¿Alguien recuerda ese entretenido juego de la infancia en el que un “tubérculo redondeado de encendida temperatura” era pasado de mano en mano con toda la rapidez posible?
Al finalizar la canción o la música de fondo, quien lo tenía en la mano o la soltaba al suelo durante el proceso, perdía y era sacado del juego.
La Papa Caliente es un juego que a nivel de adultos también suele jugarse en las esferas del poder y que, lejos de ser divertido, constituye una especie de ruleta rusa en la que, quien se queda al final con la papa en la mano resulta “quemado” y por lo mismo, dejado fuera de la jugada.
Tal es el caso de lo ocurrido con el ahora exdirector del Cereso Estatal Número 3 de Ciudad Juárez, Alejandro Alvarado Téllez, quemado, cesado de su cargo y puesto bajo investigación por los hechos ocurridos en las primeras horas del domingo 1 de enero.
Suficiente queme fue para el exfuncionario el hecho de que 17 personas, de las cuales 10 eran custodios, hayan perdido la vida durante la fuga orquestada para la liberación del líder Mexicle Ernesto Alberto Piñón de la Cruz, alias “El Neto”.
Poco más de cuatro meses fue lo que duró Alvarado Téllez en este quemante juego tras tomar el relevo en agosto de 2022.
Esto fue un día después que Francisco Javier Delgado Soto -otro que salió tatemado- dimitiera de su cargo luego del motín y muerte de tres internos, incidente que detonó los lamentables acontecimientos del llamado “jueves negro”.
Resulta y resalta que ahora, a una semana del cese de Alvarado -de quien mironianas fuentes menciona que gran parte del tiempo atendía las necesidades del penal “a control remoto”, es decir desde fuera de sus instalaciones-, nadie quiere entrarle al juego de una papa encendida al rojo vivo.
Evidentemente nadie quiere enfrentar el riesgo de “ampollar” sus posibilidades de mantenerse incólume y exento de quemaduras en otras áreas del juego político.
Y es que hay de quemadas a quemadas y, al parecer, no existe pomada que alivie la exagerada y achicharrante quemadura provocada por la papa caliente del Cereso local.
En tanto las autoridades estatales guardan gran hermetismo, señalando sólo que se continúa con el recuento de daños, la limpieza y revisión “a conciencia” del penal para evitar “nuevas sorpresas”, y las “incansables” labores de rastreo de los 26 reos evadidos que continúan prófugos.
Por ahora y mientras que oficialmente se anuncia una revisión de perfiles para determinar quién será el nuevo director, el penal está “temporalmente” a cargo de Nora Angélica Balderrama Cano, subsecretaria del Sistema Penitenciario, Ejecución De Penas y Medidas Judiciales quien, evidentemente, se hace cargo del mismo igualmente a control remoto.
Se dice y se cuenta que muy probablemente el nombramiento recaiga en un militar que no le saque al juego del encendido tubérculo que, en menos de cinco meses, ha provocado la caída de dos directivos que se mantienen bajo investigación.
“Este es el juego de la papa caliente, que cada quien lo siente…”
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Se tardaron, pero finalmente despidieron por la puerta trasera al director estatal del Sistema Penitenciario, Luis Alfonso Harris Arrondo, quien ahora deberá responder por todas las corruptelas y el autogobierno de malandros que había en el Cereso número 3.
No basta con que el señor se haya ido dejando tras de sí un cochinero en el penal. Ahora la Fiscalía del Estado no tiene pretextos para abrirle una carpeta de investigación y fincarle responsabilidades, por todas las irregularidades que se han descubierto hasta ahora, por la fuga de los peligrosos reclusos y lo que le roce por la muerte de los 10 custodios y 7 reos.
Si sabía o no sabía lo que pasaba en el interior del penal, para el caso es lo mismo, porque en ambas situaciones significa ineptitud y merece cárcel, porque el señor no estaba administrando una paletería o una tienda de abarrotes, sino un reclusorio, con cientos de prisioneros que practican la ley de la selva intramuros, que corrompen, asesinan y generan violencia hacia el exterior, cuando las autoridades son sus cómplices, como finalmente pasó el primero de enero.
Por lo mismo no basta con que el fiscal anuncie la posibilidad de investigarlo, porque de promesas está pavimentado el infierno, sino que se practiquen revisiones en los otros nueve penales que tenía a su cargo y de donde saldrán muchas sorpresas, principalmente de los de Chihuahua, Nuevo Casas Grandes y Cuauhtémoc.
A menos que quieran darle más tiempo, del que ya le dieron desde que ocurrieron los hechos, para que trate de poner en orden el caos con el que administraba los penales para que salga bien librado de esta bronca.
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Otra vez la misma estulticia de la policía investigadora de insinuar relaciones peligrosas de una mujer asesinada, como posible móvil del crimen.
Así se puso de manifiesto, cuando la Fiscalía de la Mujer dio a conocer que las dos mujeres jóvenes, reportadas como desaparecidas desde el 4 de enero, fueron localizadas muertas y sepultadas de manera clandestina en una vivienda del fraccionamiento Parajes del Sur.
Se trata de Gabriela Janeth López Pedroza y Maribel García Trevizo, de 26 y 24 de edad, respectivamente, dos víctimas más de la violencia incontenible contra mujeres que se registra en la ciudad, para las que no hay justicia ni preocupación de las autoridades responsables de procurarla.
Tras su hallazgo, los sagaces investigadores soltaron la versión que una de ellas, al parecer, tenía una relación sentimental con uno de los reos fugados del Cereso el pasado primero del año, como si eso fuera la causa probable del doble asesinato.
Los otros fugitivos tienen también esposas, novias o concubinas, como quieran llamarle a su relación sentimental, y no por ello son delincuentes.
La irresponsable insinuación, solo demuestra que a falta de neuronas para descifrar los crímenes, lo más fácil sigue siendo inventarles relaciones sospechosas a las víctimas.
Si además de eso, la Fiscalía responsable no ha determinado si los dos asesinatos deben ser tipificados como feminicidios, estamos presenciando sin duda el monopolio de la ineptitud, en lugar del de la procuración de justicia, que es misión.
Ante este escenario, volvemos a insistir con la pregunta incómoda: ¿servirá de algo que la autoridad investigadora clasifique los asesinatos de mujeres como homicidios dolosos o feminicidios, si en cualquier de los dos casos quedan impunes?
Aquí es donde deberían poner toda su enjundia los diputados locales, cuestionando procedimientos, exigiendo resultados, auditando las carpetas de investigación, pero, principalmente, purgando la Fiscalía para que todos los agentes, peritos y ministerios públicos que atienden los homicidios de mujeres, pasen las pruebas de capacidad y confianza, para que dejen de estigmatizar a las víctimas y se pongan a trabajar.
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Lo dicho. El nombramiento del chiapaneco Miguel Prado de los Santos como delegado del canciller Marcelo Ebrard en la entidad, para coordinarle los trabajos de proselitismo con miras al 2024, ya hizo mucho ruido entre los grupos de simpatizantes que reclaman la titularidad de ese cargo, como es el caso de la diputada federal Mayté Vargas.
Ahora la legisladora anda muy apurada pregonando en los medios que la mera mera de la precampaña del canciller es ella, aunque confiesa que Marcelo Ebrard solo le dio el nombramiento de coordinadora estatal de manera verbal, nada por escrito. ¡Ahí está el meollo!
La joven política admite que Marcelo sí nombró a Miguel Prado, pero luego le dijo que no, que la buena para ese trabajo era ella y solamente ella.
Falta lo que diga el mismo diputado Prado de los Santos y la coordinadora en el Estado de Avanzada Nacional, Hellen García, quien es la que más trabajo ha realizado en favor de Marcelo con miras al proceso interno de Morena.
Aunque Vargas o Prado digan que van a coordinarse con esta organización, y con otras que también han levantado la mano en favor del secretario, en política, nadie en su sano juicio va a entregar su trabajo de varios meses, para que otros se luzcan y hagan caravana con sombrero ajeno. Al tiempo.