Las revelaciones de los diputados Carlos Olson y Luis Aguilar, pusieron a parir cuates al gobernador Javier Corral y a su secretario de Hacienda, Arturo Fuentes Vélez, que ya no quieren queso, sino salir de la ratonera.
El guamazo retumbó fuerte en los equipos de transición de Maru y Corral, desde donde salieron comentarios en el sentido de que los dos panistas, que fueron funcionarios del círculo rojo de Javier, ahora apuntan a convertirse en los Jaimes Herrera de Duarte, pero contra Javier.
Si el tristemente célebre testigo protegido de Corral, Jaime Herrera, utilizó en su momento la información privilegiada que tenía de la Secretaría de Hacienda para salvar su pellejo y quedar fuera de los “Expedientes X”, Olson y Aguilar lo harán ahora para ganarse la confianza de los marucampistas y escalar posiciones en el nuevo Gobierno. Muerto el rey, viva la reina.
Lo malo para nuestro golfero gobernador, es que el ejemplo de los diputados rebeldes amenaza con extenderse entre otros muchos corralistas para revelar las transas de varias dependencias. Uno de ellos, el fugitivo Antonio Pinedo, anda buscando puentes que lo acerquen con César Jáuregui para trocar información por olvido.
Pinedo quiere que suspendan la orden de aprehensión girada en su contra por peculado, y ofrece poner en charola de plata a su compadre, socio y próximo exgobernador de Chihuahua. Hasta ahora le han pintado un violín y nadie le asegura que pueda integrarse al selecto grupo de los testigos protegidos del Gobierno, mejor conocidos como Los Peinetones de Palacio.
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Cuando Javier Corral pensaba que su relación con el Gobierno federal marchaba viento en popa… ¡tómala! Que le mandan una señal de alto voltaje para que vuelva a la realidad y deje de estar pensando que AMLO es su compota y será su cálida cobija dentro de 5 días, cuando termine su gobierno.
La orden de captura de un juez federal contra el director de la Agencia Estatal de Investigaciones de Chihuahua, Álvaro Serrano Escobedo, deja muy claro que, en las formas, AMLO le muestra amistad, compasión y hasta piedad, pero en el fondo le está rascando donde le duele a Corral, donde brota la pus.
Serrano Escobedo está involucrado en la desaparición y muerte de 45 personas en hechos ocurridos en Tanhuato, Michoacán, en el 2015. Su caso es muy similar al del policía Leonardo Joaquín Calzada, quien en el 2015 fue cesado como comandante de la Policía Estatal Única de Occidente, por estar involucrado con el grupo criminal La Línea, en la desaparición de decenas de personas en el municipio de Cuauhtémoc.
Calzada fue cesado e investigado en la administración de César Duarte y luego recontratado también en el gobierno de Javier Corral. Ahora, con el asunto de Serrano Escobedo, será el segundo caso de comandantes malandros que contrata y protege en su administración, cosa que no debería de extrañar, si su mandato se distinguió por haber entregado el estado al crimen organizado.
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Y a propósito de ineptos, el alcalde Armando Cabada anda de gira de medios en los últimos días de su malogrado lustro al frente del municipio de Juárez, presumiendo dos encuestas patito que le mandó hacer su gurú de cabecera, Gerardo Sáenz, donde supuestamente la percepción de la gente ha cambiado a favor de su imagen.
Las supuestas mediciones de opinión pública no son otras que las que arman en el canal 44 para subir los bonos del devaluado lector de noticias metido a político.
En los últimos dos años de su segundo trienio, Armando Cabada ocupó los últimos 10 sitios de los peores alcaldes del país, solo comparables con algún presidente municipal macuarro del Bajío, de esos que roban, pero poquito.
Ahora, cuando está a unas horas de entregar el poder, le urge reposicionar su imagen, aunque sea con encuestas inventadas, para llegar a ocupar su curul de pluri con los morenos, menos desprestigiado o menos “pior”, como diría el ranchero.
Su gurú le ha recomendado que debe levantar unos puntos para que, al momento de la repartición de comisiones en la Cámara baja, no le vayan a dar la de intendencia o mantenimiento del recinto parlamentario, que la verdad sea dicha, apenas estarían a la altura de su capacidad y preparación.
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La toma de protesta de los nuevos diputados en Chihuahua reunió a la crema y nata de la política y el empresariado chihuahuense; en primera fila colocaron a la gobernadora electa, a su derecha a Marco Bonilla, alcalde electo de la capital, y a su izquierda a María Angélica Granados, alcaldesa en funciones.
Quizá uno de los momentos más reveladores de la mañana fue un cruce de palabras entre Maru y la lideresa del PAN en el estado, Rocío Reza, donde aparentemente hablaron de la maniobra de Javier Corral y Arturo Fuentes para desacreditar las cifras de colapso financiero presentadas antier por la transición.
Durante la ceremonia no faltaron quienes tacharon de descortesía política que no haya asistido Juan Carlos Loera, delegado del Gobierno federal, quien mandó en su representación a un chalán de tercer nivel de nombre Rafael Mata.
Tampoco pasó desapercibida la ausencia del gobernador Javier Corral, pero después de las madrinas que le han puesto en la opinión pública, con el tema de los recursos que le esquilmó al gobierno de Maru, era de esperarse que no acudiera y en su lugar mandara al secretario de Gobierno, Fernando Mesta.
Quien destacó fue Paco Santini, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, pero en general la ceremonia tuvo nutrida presencia de alcaldes electos, líderes de partidos y colaboradores diversos que llenaron el pleno, como no se había visto desde el inicio del confinamiento por la pandemia.
Era la de ayer una mañana alegre. Los diputados entrantes se tomaban selfies, como universitarios en primer día de clases. Entre ellos Francisco Sánchez e Ilse García Soto, quienes estuvieron a un pelo de quedar fuera de la lista de pluris y de los jugosos cheques y dietas legislativas.
Estaba también por Morena Óscar Castrejón, un abogado de la ciudad que siempre ha respaldado a la Cuarta Transformación y que luego de una impugnación a la asignación de pluris, pudo colarse. Castrejón es el mismo que se manifestó en las oficinas del Tribunal Estatal Electoral para denunciar que lo querían dejar fuera porque lo consideran incómodo y revoltoso.
A Ivon Salazar, del PRI, quien también estuvo cerca de quedar desempleada, se le vio con una sonrisa de oreja a oreja. La ojinaguense, que sí gastó suela durante la campaña, ahora solo tendrá que apagar fuegos con su colega de partido Poncho Pérez, quien quedó fuera para que entrara ella.
También atrajo reflectores Geo Bujanda, quien se acomodó tarde en su curul pero, eso sí, llegó saludando al estilo pasarela de alfombra roja.
Ojalá que nadie vaya a salir contagiado de Covid-19, porque dejarían malparados al gobernador golfero y al señor de las mañaneras, que nos quieren mandar a semáforo verde como si el coronavirus no se hubiera llevado a más de 7 mil paisanos y estuviéramos a todo dar.