Aun cuando el Plan Estatal de Desarrollo 2010–2016 (PED) contemplaba apoyar el programa de desayunos escolares en el nivel básico, el número de comedores en los planteles disminuyó considerablemente en los últimos tres años, pues se redujo en 74 por ciento.
Una vez más las autoridades dejaron fuera la zona del suroriente de la ciudad, pues los pocos planteles que se encuentran en ese sector no cuentan con comedores, debido a que la mayoría de los que recibieron apoyo se localizan en el poniente y sur de la localidad.
En Ciudad Juárez solo el siete por ciento de los institutos de educación básica se encuentra dentro del programa Escuelas de Tiempo Completo (ETC), de las cuales únicamente una cuarta parte cuenta con comedores.
En esta frontera existen al menos mil 049 planteles de educación básica, de los cuales 92 operaban bajo el esquema de tiempo completo, pero solo en 24 se brindaba el servicio de alimentación.
Personal de la Subsecretaría de Educación, Cultura y Deporte (SECD) en Ciudad Juárez informó que 20 escuelas cuentan con este servicio en la zona urbana, aunque existen 8 más en la zona del Valle de Juárez.
Los inicios
Al inicio del proyecto, las instituciones recibían un recurso de 90 mil pesos, mientras que las que contaban con comedor adicionalmente obtenían otros siete pesos más por cada alumno diariamente, se indicó.
De acuerdo con el PED, el programa estaba enfocado a dar atención a los menores que cursan el nivel básico, principalmente de las zonas urbanas marginadas, rurales e indígenas.
El documento indicó que en el ciclo escolar 2009–2010 se dio atención a 10 mil 539 infantes en 94 planteles de la entidad, así como que los municipios de Chihuahua y Ciudad Juárez concentraron el 41.1 por ciento y 32.5 por ciento, respectivamente, de la atención total.
También se refirió que la población de entre los 3 y 12 años en el estado tiende a ir a la baja; es decir, que en esta etapa es cuando la ciudadanía más abandona sus estudios.
El PED señaló que los principales objetivos fueron apoyar el programa de desayunos escolares en el nivel básico, el programa de seguro escolar, la dotación de equipo de cómputo, uniformes y útiles escolares, con énfasis en grupos sociales marginados y estudiantes con necesidades especiales.
Al no proveer comidas,tiempo completo desapareció
Sin embargo, este sistema comenzó a desaparecer, pues poco a poco fueron retirando el esquema de ofrecer alimentación a los estudiantes.
Ante el abandono del Gobierno, asociaciones civiles y agrupaciones religiosas aumentaron los apoyos en planteles educativos.
Teresa Almada Mireles, profesora investigadora de la UACJ y directora de la organización Casa Promoción Juvenil, refirió que
luego de que se creara el programa federal Todos Somos Juárez (en febrero de 2010), en la época de violencia extrema en la ciudad, una de las principales necesidades fue la alimentación en el sector educativo.
Explicó que fue miembro del proyecto, ya que formó parte del consejo de educación, en el que se invirtió para el equipamiento de 80 cocinas en las escuelas.
“Se empezó a avanzar en Escuelas de Tiempo Completo de 2010 a 2012. Se hizo una inversión muy grande en equipamiento de cocinas. Se equiparon más de 80 cocinas en escuelas y luego, en el ciclo escolar 2013 agosto–diciembre, se canceló el programa”, expuso.
Cambio de planteamiento
Mencionó que al inicio del proyecto las escuelas extendieron su horario entre tres y cuatro horas, mientras que ahora se plantea que solo sean dos horas más y se excluyeron los alimentos.
Dijo que otro factor que influyó a que muchas escuelas abandonaran el esquema fue que era muy difícil sostenerlo, pues también los mismos maestros tenían que doblar turnos, debido a que se retiraron los instructores externos.
“Están cerrados los comedores. Querían que los mismos maestros se quedaran en el horario extendido, pero muchos tienen otras plazas. En el esquema anterior se consideraba que entraran instructores externos porque se enriquecía con arte, música, deportes y no era el mismo tiempo, eran equipos mixtos”, agregó.
En un recorrido por las escuelas de la lista, en diferentes puntos de la ciudad, NORTE encontró que algunas ya no contaban con este servicio para los alumnos.
Un ejemplo de ello es la escuela primaria Jesús Urueta, ubicada a un costado de la calle Constitución, frente al monumento Benito Juárez. Personal de la institución indicó que tuvieron que cerrar el comedor debido a que dejaron de recibir los recursos por parte de las autoridades educativas, así como que tenían casi dos años de haber concluido con este servicio.
También la escuela primaria Luis Vargas Piñera, ubicada en la calle Calzada del Parque de la colonia Hidalgo, fue una de las excluidas del programa desde hace dos años.
La directora del plantel, Leticia Díaz Mena, manifestó que únicamente contaron con el servicio del comedor por un año.
Explicó que antes de que ingresaran al programa estatal recibían apoyo para desayunos por parte del Desarrollo Integral de la Familia (DIF), pero al retirarles el recurso de ETC la institución municipal tampoco los auxilió.
“Con el comedor duramos un año completo. Eran 2 cocineras para 180 niños. Nos iban a dejar solo una y una cocinera para darle de comer a todos no se daba abasto y la escuela no tiene los recursos para pagar. Es muy difícil porque las mamás trabajan unas semanas voluntariamente, pero luego dejan de venir”, señaló.
Padres sostienen programa
Otras escuelas actualmente funcionan de manera improvisada y con escasos recursos, pues son los mismos padres de familia y maestros quienes sostienen los comedores, como ocurre en la escuela Jesús Romo Silva, ubicada sobre la calle Turquesa en el cruce con la 12 de Julio, de la colonia Barrio Nuevo, en donde además hay desabasto de agua.
La entrada principal de la escuela se encuentra en una calle cerrada de terracería, y a pesar de que cuentan con un tinaco no es suficiente para brindar del servicio a los baños y bebedores.
Francisco Javier Burciaga Soto, profesor de la escuela, indicó que en el comedor se atienden a poco más de 200 estudiantes de edades entre los 6 y los 12 años.
“Para el comedor las señoras cargan los garrafones en carros y van con vecinos que sí tienen agua para que tengan con que lavar y cocinar”, dijo.
Agregó que dentro del comedor tienen tres lavamanos, pero no se utilizan porque no hay suministro de agua, por lo que las madres de familia deben preparar los alimentos en sus casas y llevarlos a la escuela.
Zonas marginadas, poco beneficiadas
También se detectó que a pesar de que las escuelas que cuentan con comedores están localizadas en zonas marginadas –es decir, donde la población cuenta con problemáticas para acceder a una alimentación– se benefició únicamente a pocas.
Tal es el caso de las escuelas ubicadas en la zona del Kilómetro 27, donde solo la primaria Rubén Jaramillo cuenta con un comedor, pero a su alrededor se localizan una primaria, dos secundarias y tres preescolares sin el apoyo.
La misma situación se localizó con la escuela primaria José Martí, ubicada detrás del aeropuerto Abraham González, en el sur de la ciudad, donde existen otras cinco primarias y una secundaria sin comedores.
También en el sur de la ciudad la escuela primaria Juan Escutia es parte de los institutos de tiempo completo que cuenta con comedor, pero una primaria y una secundaria se encuentran en las inmediaciones sin el servicio.
Sucedió igual con las primarias Ricardo Flores Magón e Ignacio Manuel Altamirano, en el poniente de esta frontera, donde existen tres primarias y una secundaria alrededor, en el caso del primer plantel, y cuatro primarias, en el caso del segundo, sin comedores.
Además, antes de que cambiara el esquema original de comedores en escuelas de educación básica, preescolares y secundarias también contaban con este beneficio.
Una de ellas era la secundaria Salvador Allende, ubicada en el Kilómetro 27, la cual actualmente opera únicamente con donaciones de organizaciones religiosas.
Al respecto, Ricardo Carrillo Téllez, coordinador del programa de Escuelas de Tiempo Completo en la Zona Norte, indicó que hay algunas escuelas que en el ciclo escolar se retiraron del programa, pero reiteró que hasta el momento son 26 los planteles que reciben alimentos.
Dijo que el recurso que se entrega a cada escuela depende del número de alumnos con que se cuente, pues a unas se les entregan 6 pesos por estudiante y a otras 15.
“En total se les otorga 710 mil pesos por mes a las 24 escuelas. Hay unas de 6 pesos y otras de 15 pesos, porque hay unas escuelas que son multigrado. Se manejan puras primarias”, señaló.
El funcionario comentó que los preescolares y secundarias están fuera de este programa desde 2012, así como que inició como encargado del programa en el ciclo escolar 2014–2015.
“Nosotros no les retiramos el apoyos. Ellos (directivos), a través de la sociedad de padres o las propias escuelas, decidieron que se les retiraran los alimentos. Nosotros no decimos a quiénes se les dan y quiénes no”, puntualizó.
Los requisitos para inscribirse como ETC son que el plantel sea de un solo turno y que los docentes de esa escuela no tengan doble plaza, además de que la institución tenga un aula para habilitar el comedor y cocina.
ONGs al rescate
Las carencias básicas de infraestructura y la serie de requisitos provocó que organizaciones no gubernamentales optaran por sostener los comedores en algunas de las escuelas.
Rocío Gazca, coordinadora de Educación y Salud de la Fundación del Empresariado Chihuahuense (Fechac), explicó que cuentan con el programa Ampliando el Desarrollo de Niños (ADN), en el que se brinda el proceso de alimentación a los menores.
El programa contempla que asociaciones civiles sean quienes reciban el apoyo económico y se habilitan espacios para la ingesta de alimentos de los niños, como centros comunitarios o en el mismo plantel, mientras que las madres de familia son quienes realizan la elaboración de la comida.
Explicó que durante el ciclo escolar 2015–2016 un total de 32 escuelas se encuentran bajo el esquema de ADN, de las cuales son 8 preescolares, 19 primarias y 5 secundarias, aunque en cuatro centros comunitarios también se brinda el servicio de alimentación.
Refirió que el programa inició en 2007, cuando se brindó el servicio a 300 niños; comenzaron con tres organizaciones civiles en tres escuelas.
Dijo que las escuelas que se encuentran en ADN están ubicadas en diferentes puntos de la ciudad, pero principalmente en el poniente y el suroriente, así como que ninguna pertenece a Escuelas de Tiempo Completo.
Gazca indicó que actualmente trabajan con 12 organizaciones civiles, entre ellas Salud y Desarrollo Comunitario, Ciudadanos Comprometidos por la Paz, Ciudad del Niño, Amor por Juárez, Centro de Educación Multicultural Yermo, Instituto de Atención Especial a Niños y Padres y la Fundación Pedro Zaragoza.
Mencionó que durante este ciclo escolar se brindó alimentación a 2 mil 823 niños, así como que el número ha ido creciendo desde el inicio del proyecto.
Se quedan sin lugar
Más de 600 menores de edad en la zona del suroriente se quedaron sin un lugar para este ciclo escolar debido a los trabajos incompletos del Instituto Chihuahuense de Infraestructura Física y Educativa (Ichife).
Las colonias donde se encuentran ubicadas las escuelas afectadas son Praderas del Sol, Las Misiones, Sierra Vista, Villas de Alcalá, Mezquital, Jardines de Roma, Las Arecas y fraccionamiento San Pedro.
Lo anterior fue dado a conocer por directivos de ese sector de la ciudad, quienes solicitaron su nombre fuera omitido por miedo a represalias.
Comentaron que esa zona de la ciudad cuenta con muchas carencias en cuanto a infraestructura educativa, pero también en desarrollo urbano, pues las condiciones en donde se encuentran localizadas también merman las posibilidades de los habitantes, para acudir a la escuela.
Indicaron que al menos unos 80 niños de cada complejo habitacional se quedaron sin un lugar en las instituciones que se localizan en ese sector de la localidad, debido a que no existían lugares disponibles.
Frenan remodelaciones
Además, las remodelaciones necesarias para ampliar el espacio dentro de los planteles educativos existentes se “frenó” por parte de Ichife, debido a que “ya no contaban con presupuesto”, refirieron. Ante esta situación, NORTE solicitó una entrevista con el titular de Ichife en Ciudad Juarez, Manuel Carrasco; sin embargo, no se encontraba en su oficina y se negó ante la petición del personal de Comunicación Social de SECD.
Expusieron que hasta este mes padres de familia han acudido a solicitar un lugar para sus hijos en la dependencia estatal.
Otro de los proyectos inconclusos por Ichife es la reubicación de la escuela José Vasconcelos, en el poniente de la ciudad, debido a que se encuentra en una zona de riesgo, pues está ubicada en la cima de un cerro.
La semana pasada, el director de la escuela, Jesús Dueñas, refirió que desde hace más de cinco años se solicitó la reubicación a las autoridades educativas, aunque hasta el momento no se ha hecho nada al respecto.
Déficit permanente
Un proyecto más quedó sin realizarse en el centro escolar Revolución, institución que tiene más de 77 años funcionando.
La escuela presenta daños por las lluvias y la falta de mantenimiento del plantel, pese a que forma parte del programa de escuelas de tiempo completo.
Algunos de los directivos entrevistados expusieron que incluso en los planteles que fueron acreedoras de recursos a través del programa Escuelas al Cien presentan deterioros, debido a que el material que utilizaron fue de mala calidad.
“Enjarraron y pintaron las escuelas, pero a algunas ya se les cayó lo que les hicieron. Era de muy mala calidad el material”, manifestó un docente.
De acuerdo con archivos periodísticos, en Ciudad Juárez existe un déficit en infraestructura de 232 planteles en situación de crisis, situación que no cambió mucho en los últimos años.