Las puestas en escena son estériles. No producen resultados. Las más recientes son la de cubrir hoyancos a pisotones con materiales milagrosos y el famoso Bache-gate, detonado en la televisora de su papá, la que recibe 11 millones de pesos. Nada. Tiene un 5.2 de promedio.
Es de los resultados de la Evaluación a Gobernantes 2020, realizada por Plan Estratégico de Juárez (PEJ), en donde se midieron los resultados de aprobación por distritos del alcalde Armando Cabada, que registra un rotundo 5.2 de calificación.
A inicios de la semana pasada, en una explotación de inseguridad, en la que dos policías municipales murieron a balazos, Cabada iniciaba el montaje titulado «Más manos, menos baches», de los iluminati de la mercadotecnia política del Municipio.
Tomado de la mano de su esposa, Cabada bajó ágilmente las escalinatas de la Presidencia Municipal, al tiempo en que se despojaba de su chaqueta de lana, tipo europeo, como quien se desgarra un molesto atuendo de godinez, para mostrar la poderosa «I» de independiente en su pecho.
Atrás, un coro de ángeles de la burocracia lo acompañaba, cuando descendía a la plataforma del estacionamiento a mostrar cómo se tapan los baches: a pisotones y con el misterioso «polímero», mientras que con sus zapatos negros, sin importar ensuciarlos, distribuía el material en un pequeño hoyo, como lo llama el clásico: «a-doc».
«100 patrullas, 200 policías», era el ejército disponible para hacer la guerra a los cientos de hoyos la semana pasada, sí, los agentes de Seguridad Pública, iban a hacer a un lado su nueve milímetros y la leve lonja enrollada en la cintura, para tapar baches. Lo que faltaba.
Los policías no rebasaron los límites de la prudencia y se negaron a hacerla de trabajadores de la construcción, lo que sí hicieron pequeños grupos de burocracias en algunas calles, que con pala en mano y entre malabares entre los guiadores, taparon algunos baches. Nada. El 5.2 estaba ahí.
Tiempo atrás o atrás tiempo, en el noticiario de la empresa Intermedia o Canal 44, la televisora de la familia del alcalde, un conductor destapó la conspiración contra el independiente. Los baches eran de uno o unos «mano negra» que los estaban fabricando.
Y argumentaban varias hipótesis: un grupo de guerrilleros web, que abundante en grupos de face, salían de noche y a golpe de pico los producían; había quienes aseguraban que era un psicópata solitario, un bachericida enfermo de la cabeza. Y así. Tampoco nada, el 5.2 estaba ahí.
La evaluación realizada por el PEJ, incluía a Cabada y al gobernador, Javier Corral, ambos afectados del Síndrome del Reality Show y que los dos obtuvieron calificaciones reprobatorias.
Cabada Alvídrez consiguió un puntaje promedio de 5.2, en tanto Corral apenas arañó un 4.09 en este sondeo que realiza esta organización civil desde 2017, tiempo en que les sigue el rastro.
En el 2017, el independiente tuvo un 71.9 de calificación, en el 2018 un 66.7 y en el 2019 un 5.78, calificado por sus seguidores como «desgaste nataural» y «normal en el ejercicio del poder».
En contraparte, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador tuvo 71.7 de calificación en este último ejercicio, aunque todavía no acumula tiempo para realizar la comparación con otros sondeos.
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