Internos del Centro de Readaptación Social número 3 de Ciudad Juárez (Cereso), recibieron, esta mañana la visita de Juan Pablo Escobar Henao, hijo del narcotraficante colombiano Pablo Escobar.
Ahora su nombre es Juan Sebastián Marroquín Santos, pero su nombre de nacimiento fue el otro.

Esta tarde, el arquitecto, diseñador industrial, escritor y pacifista, quien es muy conocido por haber escrito en el 2014 el libro ‘Pablo Escobar: Mi padre’, impartirá una conferencia, sin embargo, antes, quiso acercarse al penal local, para compartir su experiencia con personas que fueron encerradas, acusadas de diversos delitos, entre ellos, secuestro, homicidio, tráfico de drogas y extorsión.
Previo a su plática con las personas privadas de la libertad, Escobar mencionó que más que conferencia con los presos, les quiso dar su testimonio de vida, de las decisiones que ha tomado, para que en el momento en que se reintegren a la sociedad, entiendan que en la criminalidad no existe el camino al éxito.
Dijo que tiene un mensaje basado en “su historia personal, como hijo de Pablo Escobar, de sus aprendizajes como colombianos, del sufrimiento de nuestras sociedades, nuestras familias, que no es ajeno a lo que está pasando aquí en México”.


El camino que no hay que recorrer
El hijo del mayor capo de Colombia, subrayó que su deseo es compartir ese mensaje y dejarles uno de paz y de bien.
Especificó que, “no es para hacer una glorificación de la actividad criminal de mi padre, sino al contrario, para poner los pies en la tierra y darnos cuenta de que ese no es el camino. Mi padre nos mostró el camino que no hay que recorrer”, enfatizó.
Acerca de la política de reinserción social en Juárez, Escobar comentó que celebra todas las iniciativas que tengan que ver con ese esfuerzo para que se les dé una segunda oportunidad a quienes salen de la cárcel.
Mencionó que es importante abrir las puertas para evitar que haya reincidencia, para que la gente que salga tenga la oportunidad de trabajar, de reincorporarse a la sociedad, sin ser discriminado.
El vástago de Pablo Escobar Gaviria sostuvo que, si no se hace algo para lograr ese objetivo, se forma un círculo vicioso donde se sigue regresando a prisión de manera sistemática.
Sobre la situación de Ciudad Juárez en materia de crimen, comentó que cualquier estado fronterizo con Estados Unidos, tiene esa problemática de trasiego de drogas, de personas y de armas que genera un enorme cúmulo de corrupción, de problemas y de violencia.
Explicó que es difícil comparar lo que pasa en un país y en otro, a decir de la situación de Juárez, México, y Colombia en general.
Señaló que Colombia tiene una problemática no fronteriza, pero muy grave, en el sentido de que los colombianos son productores de varias drogas, ocupando todavía los primeros lugares en el tráfico de estupefacientes.
Sostuvo que, en lo personal, se ha especializado en temas de prevención, de evitar conductas de riesgo, de generar conciencia en la juventud y en los centros carcelarios para poder evitar que haya reincidencia y que otros sigan ingresando a la criminalidad.

En la criminalidad no hay futuro
Escobar anotó que pudo haber continuado los pasos de su padre y de hecho, todos los días la tiene, sin embargo, optó por el camino de la paz, de la reconciliación, el perdón y de tomar conciencia de todas las consecuencias de los actos de su padre.
Especificó que su progenitor terminó con su vida a los 44 años y que nunca ninguno de sus actos lo condujeron al éxito, o que haya vivido cosas bonitas y positivas.
“Yo no veo futuro en la criminalidad, por eso no soy parte de las estructuras criminales y me salí a pesar de que muchos esperaban que yo, pues continuara. De hecho, recibí muchas amenazas de muerte por no haber continuado con los pasos de mi padre”, señaló.

Con el apellido a cuestas
El pacifista dijo estar convencido de que el único camino es hacer las cosas diferentes a como las hizo su padre u otros narcotraficantes como El Chapo Guzmán o Amado Carrillo.
“Esa es la verdadera lección. Yo elegí, se puede elegir a pesar de tu apellido, a pesar de tu círculo social, a pesar de donde vienes, puedes elegir un camino diferente y yo por eso soy ingeniero industrial y arquitecto, conferencista y escritor y muchas otras cosas antes que un criminal”, dijo.
Señaló que no es fácil salir de los círculos, pero él es testimonio de que sí se puede hacer.
“Yo crecí en el epicentro del narcotráfico y el terrorismo, en la historia de Colombia, mi padre fue uno de los hombres que más destruyó al país, que más violencia esparció y hoy hay un culto, tristemente desde la narcocultura, a personajes como él. Aún a pesar de todo ese entorno violento, triste, corrupto y sin valores humanos, pues yo me salí”, mencionó.
Escobar comentó que a través de la realidad virtual, impulsa una estrategia para ayudar a la juventud en la toma de decisiones, donde se hacen simulaciones de cómo afectarían sus vidas, si se toman determinadas decisiones.
Explicó que, por ejemplo, los niños llegan a un punto donde terminan en la cárcel y no les gusta para nada y es cuando se tiene la oportunidad de hablarles y hacerles conciencia de que deben mantener un buen comportamiento en su vida ordinaria.

Impulsar la cultura de la paz
“Respeta la ley, respeta a los demás, estamos generando una cultura de paz, desde la tecnología, desde la realidad virtual con la juventud”, aclaró.
Detalló que la iniciativa se ha trabajado en unos diez estados mexicanos, con mucho éxito, donde han logrado que más de un millón de niños mexicanos vivan esa experiencia virtual, en unas 4 mil 500 escuelas.
“Es ahí donde los jóvenes, tenemos que llegar, antes de que decidan convertirse en parte de la delincuencia”, afirmó.
En Ciudad Juárez, presentarían la propuesta a las autoridades correspondientes para ver la posibilidad de implementar también dicho proyecto.
Acerca de la situación actual de Colombia, resaltó que sigue siendo exportador del 80 por ciento de las drogas en el mundo y a pesar de que ha mejorado su imagen en algunas cosas, falta aún mucho trabajo por hacer.
“Las ciudades están un poco más tranquilas y seguras, pero no hay que confiarnos. No porque demos esta apariencia de tranquilidad, significa que no esté pasando nada, la violencia sigue en Colombia, tristemente, (con) algunas políticas que no han ayudado a remover la violencia, sino que, al contrario, han empujado a que esa violencia siga creciendo”, enfatizó.
Finalmente Escobar recomendó a los padres de familia evitar que sus hijos caigan en el crimen organizado, y resolver graves problemas de violencia que se tengan en el núcleo familiar.
Explicó que en la calle hay mucha violencia, pero esta empieza en la casa.
“La responsabilidad que tienen los padres mexicanos es de rodear de amor, de cariño y de comprensión a esos pequeños y jóvenes. Si tú los dejas abandonados a su suerte, si tú les muestras que es a los golpes que se resuelve la vida, pues cómo crees que van a crecer y qué aporte crees que van a ser para la sociedad”, cuestionó.
El núcleo familiar, el amor de la familia es fundamental para poder tener después una sociedad en paz y unos niños que, en lugar de elegir la criminalidad como camino, pueden elegir el trabajo digno, la paz y otras maneras de salir adelante en la vida, señaló.


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