La parsimonia con que se mueven las autoridades de los tres niveles de Gobierno para atender el problema de inseguridad ya es preocupante. En 48 horas se registraron 24 asesinatos y ahora salen a decirnos que harán un megaoperativo para atender la situación. What?
Después de reunirse en las instalaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) las corporaciones de los tres niveles de Gobierno llegaron a tal conclusión: iniciar con el despliegue policíaco. ¿Qué no llevaban meses con el mentado despliegue?
A la ciudad siguen llegando periódicamente elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional a reforzar las acciones de seguridad, pero a más de un mes de la multinombrada estrategia Unidos por Juárez, nadie ha brindado un informe sobre los resultados concretos de la misma.
Ayer fue la propia gobernadora, Maru Campos Galván, quien exigió a la federación mayor presencia, no solo de fuerzas armadas sino de apoyo estratégico para el combate a la inseguridad.
Mirone se pregunta, ¿dónde están las labores de investigación, la aplicación de la tecnología de punta y los resultados de las dichosas cámaras de vigilancia? ¿Qué está haciendo cada esfera de Gobierno para bajar los preocupantes índices de criminalidad?
Hoy nos aseguran que el objetivo principal del nuevo operativo será combatir el narcomenudeo y el tráfico de personas, ya que, nos dicen, son los principales responsables de la ola de homicidios.
Señores, los responsables de la seguridad son ustedes, no los delincuentes, se requieren acciones efectivas, precisas, y no solo desfiles que en nada aportan, ni inciden, ni aminoran las condiciones de violencia que prevalecen en Juárez.
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En el marco de las acciones que suponen vendrán a pacificar la ciudad, ayer, la Fiscalía General del Estado emitió información relacionada a las labores de colaboración interinstitucional con otras esferas de Gobierno.
Llama la atención el tema difundido: la capacitación de elementos de la Guardia Nacional como primer respondiente, es decir, están enseñándoles cómo deben intervenir cuando llegan a atender una emergencia.
Se supone que los elementos de la Guardia Nacional deberían de contar con ese tipo de entrenamiento, pero por lo visto no es así. Seguramente de ahí las toscas intervenciones en las que más de un juarense ha tenido que padecer por parte de estos elementos federales.
La capacitación es sobre la aplicación de protocolos de actuación en situaciones de seguridad. En ella se abordan dudas y dinámicas sobre cómo deben realizarse las intervenciones en las escenas de un crimen, tan frecuentes a la víspera.
El tipo de prácticas que se impartieron, incluyeron la elaboración del Informe Policial Homologado (IPH), Preservación del lugar de intervención y Cadena de custodia, así como la correcta aplicación de los niveles del uso de la fuerza.
Además, se hizo una simulación para que los elementos de la Guardia Nacional practicaran desde el acordonamiento hasta el aseguramiento de evidencias en la escena del crimen. Mirone se pregunta si están viniendo a aprender aquí esto, ¿qué les habrán enseñado en la academia?
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Si teníamos lugares deshonrosos en temas como homicidios y accidentes vehiculares, ahora vamos por la “medalla de oro” en fallecimientos.
La Estadísticas De Defunciones Registradas (EDR) del Inegi nos muestran que Chihuahua tuvo la peor tasa de decesos por cada 100 mil habitantes de todo el país.
La sola cifra da miedo: 193 por cada 100 mil, mientras que el promedio nacional fue de 160. Es decir, que quedamos muy, muy por encima de los indicadores promedio de todo el país.
Ahora que si comparamos la cifra de Chihuahua, primer lugar, con la de Quintan Roo, último, el resultado es todavía más pavoroso, pues en el paradisiaco estado del sureste tienen 106 fallecimientos por cada 100 mil habitantes.
Vale aclarar, tal como lo hizo el Inegi, que se trata de cifras preliminares del período 1 de enero al 31 de marzo, es decir, el primer trimestre del año.
No obstante, el muestreo, que se basa en certificados de defunción que emiten las oficinas del registro civil de las entidades federativas, ya va dando un panorama claro de cómo andan las condiciones de convivencia social y prevalencia de la salud en cada una de ellas.
En total, fallecieron 4 mil 220 hombres y 3 mil 240 mujeres en el período referido. Total: 7 mil 460.
Así como para alegrarnos un poco el día, el Inegi también publicó esta semana cifras que ponen a Chihuahua en los mejores lugares en cuanto a empleo, baja tasa de desempleo y formalidad laboral. Sin embargo, en cuanto a la protección de la salud y la vida, salimos debiendo.
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La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la SHCP, publicó esta semana el corte trimestral de las obligaciones financieras de entidades y municipios, la deuda de los estados, pues, y resulta que a Chihuahua no le está yendo muy bien que digamos.
Según el informe de la SHCP, la deuda pública del estado de Chihuahua alcanzó los 49 mil 800 millones de pesos al cierre del primer semestre del 2023.
¿Cuánto es esto? Mucho, mucho dinero, tanto que los humildes mortales como este Mirone jamás veremos esa cantidad junta ni aunque vivamos 100 años, y para un Gobierno que tiene un presupuesto anual de 90 mil millones de pesos, tampoco es un “enchílate otra” estar pagando tamaño deudón.
Para darnos una idea, en el tercer trimestre del 2021, es decir, cuando inició esta administración, la cantidad era de 48 mil 673 mdp, o sea, mil 127 menos que en este semestre primero de 2023.
Peeero, ¿por qué subió tanto el monto de la deuda?
Si nos atenemos a las cifras publicadas por la SHCP, la deuda carretera subió mil 160 millones de pesos entre septiembre de 2021, cuando inició la actual gestión gubernamental, y el segundo semestre del 2023.
Y subió mucho porque es un crédito –aunque no se le quiera llamar así– tasado en Unidades de Inversión, las famosas “Udi´s”.
El otro factor fueron los créditos de corto plazo, que llegó a los 967 mdp y un crédito respaldado con Aportaciones Federales por 144 mdp.
La deuda de Chihuahua es la tercera más grande del país, solo debajo de Nuevo León y Ciudad de México, entidades que tienen una economía y una demografía muy superior a la de nuestro estado, seamos sinceros.
Vale aclarar que la inmensa mayoría de esa deuda se contrató durante el gobierno de César Dee Jay, aunque él nunca lo haya reconocido, y se reestructuró durante la administración de Javier Corral, sin obtener mayores reducciones.
Así que ya lo sabe: cuando se pregunte para dónde va el dinero de las casetas de peaje, o por qué el Gobierno, de pronto, no tiene dinero, piense en el cráter financiero que nos han venido dejando nuestros diligentes gobiernos estatales.