Bien no puede estar un país cuando la primera dama de la nación le descarga dos letales desaires a su marido el Presidente de la República ante los ojos de la clase política mundial ávida de morbo, ansiosa de clavar sus colmillos insaciables entre los más débiles…
Imagina Mirone a los lobos del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional, del Departamento de Estado norteamericano, de las empresas multinacionales, afinando la punta al lápiz para sacar provecho del “carácter” de México reflejado en la conducta de su presidente. Si así está el jefe de la Nación, así está el país.
Ante los reyes de España en México y en el desfile nacional del pueblo francés, Angélica Rivera, La Gaviota, dejó a su marido con la mano extendida en obvia muestra de acérrimas fricciones entre ambos.
Surgida de los camerinos telenoveleros y ascendida al primer círculo del poder en el país sin más filtro que la estética de su cuerpecito y su rostro bonito en la pantalla chica, no le importó a ella el mensaje dado al mundo con su actuación. Arrastra en paquete a todos los mexicanos con el cobro de su dulce venganza contra Peña. Las imágenes se hicieron virales. “Pobre Peña Nieto, nunca lo defiendo pero en esta ocasión sí sentí un poco de compasión x él… su cara fue de: ‘¿y ahora qué hice?’”, dijo un usuario de los más decentes en YouTube. La inmensa mayoría en esa y otras redes no tuvieron contemplaciones en sus comentarios: hirientes y sin artificios ilustrados.
Desde el New York Times y periódicos europeos, hasta la generalidad de los medios informativos de Sudamérica resaltaron los “incómodos” momentos:
“Cuando la primera dama mexicana intentó tomar el brazo de su esposo, Peña Nieto la ignoró, distraído con los reyes españoles. Pero esta acción no pasó desapercibida por Angélica Rivera, quien luego ‘se vengó’ rechazando la mano del mandatario mexicano cuando le intentó ceder el paso”.
“Con una mirada de hielo, Gaviota siguió de frente como si su esposo no existiera”.
“El breve hecho, que nos recuerda a una similar con el mandatario peruano, Ollanta Humala, y la primera dama Nadine Heredia, ya se ha vuelto viral en las redes sociales”, relató La República.PE, periódico peruano.
A su vuelta del amargo viaje por tierra de los talentos histriónicos Depardieu y Jean Reno, de la cantante de celestiales meneos Alizee (la locura en J’en Ai marre), Peña está obligado a revisar su relación con La Gaviota, no tanto por el morbo y cotilleo a su costo, que han provocado desaires y desplantes, sino por la mala imagen que le genera como presidente y la debilidad en la que coloca a su Administración y al país.
Pero este asunto es como la cereza podrida en un pastel de sabor amargo comparado con el tema de mayor importancia e impacto de los sucedidos cuando la comitiva presidencial andaba por los Campos Elíseos.
Enrique Peña Nieto y su régimen, y de nuevo México, fueron destrozados por la fuga de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, del penal de alta seguridad del Altiplano, Almoloya, Estado de México. “Penal de alta facilidad”, le llaman ahora.
Palidecieron los desprecios de la primera dama frente a las reacciones del mundo ante la segunda fuga del jefe del Cártel de Sinaloa de un penal de “máxima seguridad”. De Puente Grande salió en un vehículo entre el depósito de ropa sucia; del Altiplano huyó por un increíble túnel que conectó por más de kilómetro y medio directito con el desagüe de la regadera de su celda. En ambos casos hay la certeza generalizada de que la corrupción debió ser gigantesca para que el capo lograra su cometido. Haya sido por un túnel o no.
El hecho tiene colocado al país en una más de sus recurrentes crisis de seguridad y nula confianza en su sistema de procuración y administración de justicia. Las repercusiones en el sistema político general y económico son incuantificables a estas alturas.
“Sería imperdonable” que El Chapo escapara de nueva cuenta, dijo el presidente Peña al periodista León Krauze tras su reaprehensión el año pasado en un hotel de medio pelo de Mazatlán, Sinaloa.
Huyó Guzmán de nueva cuenta y dejó demostrado que el PRI en el Gobierno federal es muy distinto al PRI que mantenía un control férreo del Estado sobre la delincuencia organizada; un control ciertamente sui géneris, al estilo Coello Trejo o El Negro Durazo, pero al fin control.
Hoy es la burla y la impunidad plenas, porque el ejercicio del poder está por completo relajado entre la farándula, la simulación y la visión de Gobierno colocada estrictamente en lo mediático y la corrupción. Aquellas famosas “reformas de gran calado” quedaron como mesa puesta para el supracapitalismo internacional, sin mayor beneficio para los mexicanos que mantenerse en el tercer mundo con marcas de primer mundo.
“Los muertos de Calderón”, como consecuencia de “la guerra contra el narcotráfico”, rebasaron los 100 mil, según diversas estadísticas; “los muertos de Peña”, andan más o menos por las mismas cantidades, proporcionalmente hablando, entre los seis años de la pasada Administración y los casi cuatro de la presente.
Era mayor la necesidad de concentrarse en el tema de la seguridad, en el freno a la impunidad, en una auténtica revolución educativa, que dar prioridad a los intereses extranjeros en la república. Estos son los resultados: la inseguridad sigue afectando a todos los órganos del Estado y triturando la vida institucional.
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Innumerables especulaciones pueden ser armadas en torno a la fuga de El Chapo, sobre todo aquellas que tienen que ver con la forma de la huida. Pero haya sido túnel o haya sido la puerta principal (de las veintitantas habidas hasta su celda) no hay duda de que los grandes perjudicados son el Presidente de la República y su equipo. Las consecuencias son para los mexicanos.
No puede haber duda de que Peña no consintió la evasión. Era –es– en su perjuicio. Por mucha mala fama que tenga de cometer errores graves, esta no se la podemos adjudicar. No llegó a la Presidencia por bobo.
Han sido los descuidos, el desinterés y la falta de visualizar las prioridades los que lo han colocado en esa situación. Ha relajado la disciplina, la organización, la autoridad, misma que ha sido tomada, en el caso particular, por el crimen organizado. O si nos vamos jefes para el círculo más íntimo del señor presidente, por la protagonista de la película Aquí Espantan, Angélica Rivera (una de las poquísimas en las que aparece en la pantalla grande).
Después de su primera fuga de Puente Grande, El Chapo recibió la letra de un corrido que si bien no es la última Coca Cola en el desierto en materia de rítmica, ni mucho menos de gusto estético para el oído, sí deja clara la visión del capo sobre su realidad, su actitud, su convicción y su capacidad para colocar su nombre en la geografía nacional –e internacional– por arriba de cualquier gobernador, sobre cualquier dirigente de partido político nacional, sobre líderes empresariales y, lamentablemente ahora, por encima del Presidente de la República. Leámoslo.
“Declaramos al señor Joaquín Guzmán Loera como Presidente del estado de Sinaloa municipio de Badiraguato….
“Todo el tiempo he peleado
contra el poder del Estado
y desde aquel abril recuerdo, del año
77 desde entonces no he parado
yo trabajo pa’ mi pueblo
tengo un gran equipo armado
mil historias han contado hoy por
ser primer ministro me mantienen señalado.
“Y me mantienen señalado pero
no se han preguntado quién ayudará
a este pueblo como yo le he ayudado
lo recalco y lo repito y bien queda confirmado
que seguiré trabajando contra el poder del Estado
esta no es una amenaza
es un hecho y lo he logrado.
“Soy del rancho de La Tuna
cerca de Badiraguato y desde
aquel 12 de enero del 2001 recuerdo
me les pelé pa’ mi rancho
y de las cosas importantes que hoy
existen en mi vida, el nivel de mis negocios,
amistades de mis socios, el calor de mi familia
de mis hijos adorados
sin olvidar a mis viejas pues soy muy enamorado
el golde de la familia, cómo olvidar a mi hijo
siempre lo llevo en mi mente como Iván y Alfredito
del estado y mi gente
hoy soy el Primer Ministro….”*
¿Coincidencia que Guzmán Loera escapara en momentos en que Peña sufría los sonados desdenes de su esposa en la romántica France y que se haya dicho que la evasión estaba preparada desde días antes para hacerla coincidir con el aniversario de la independencia de los Estados Unidos? Las interpretaciones terminan donde empieza la verdad, y la verdad es que los hechos ocurrieron en ese corto lapso.
El corrido no es sólo una fanfarronada más de las conocidas entre los jefes del crimen organizado. Es una realidad que el oriundo del municipio sinaloense pegadito a Chihuahua cuenta con un poderoso equipo más eficaz que el Gabinete de la República. Tiene mejor equipo legal que el de Osorio Chong, financieros superiores a Videgaray, cabildeadores legislativos más eficaces que Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones; tiene mejores expertos en ingeniería que el secretario de Obras Públicas, que no sirve ni para hacer carreteras decentes… Tiene su cuerpo “diplomático” que sirve a sus intereses en las principales ciudades de los Estados Unidos (le concedemos la razón a Trump), en Guatemala, Perú, Bolivia, Colombia, Venezuela, Argentina, Chile, Europa… Rusia.
Guzmán es la “autoridad” prácticamente en todo el territorio nacional: desde Yucatán hasta Chihuahua, desde el Pacífico hasta el Golfo. Ningún gobierno local tiene abierto un solo proceso penal en su contra a pesar de ser uno de los actores principales en la ejecución de decenas de miles de personas y de mantener inundadas las ciudades de todo tipo de drogas que siguen acabando con generaciones de jóvenes.
“… no se han preguntado quién ayudará
a este pueblo como yo le he ayudado;
lo recalco y lo repito, y bien queda confirmado
que seguiré trabajando contra el poder del Estado
esta no es una amenaza
es un hecho y lo he logrado…
Hoy soy el primer ministro”
Hasta por sobrevivencia política –si no es por rubor o decoro personal–, el señor presidente está obligado a tomar el control del barco y asumir su papel como tal. La pachanga y la frivolidad deben terminar para dar paso a la fortaleza de las instituciones, tan menoscabadas y expuestas a la mofa y al ridículo. La prioridad son los problemas nacionales de fondo, no la calidad del maquillaje para la televisión ni la adquisición de mansiones glamorosas. Si El Chapo se preocupa por “su gente”, ¿por qué Peña y todas las autoridades gubernamentales del país no?
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Algo se avizora en el panorama tricolor de Chihuahua y no parece otra cosa que fuerte sacudimiento.
La última luz al final del túnel entre el pleito que mantiene Palacio contra el baecismo fue apagada la semana pasada con lo que fue considerado un plantón del gobernador César Duarte, del secretario general de Gobierno Mario Trevizo y del secretario de Desarrollo Económico Manuel Russek, a la comida que convocó en su rancho el exgobernador Fernando Baeza Meléndez.
Las melodías que entonó Jaime Ríosvelasco y las poesías que declamó un invitado especial sonaron, irónicamente, a resignación para la guerra total. Los invitados habían asegurado su asistencia, pero no llegaron. Su ausencia fue leída como negativa a la negociación.
En los días siguientes, el portaestandarte del baecismo para la Gubernatura, Marco Adán Quezada, intensificó su precampaña y fue más categórico en su discurso: “el PRI no tiene dueño”, le dijo a Palacio. Ayer regresó a Ciudad Juárez para presidir varias reuniones.
También la senadora y precandidata Graciela Ortiz estuvo en una entrevista de radio –ha preferido la radio para su precampaña–, donde le hizo segunda –o primera– a Quezada en relación a Palacio de Gobierno. Ella tiene perfectamente claro que si por el duartismo fuera, ni Chihuahua podría pisar. Ayer tuvo recorrido por Delicias.
El baecismo se ha sentido acorralado por los mandones del Estado. Consideran que en cualquier momento habrá nuevos intentos por dejar fuera de circulación a Quezada –demandas penales, aprehensión, cuentas públicas, etc.–, pero han contestado que tienen artillería para responder igual o más fuerte.
“Estamos en una etapa política de sálvese quien pueda”, ha advertido uno de los principales actores en esa refriega que no tiene más que dos salidas: el desplazamiento completo del duartismo o la repartición futura del pastel entre el baecismo, el propio duartismo, el tetismo, Graciela Ortiz y la otra senadora precandidata, Lilia Merodio.
La última palabra ni el arbitraje pueden ser dictados en Chihuahua: la decisión está en el DF, siempre y cuando se ajuste a esas premisa; de lo contrario, el pastel será puesto, pero en la mesa de otro partido o algún independiente. Si El Bronco pudo, si El Chapo puede… Suenan los tambores de guerra.
*Tomado de AlbumCancionYLetra.com