Por protagónico y gandalla, tremenda exhibida le dieron al regidor y coordinador de la fracción edilicia del Ayuntamiento de Juárez, Joob Quintín Flores, en la primera sesión de Cabildo del Gobierno 2021-2024, el miércoles pasado.
Fue el secretario del Ayuntamiento, Héctor Orpinel, quien lo puso en su lugar, y con mucha decencia le dijo lo que en palabras llanas se interpretarían como ignorante, protagonista, holgazán y fantoche.
Todo ocurrió cuando, en el orden del día de la sesión ordinaria, el abogado Orpinel leyó la propuesta del acuerdo para reformar el reglamento orgánico de la Administración municipal, con el propósito de adelgazar la nómina, que, entre otras modificaciones, contiene la desaparición de la Secretaría Técnica y la del administrador de la ciudad, para que este último pase a la Coordinación de Directores.
Fue entonces cuando el dirigente local del PAN y coordinador de los regidores panistas quiso tener sus cinco minutos de fama y ser el primero en lucir como oposición en el nuevo Ayuntamiento, pero le fue como en feria, porque aparte del ridículo, no hizo otra cosa en su triste debut como edil.
Joob, que preside la Comisión de Turismo y Desarrollo Económico, dijo muy ufano: “estudiamos el proyecto y llama la atención la premura y falta de análisis del mismo, porque debió hacerse en la Comisión de Gobernación”.
Envalentonado con su exposición, hasta se dio el lujo de pedir más tiempo en su intervención, solo para dejar constancia pública de que lo que natura no da, Salamanca no lo presta, mientras sostenía que la reforma “tiene errores de fondo y forma y no podemos darnos el lujo de votar estos temas a la ligera”.
Luego advirtió que el PAN habrá de ser la principal fuerza opositora del Ayuntamiento y planteó que la propuesta de acuerdo fuera turnada a comisiones para “un análisis y debate profundo”.
En su réplica, el secretario Orpinel dijo que con la propuesta de reforma no están haciendo nada ilegal y que el mismo artículo 68 del reglamento interior permite, sin pasar a comisiones, dispensar el dictamen en análisis.
Reconoció a su vez que varias comisiones del Cabildo no se han integrado formalmente, cuando deberían haberlo hecho en la primera oportunidad que tuvieron.
Luego, sin piedad le dio el primer descontón: “A lo mejor los integrantes de las comisiones, las que son de su partido, no le han informado, toda vez que el viernes 17 solicité a los regidores de la Comisión de Gobernación, que es la que tiene que dictaminar los procesos que se presentan en la reglamentación interna del Municipio, para que pudieran conocer esta propuesta”.
La Comisión de Gobernación está integrada por tres regidores, uno de ellos es Enrique Torres y pertenece al PAN, y por lo mismo, los argumentos de Joob para oponerse a la reforma quedaron automáticamente sin sustento, porque la propuesta sí fue revisada por sus compañeros de partido.
Orpinel aseguró que a dicha comisión se le entregó un primer documento y se le pidió que hiciera algún tipo de propuesta. Luego, le dio el segundo descontón cuando abundó: “Tan es así, que algunos miembros de su partido político nos hicieron llegar algunos comentarios para mejorar la propuesta”.
Por si la exhibida como ignorante no fuera suficiente, el secretario le dio un tercer sopapo, mientras que el bisoño regidor permanecía azorado y de brazos cruzados, pensando probablemente que en boca cerrada no entran moscas.
Orpinel fue contundente al presentarlo en la primera sesión de Cabildo como holgazán, por no decirlo más feo: “Todavía el sábado se les hizo llegar otro documento, y el lunes, en la sesión previa, a la que por cierto usted no pudo acudir, estuvimos discutiendo el tema ampliamente. No fue un tema que se haya sometido por ocurrencia ni por ninguna otra forma”.
Mientras Joob pelaba tremendos ojotes y era el foco de atención de propios y extraños, Héctor Orpinel le dio el cuarto y fulminante porrazo, al plantear: “No venga ahorita a decir que no se han corregido algunos temas, pues es tanto como desconocer el reglamento interno que nos rige y para eso están las sesiones previas de los lunes. Me parece una falta de respeto que ignore el reglamento”.
Al salir de la reunión como perro apaleado y con la cola entre las patas, no faltó quien le dijera a Joob que el que se lleva se aguanta, mientras el flamante regidor era seguido de cerca por sus ineptos asesores, que están a un paso de volver al desempleo.
Para los regidores de las fracciones de oposición del Cabildo, quedó muy claro que Quintín se comportó, en su primera intervención, como un político desinformado, arrogante, mentiroso y protagónico.
Se subió al ring con un peso completo y en el primer round lo dejaron fuera de combate, porque lo único que hizo fue dar lástima y pena ajena. Quiso pintar su raya con Cruz y jugar a las vencidas en el primer encuentro en el Cabildo y quedó como un simple aprendiz, como vil novato.
Pérez Cuéllar ni siquiera tuvo que intervenir para defender su propuesta de reforma. Dejó que su brazo derecho lo hiciera de manera demoledora, para no dejar dudas de que en mares de tiburones, las sardinas no cuentan.
Joob Quintín evidenció otra vez que le quedó muy grande la coordinación de la fracción edilicia blanquiazul, que les agandalló a sus correligionarios, al igual que el reparto de comisiones.
Exhibió también sus limitaciones en pericia política y, en esas condiciones, los panistas ya se preguntan cómo pueden ser la principal fuerza opositora del Ayuntamiento, si su coordinador está negado por exceso de soberbia y falta de inteligencia.