Mientras que en la sociedad mexicana hay preocupación ante la amenaza del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, para realizar una deportación masiva de indocumentados, expertos en migración consideraron que aunque el programa será agresivo, su Gobierno tendrá una infraestructura limitada para llevarlo a gran escala.
“Evidentemente, es un tema que desde la sociedad civil nos preocupa, sobre todo por la carga xenofóbica que tienen los recursos del presidente electo de los Estados Unidos”, expuso a Norte Digital Alejandra Corona Carbajal, coordinadora del Servicio Jesuita a Refugiados (SJR).
Foto: Border Network for Human Rights
Añadió que, de las cosas más alarmantes a considerar, es la manifestación de que habrá deportaciones masivas.
Para Luis Antonio Payán Alvarado, director del Centro México del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice en Houston, Texas, y profesor investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), el programa de destierros de Donald Trump será agresivo, pero limitado.
Superar las cifras de Obama
“No sé si se pueden deportar 11 millones de residentes indocumentados en Estados Unidos, creo que es logísticamente imposible, pero se va a desplegar un sistema de deportaciones agresivo”, consideró.
Mencionó que es probable que entre uno y dos millones de personas podrían ser detectadas en redadas hechas en sus lugares de trabajo por la información que el Gobierno tiene, por lo cual serán detenidas y deportadas.
Esta acción podría ser comparable con los tres millones de indocumentados que deportó en ocho años de su administración Barack Obama, cuando hubo un programa con una acometida muy fuerte.
En los próximos cuatro años del gobierno de Trump, por muy agresivas que sean sus acciones, podría sacar del país entre uno y dos millones de personas, reiteró Payán Alvarado.
Sin embargo, esa cantidad todavía estará acotada a que no haya un problema serio de afectación a las industrias que dependen del trabajo de los indocumentados, como agricultura, procesamiento de alimentos, construcción, hospedaje o jardinería.
Presiona Trump a los otros gobiernos
Rodolfo Rubio Salas, profesor investigador en la Dirección Regional de El Colegio de Chihuahua, consideró que parte de lo que está planteando Trump ahora se asemeja a lo que proyectó hace ocho años, cuando dijo que iba a hacer deportaciones masivas.
“Es parte de ese discurso que utiliza en su campaña, pero también como parte del mecanismo para presionar al resto de los Gobiernos”, dijo.
Buena parte de esos objetivos, comentó, no los pudo cumplir en la primera etapa de su presidencia, ahora dice que los va a alcanzar, pero hay varios elementos a considerar.
El primero es el hecho de que utiliza ese discurso ya no como contendiente a la presidencia, sino como presidente electo para ir generando presión sobre el resto de los países.
México está evidentemente incluido, también Canadá y el resto de las naciones que son parte del origen de las personas migrantes.
“Yo creo que parte de su discurso es que vayan tomando medidas en estos meses porque, si no lo hacen, entonces van a ser mucho más contundentes los alcances que va a tener”, explicó el especialista.
Lo otro es la amenaza de deportaciones masivas, que, sin embargo, se van a dar en función de las capacidades que los mismos estadounidenses tienen en infraestructura y en cantidad de agentes.
“Eso no parece muy viable en el corto plazo, porque eso implica tener toda una estrategia, ir a buscar a las personas migrantes en lugares de trabajo, en el espacio público, en los sitios donde ellos creen que pueden estar”, describió.
Lo que le parece que sí se verá en un primer momento, advirtió, es una deportación importante de las personas que están en las cárceles, en los centros de detención, aquellas que están aprisionadas y que no tienen documentos.
Eso es posible que suceda porque es lo que tienen a la mano.
Rubio Salas consideró que habrá presión, como ya ocurrió en las semanas recientes, por parte de los empresarios en Estados Unidos con relación a la amenaza para hacer destierros.
Argumentan que hay muchas actividades económicas que dependen ampliamente de personas inmigrantes sin documentos que están trabajando.
Esos empresarios, dijo, van a cuestionar que, si se va a llevar a cabo esa deportación masiva, entonces qué garantía tendrán de que habrá mano de obra para desarrollar sus labores económicas.
“Creo que hay muchas preguntas en el aire, mucha especulación, muchas amenazas sobre todo de él (Trump)”, razonó.
Foto: Border Network for Human Rights
El éxodo no se detiene: Migrantes llegarán al norte de México
Lo que aparentemente también puede suceder, agregó, es que en las próximas semanas haya una llegada importante de personas migrantes a la frontera para tratar de entrar a través de algún mecanismo, obtener alguna visa humanitaria o acceder a los mecanismos que han estado funcionando en los últimos meses para estar en Estados Unidos antes de que el presidente electo tome posesión el próximo 20 de enero.
Reiteró que ahora Trump tiene más o menos el mismo discurso de su anterior mandato y, evidentemente, tiene el apoyo de la mayoría en el Senado y la Cámara Baja de su país, lo que es un elemento importante en término de las decisiones que va a tomar.
Deportaciones “sin consciencia”
Aún con el escenario limitado de Estados Unidos para llevar a cabo deportaciones de personas indocumentadas, sigue como una amenaza latente y permanece en la atención de los grupos defensores de los derechos de migrantes.
Corona Carbajal, señaló que reconocen que en ese país existen leyes de migración concretas a las que hay que apegarse, como ocurre en cualquier otra nación.
Sin embargo, añadió la coordinadora del SJR, lo que consideran grave es que lo que ha dicho Trump es una aplicación de la política migratoria de los Estados Unidos sin verificar los casos más graves o cuales requieren de una atención más especializada.
Por ejemplo, continuó, aquellos que involucran a personas que realmente requieren el asilo porque sus vidas estén peligro si son deportadas a México o a sus países de origen.
“Eso es lo más preocupante, el trabajo sin consciencia en las deportaciones o en las repatriaciones de personas”, estipuló.
Durante el mandato de Joe Biden, que terminará en poco menos de un mes, hubo muchas restricciones a la migración que siguen vigentes, pero lo que alarma es el tema del proceso para llevar a cabo los destierros bajo el mandato de Trump.
Claro que están en su derecho de limitar el ingreso a su país, indicó, pero aflige la condición de la protección internacional porque hay personas que sí la necesitan, porque sus vidas están en riesgo.
Datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México indican que información del Gobierno de Estados Unidos establece que en ese país habitan unos 38.4 millones de mexicanos, de los que 4.8 son indocumentados.
Hasta 2022, indica información del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, alrededor de 11 millones de migrantes indocumentados estaban en su territorio; la mayoría proviene de México, seguido de Guatemala, El Salvador y Honduras.
Informes del instituto de investigación Pew Research Center establecen que esa población representa el 3.3 por ciento de los habitantes de ese país y 8.3 son trabajadores, mientras que la mayoría se concentra en California, Texas, Florida, Nueva York, Nueva Jersey e Illinois.