Al igual que el quinquenio de Corral, el quinquenio de Cabada inició también ya su cuenta regresiva, y en 27 días los juarenses se desharán del peor gobierno municipal que ha tenido Juárez.

“Gracias a Dios”, dijo César Duarte en el ocaso de su sexenio, cuando el maestro Fernando del Collado, en entrevista para Tragaluz, le preguntó “¿ya se va, gobernador?”. “Gracias a Dios”, respondió.

La administración de Armando Cabada tiró por la borda las ilusiones de los independientes por su pésimo trabajo y demostró que la reelección es un riesgo para tipos rapaces en el Gobierno… como es su caso.

Cabada reafirmó la partidocracia y le cortó las alas a una noble figura que se las vio negras para que la ley electoral la tutelara. Para desgracia de los ciudadanos, la administración independiente que llegó al poder municipal ha sido la peor que ha tenido Juárez en su historia moderna.

Al final de estos largos cinco años todos los compromisos y las promesas del Gobierno independiente quedaron en el olvido; mientras tanto, los negocios y los bolsillos de un reducido círculo gozan de cabal salud.

Después del 10 de septiembre a Cabada lo único que le quedará por disfrutar son los frutos de su administración, traducidos en moches y corrupción. Si usted no lo cree, pregunte con los constructores a los que vacunó religiosamente con el respectivo 30 por ciento de comisión.

En la academia de policía encontramos una de las más evidentes pruebas de dicha corrupción, la que distinguió todo el quinquenio. Ahí estuvo la penúltima mordida que le dio don Armando al pastel presupuestal a través de la licitación de la construcción de esa obra para la seguridad pública. La última se le frustró con la Feria Covid 2021, que por reclamo popular tuvo que suspender.

Y todavía quiere dorarle la píldora a los juarenses cuando dice que deja 2 mil millones de pesos a la siguiente administración, cuando todo mundo sabe que esos recursos serán para el pago de proveedores, de nómina, de aguinaldos y no para inversión pública. ¿A quién cree que engaña?

Del desorden, la inseguridad y la violencia ni hablamos. Las calles están desechas y la ciudad convertida en un muladar. Por eso la burla de los juarenses a la figura del alcalde es total. Gris y patético fin de un lector de noticias metido a presidente municipal. Sin duda, Armando Cabada será juzgado por la historia de esta frontera.

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Donde las cosas no están funcionando como se esperaba es en la oficina de transición de la gobernadora electa Maru Campos en Ciudad Juárez.

Lentitud en el proceso, falta de información y burocracia pura son la constante de los encargados de la oficina que se ha convertido en la agencia de empleo más importante de la frontera.

Los panistas se comen las uñas por los nervios, en la espera por saber en qué lugar los acomodarán en el nuevo Gobierno, pero por ahora toda la información que corresponde a Juárez está bloqueada, es “top secret”.

A los desempleados que andan en busca de hueso en el nuevo Gobierno solo les piden que lleven el currículo vitae para anotarlos en la larga lista de aspirantes a burócratas, luego ya no les vuelven a llamar ni para darles una razón de su solicitud.

Dicen las lenguas de triple filo que la falta de respuesta es así tal vez porque quien está de responsable de la “ofi”, Ricardo Vega, anda enfrascado en la grilla en que lo mete todos los días Joob Quintín Flores, dirigente municipal del PAN.

Resulta que Richard anda metidísimo también en la grilla interna del blanquiazul, y ya busca la mejor estrategia para quedarse con la dirigencia del Comité Municipal.

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Por el mismo camino anda el conta y decano Ramón Galindo, y en busca de la dirigencia municipal del PAN apresura el paso antes de que termine su chamba en el Gobierno corralista.

Tal parece que Galindo no sabe vivir fuera del erario, y ahora que ya se le acaba la chamba en la secretaría de Desarrollo Social anda buscando donde poner el huevo.

Galindo ha sido de los peores candidatos del PAN en los últimos años y ha sacado el porcentaje más bajo de votos para Acción Nacional en la candidatura a la presidencia municipal. A Ramón ya no lo quieren ni en su casa, menos en su partido, dicen sus detractores.

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En lujoso restaurante de la capital azteca fueron vistos el diputado electo federal Daniel Murguía Lardizábal y el próximo alcalde de Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, compartiendo el pan y la sal con el diputado Ignacio Mier.

Mier es el diputado más buscado por los electos, porque es el actual coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados y continuará al frente en la siguiente Legislatura.

Daniel Murguía y Pérez Cuéllar han pactado cerrar filas por el beneficio de Ciudad Juárez, y desde ahora, tienden puentes para conseguir apoyos y fondos presupuestarios.

De pasadita, el futuro legislador juarense aprovecha para cabildear y promocionarse con el coordinador de la bancada de Morena, para conseguir las comisiones de su interés en la Cámara de Diputados.

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Ayer viernes terminó la escuelita para los diputados electos locales de Morena, luego del curso intensivo que les dieron allá en el hotel Soberano de chihuahuitas tierras.

La jornada de capacitación de dos días fue buena y la actividad política dejó sus mensajes, que bajaron a través del dirigente nacional Mario Delgado, y del primer morenista de Chihuahua, Juan Carlos Loera de la Rosa.

Las exposiciones estuvieron a cargo de Manuel Loera, quien habló sobre “la situación actual y el reto de la frontera”. También participó Santiago Nieto, quien expuso el tema «combate a la corrupción y rendición de cuentas».

Ese evento sirvió para que Juan Carlos afianzara su liderazgo entre los diputados electos y también su jerarquía morenista en el estado. Parece probable que lo dejen decidir los nombres de quienes van a dirigir los destinos del partido a nivel estatal y de los principales municipios, Juárez y Chihuahua.