Por las nominaciones para las candidaturas del 2024, ya existe una grilla fuerte en el PAN del Estado, pero la que ha brotado en las filas de Morena está peor, y amenaza con una rebelión de pronóstico reservado, por la versión que circula en el sentido de que ni los regidores ni diputados locales actuales, podrán buscar la reelección, por instrucciones del alto mando de la 4T.
Esa inconformidad trascendió ayer a nivel local, por la inquietud que trae desconcertados a los regidores morenistas, que ya hacían planes para seguir pegados a la nómina en la próxima administración.
Aunque no saben a ciencia cierta de dónde surgió esa versión, pero la dan por buena, lo que sí afirman es que será la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel, la que seleccione y palomee las planillas que competirán en el 2024 en la entidad.
De ser esto cierto, el primero que puede quedarse chiflando en la loma será el delegado federal Juan Carlos Loera, quien ya hasta había anunciado que renunciará con tiempo a su cargo, para buscar la candidatura a la alcaldía.
No hay que olvidar que el rompimiento de los dos personajes de Morena no es solamente sentimental, sino también político, porque el segundo sigue sublevándose al mando de la jefa de los programas de Bienestar.
Aunque dicen que la instrucción de la no reelección no tiene nada que ver con esta telenovela ni se trata de bloquear a quienes simpaticen con Juan Carlos, porque de los diputados locales y regidores locales ya nadie le hacía caso, salvo dos ediles mujeres que rompieron con su fracción en el Cabildo de Juárez y se refugiaron en el equipo del delegado; con la radical instrucción pretenden unir a las tribus y evitar el canibalismo que hasta ahora los mantiene dispersos.
Lo peor del asunto es que les está saliendo el tiro por la culata y por lo pronto, los regidores guindas se están reuniendo, andan buscando respuestas para quitar este candadote que les echaría a perder su futuro, pero, sobre todo, para tratar de encontrar un padrino que mueva la cuna a favor de sus proyectos políticos.
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La discusión en torno a la reforma electoral que emprendió el PRIAN desde el inicio de la legislatura ya caminó mucho más trecho de lo planeado al inicio y tal parece que ahí seguirá, porque cada vez salen más asuntos en los que no hay consenso.
Uno de los que “entramó” la discusión fue el de la reducción de los recursos del tesoro estatal para los partidos políticos, donde Morena quiere darle un buen “moche” de casi el 50 por ciento, pero ni el PRI, ni el PAN ni el Palacio de Gobierno quieren quitarse un solo centavo por concepto de “prerrogativas”.
A saber: la Ley Electoral del Estado de Chihuahua establece una fórmula para calcular las prerrogativas –nombre rimbombante que se le da a los subsidios oficiales– que luego se van a repartir entre los partidos con registro estatal.
Esta consiste en multiplicar el 65 por ciento de una Unidad de Medida y Actualización (UMA) por el número de electores inscritos en el Listado Nominal de Electores del Estado de Chihuahua.
Para darnos una idea: al corte más reciente, el listado tiene casi 2 millones 900 mil votantes, por lo que, multiplicados por el 65 por ciento de la UMA, que son algo así como 103 pesos, da un total cercano a los 200 millones de pesos.
¡Cuánto dinero! Y eso sin tomar en cuenta que en temporada electoral les dan otra “piscacha” más o menos parecida.
Morena pretende que la multiplicación no se haga por la totalidad de los electores inscritos, sino entre los que sí acudieron a votar en la elección reciente. En Chihuahua, serían un millón 357 mil 120 votantes, que son poco más del 46 por ciento del listado nominal.
O sea, que de 195 millones que cobrarían actualmente, le bajarían a 91 millones de pesos.
Ese dinero dejaría de caer en las cuentas de los partidos y quedaría a discusión hacia dónde se dirigirían.
Suena bien, pero hasta ahora, no hay consenso en ese aspecto, porque no hay partido alguno –tal vez ni Morena– que a estas alturas, con procesos federales y estatales encima, quiera perderle el cariño a tanto dinero.
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Lo que ya se veía venir de las aspiraciones políticas del presidente de la Canaco, Rogelio Ramos Guevara, finalmente está tomando color, porque resulta y resalta que el empresario hotelero ha externado su deseo de buscar la candidatura a la alcaldía de Juárez, bajo el cobijo de las siglas del PAN.
Así como lo leen, estimados lectores mironianos; “El Lento” Ramos está dispuesto a sacrificarse por Juárez y hacernos el favor de gobernar con su sapiencia, la complicada ciudad, siguiendo el ejemplo de otros dirigentes del organismo que en tiempos pasados brincaron con éxito, del sector privado al público.
Sus colaboradores cercanos, afirman que Rogelio es bien visto por la gobernadora del Estado y confían en que eso le allanará el camino, para que la dirigencia estatal del blanquiazul lo tome en cuenta y pueda competirles a Marisela Terrazas y a Rogelio Loya, los dos únicos visibles aspirantes hasta el momento.
Detrás de ese sueño guajiro de Ramos, está sin duda el equipo de empresarios multicolores que encabeza Alejandra de la Vega, quienes, en el fallido quinquenio pasado, manipularon y controlaron las diferentes cúpulas del sector privado de Juárez, con la bendición y patrocinio de Javier Corral.
Los porristas del dirigente de los comerciantes organizados locales, presumen sin probar, que su gallo tiene más experiencia y tablas para la grilla, que los otros dos aspirantes, y que solo le falta adherirse a las filas del PAN.
Consideran que eso no sería ningún problema para continuar con su proyecto político, tomando en cuenta el antecedente de Javier González Mocken, quien después de ser priista por convicción y morenista por conveniencia, en el 2021 fue postulado a la alcaldía por el PAN y perdió.
En el simplista escenario que plantean los aplaudidores del Lento Ramos, se les olvida que no basta tener el dinero para llegar, sino contar con una buena imagen de la que, por lo pronto carece el aspirante hotelero por su reciente pasado en el grupo corraliano.
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Hasta que por fin, la Comisión de Medio Ambiente y Ecología del Congreso del Estado, le pondrá el cascabel al gato por el abandono en que se encuentra el Parque Central, al citar a comparecer a los responsables de la administración y mantenimiento del importante pulmón verde de Juárez, que por las condiciones de desastre en que se encuentra, supuestamente pondría en peligro la salud y sobrevivencia de la jirafa Benito, actualmente motivo de gran controversia.
La diputada morenista Rosana Díaz, presidenta de la comisión, confirmó ayer esta “invitación” a comparecer tanto al actual administrador Rogelio Muñoz, como a quienes integran el consejo directivo del órgano público descentralizado, responsable de aplicar técnicas y políticas para su conservación, entre los que se encuentra el legislador panista Gabriel García Cantú.
Independientemente de la polémica que existe en redes sociales, sobre las malas condiciones del espacio donde se encuentra la gigante mascota, la diputada considera que el origen de este problema es el pésimo estado del segundo pulmón verde de la ciudad.
La comisión de medio ambiente, donde participan también los panistas Carlos Olson y Andrea Flores, así como el priista Noel Chávez y la petista Jaciel Arguelles, quieren escuchar personalmente los argumentos de los que mal administran el parque, de cuyo lamentable estado Mirone dio una amplia descripción el domingo 28 de mayo.
La comparecencia se programó para la próxima semana y no se descarta que los involucrados eludan el citatorio, así como hasta ahora han eludido responder a todos los cuestionamientos por el estado de deforestación y contaminación de los dos lagos del parque, solo por mencionar dos de las muchas anomalías que existen.
Si fue el propio Congreso local el que creó y le dio forma mediante decreto, a la figura del órgano público descentralizado del Parque Central, supuestamente para mejorar sus condiciones, será también desde la tribuna parlamentaria donde ahora les exijan respuestas convincentes y no pretextos, a quienes cobran por cuidarlo. Sin saque.