Muy interesante pinta el Foro de Políticas Públicas por la Transformación de Juárez, que organiza el Gobierno de la República, según reza la publicidad que han comenzado a circular en redes sociales.
Como conferencistas del Foro participan en primer lugar el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, el director del Infonavit Carlos Martínez, Horacio Duarte, administrador general de Aduanas, la empresaria y diputada federal Patricia Armendáriz y Jovanny Hinojos, director general de Grupo Vitas.
El evento, certificado como primera edición, está programado para desarrollarse del 23 al 26 de noviembre, comenzando el próximo martes a las 10 de la mañana en el teatro Gracia Pasquel de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Para el arranque del Foro han confirmado su asistencia el subsecretario de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes Zúñiga; el subsecretario de Energía, Sergio Saldaña; el director general del IMSS, Zoe Robledo y el director del Infonavit Carlos Martínez.
Saldaña abre el ciclo de conferencias del Foro con el tema “Mitos y realidades sobre la nueva reforma eléctrica”. La participación del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, está programada para el viernes 26, en el cierre del Foro.
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Muchas versiones, contradictorias y especulativas, han surgido en torno al ataque armado que sufrieron dos ciudadanos norteamericanos el miércoles pasado, frente a las oficinas de la Fiscalía General de Justicia Zona Norte.
El hecho no hubiera tenido mayor importancia y se sumaría a la estadística de atentados impunes de la ciudad, si no fuera porque ocurrió en la nariz de la Fiscalía y a escasos metros de la estación Aldama de la Policía Municipal.
Fueron elementos de la Policía Municipal los que detuvieron, en el cruce de la calle Aserraderos con el eje vial Juan Gabriel, a dos presuntos sospechosos de la agresión, a bordo de un auto BMW y en posesión de una pistola calibre 9 milímetros.
En el comunicado que la Secretaría de Seguridad Pública Municipal emitió el miércoles por la tarde, se precisó que los detenidos iban a ser puestos a disposición de la autoridad investigadora para su interrogatorio y deslinde de responsabilidades.
Sin embargo, esto no ocurrió así. El fiscal de la Zona Norte, Jesús Manuel Carrasco Chacón, rompió el silencio y, después de la política de puertas cerradas que tuvo con los medios de comunicación desde su llegada a la frontera, ayer se atrevió por fin a hablar con los reporteros de la fuente sobre el caso, y negó de manera rotunda que los sospechosos detenidos por la Policía Preventiva hayan sido puestos a su disposición.
Posteriormente se supo que la Policía Municipal puso en libertad a uno de los detenidos, mientras al otro lo entregó a la Fiscalía General de la República, por la portación de arma de fuego.
Aquí la pregunta es, ¿bajo cuál criterio los responsables de la justicia cívica determinaron que uno de los presuntos debería quedar en libertad, mientras el otro se fue a la FGR?
Si había una sospecha razonable de que ambos estaban involucrados en las lesiones de los dos paseños, ¿por qué no se pusieron a disposición de la Fiscalía del Estado Zona Norte, responsable de la investigación correspondiente?
La temeridad para realizar un ataque a balazos en las inmediaciones de las sedes de la Policías Estatal y Municipal, y hacerlo además a plena luz del día, frente a decenas de asustados testigos que acudían ese día a realizar algún trámite a las oficinas estatales, nos habla de la seguridad y confianza con la que actuaron los criminales.
Esa seguridad y confianza solo se tiene cuando hay una complicidad con las Policías para actuar impunemente, como ha ocurrido en miles de eventos delictivos en las calles de Juárez, donde nunca hay detenidos.
Bajo esa premisa, podemos asegurar que el o los sicarios, que estuvieron a punto de terminar con la vida de los dos paseños, actuaron cobijados y autorizados por los que supuestamente deben hacer respetar la ley. Esto no fue obra de un improvisado o un espontáneo que tuvo la ocurrencia de ir a matar a dos personas a las 2:30 de la tarde, frente a la sede de la Procuraduría Estatal.
Por declaraciones del fiscal de la Zona Norte, se supo también ayer que los dos heridos están en un hospital de El Paso, Texas. Negó que fueran abogados, como se especuló en un principio, pero dijo que estaban en las oficinas de la Fiscalía presentando una denuncia por hechos que no quiso revelar.
El sospechoso silencio que las autoridades guardaron en torno a las víctimas del atentado, hizo pensar incluso que se trataba de agentes policiacos encubiertos de los Estados Unidos, lo cual tampoco ha sido desmentido.
Mala señal habrán de mandar las autoridades municipales y estatales a la opinión pública, de no aclarar debidamente el caso y detener a los verdaderos responsables, no a simples chivos expiatorios, como suele ocurrir.
Muchas preguntas deberá responder el director justicia cívica, Jorge Salomé Bissuet Galarza, sobre los motivos en los que se fundamentó para que los detenidos en torno a la balacera no fueran consignados a la Fiscalía Estatal. ¿Será que los detenidos traían para comprobar su inocencia?
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Muy contento se vio en las fotos de las redes sociales el expresidente seccional de Samalayuca, Javier Meléndez Cardona, con el nombramiento de presidente en funciones del Partido de la Revolución Democrática, PRD.
El partido del sol azteca, que ya no tiene prerrogativas del INE pero conserva, de milagro, su registro en la entidad, seleccionó por unanimidad a Meléndez, según la publicación que hizo en su muro de Facebook.
Fue la dirección ejecutiva estatal del PRD la que tomó la decisión de darle la nueva oportunidad al hijo perredista descarriado, pues Javier había brincado del PRD al PAN, cuando fue presidente seccional de Samalayuca.
Ahora que se ha redimido y ha visto la luz, Meléndez presume que rescatará al PRD y lo sacará de la oscuridad en que se encuentra.
A menos que sea quemando leña para alumbrarlo, nadie ve otra forma en que ese partido pueda brillar en Juárez, donde solo ha sido comparsa de los partidos dominantes, pero nunca ha destacado por sus liderazgos o militantes, que la verdad sea dicha, han sido más oportunistas que perredistas.