto, la media nacional es de 2.7 por ciento.
Sobre haber recibido mensajes, fotos, videos o publicaciones con insinuaciones u ofensas sexuales a través de medios digitales, fueron victimizadas 88 de cada mil mujeres juarenses, mientras que la media nacional es de 42 de cada mil, menos de la mitad.
A 115 de cada mil mujeres juarenses le han enviado mensajes o comentarios con insinuaciones sexuales por medios digitales, cifra casi tres veces mayor a la media nacional y casi cuatro a la tasa de hombres victimados por el mismo hecho.
Por último, a nivel nacional a 124 de cada mil personas le dijeron piropos groseros u ofensivos de tipo sexual o sobre su cuerpo, cifra nada cercana a los 33 de cada mil hombres juarenses o a las 189 de cada mil mujeres juarenses.
Juarenses denuncian más que en otros lados del país
En resumen, este tipo de delitos o de muestras de acoso y abuso sexual son más reportadas en Juárez que a nivel nacional y por otros grupos, como hombres.
“Las mujeres están animándose a reconocer que han sido víctimas de violencia sexual”, precisa Sandra Ramírez, coordinadora general de Colectiva Arte Comunidad y Equidad.
Ramírez asegura que aunque las cifras estén bajas en otros lugares o para otros grupos no quiere decir que no suceda, sino que no se reconoce.
“Cuando este fenómeno sucede al interior de las viviendas y los agresores son personas conocidas, es más difícil que las mujeres reconozcan esa situación”, añade.
Sin embargo, platicó, Juárez tiene un historial larguísimo de lucha desde la sociedad civil organizada para que estos delitos salgan a la luz pública, en que las cifran se muestren y en que se den respuestas para enfrentarlos.
Estos avances son los que podrían estar causando que las mujeres juarenses identifiquen estos delitos en su entorno y reconozcan que han sido víctimas.
Reconocer es el primer paso, pero falta denunciar
Según Sandra Ramírez, aunque reconocer es un primer paso, el siguiente sería la denuncia y la búsqueda de justicia que, no obstante, es “un camino tortuoso”.
“Sigue siendo una cuestión de impunidad. No tenemos igual de cifras de agresores sexuales en la cárcel. La brecha es muy amplia”, precisó.
Además de la impunidad, los trámites engorrosos y a ratos revictimizantes pueden desmotivar la denuncia, agregó.
Se trata, dijo, de horas de espera, de postergación de audiencias, de dar entrevistas distintas a distintos entes por el mismo hecho. Eso desanima la denuncia, de acuerdo con Ramírez.
Además, en una ciudad como Juárez, con problemas de movilidad, con una población trabajadora de mujeres, no permite el tiempo libre para esta búsqueda de justicia. Ni las instituciones de procuración de justicia se acercan a la población, ni las empresas dan facilidades para atender estos casos, explicó.
Un primer paso para resolver esto es la homologación de protocolos de atención entre instancias de salud, instancias municipales, Fiscalía, Ministerio Público y cualquier otro ente que pueda proveer atención a víctimas de delitos sexuales, apuntó Ramírez.
“Si no hay concordancia, no hay coherencia, solo hay trabas para llevar a cabo un juicio; se vuelve un camino tortuoso para que las mujeres accedan a la justicia”, concluyó.
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