Este martes, después de 12 días de espera, el cuerpo de María de Jesús Félix Isidro, se entregó a sus hijas. Ellas pidieron a las autoridades que se haga justicia y se investiguen las circunstancias de su muerte.
Detenida por agentes estatales la noche del jueves 26 de noviembre, María de Jesús falleció en la madrugada del día siguiente de un infarto a las puertas de la Fiscalía zona norte.
La familia sospecha que los agentes estatales la sometieron a algún tipo de trato violento y eso le provocó la muerte.
La Fiscalía General del Estado y la Secretaría de Seguridad Pública Estatal no han dado una explicación clara sobre lo ocurrido.
Está confirmado que la víctima fue detenida a las 7:20 de la noche en un domicilio del fraccionamiento Las Almeras, al suroriente de la ciudad.
Por motivos que no se han explicado, los agentes estatales la llevaron a la Fiscalía Zona Norte hasta después de la media noche.
La hora oficial del deceso está registrada a la 1:23 de la madrugada del viernes 27 de noviembre.
Hay versiones encontradas sobre los días que pasaron para que la familia supiera que la mujer había muerto.
Sus hijas dicen que la estuvieron buscando en estaciones de policía, en instituciones de emergencia y hasta en el Cereso, pero ninguna autoridad les daba razón de su paradero.
En contraste, el fiscal zona norte Jorge Nava dijo que desde el momento del fallecimiento se trató de localizar a la familia, pero no se tuvo éxito.
Desde antes había problemas con la policía
De acuerdo con el testimonio de familiares de la difunta recabados por Norte Digital, existían antecedentes recientes de problemas de agentes estatales con ellos.
Un mes antes del incidente que derivó en la muerte de María de Jesús, patrulleros de la corporación se llevaron detenida a una de sus hijas, acusándola de lo mismo que a ella: posesión de sustancias ilícitas.
“Fueron a mi casa. Una de las oficiales le quitó dinero a ella, a mí también y a mi otra hermana. En cuanto ellos se fueron nosotros hicimos la denuncia al 081”, recordó una de sus hijas.
La afectada supone que, por hacer esa llamada, a los tres días llegaron de nuevo y se llevaron a otra de las jóvenes.
“Siempre vienen a molestar aquí a la casa y siempre con puras mentiras. Mi mamá sí era loca, pero no era porque vendía. Ella sacaba para su consumo nada más”.
“Por el simple hecho de que ella se drogaba yo creo que querían que dijera donde la compraba”, refirió la mujer.
Detenida era adicta, no delincuente
María de Jesús era adicta a la heroína. Toda su familia y sus vecinos lo sabían.
Se dedicaba a vender cosas en Facebook y a recoger fierro viejo para venderlo en el kilo y con eso comprar la substancia que consumía.
Por eso sus hijas reprochan que los policías se hayan excedido en el momento de la detención y probablemente le hayan provocado la muerte.
“Para ellos la vida de mi madre no valía nada. Para ellos era una pinche tecata”, dijo sollozando otra de las mujeres.
El hecho de ser una enferma adicta no justificaba que los policías abusaran.
“Queremos justicia para ella, pero también no queremos represalias”, expuso.
El caso de María de Jesús se denunció ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos y la Dirección de Inspección Interna -también conocida como órgano interno de control-, de la Fiscalía General del Estado, lo investiga.
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