Respetable público… ¡Lucharán a 2 de 3 caídas sin límite de tiempo! En esta esquina… ¡El Santo y El Cavernario! Y en esta otra… ¡Blue Demon y el Bulldog!
Así, estimados lectores, a ritmo de la Sonora Santanera, es como este Mirone quiere iniciar un recuento que, más que de daños, se trata de pellizcos, picadas de ojo, recortes de manga, sacadas de lengua y manotazos, entre los principales hacedores de la política y Gobierno que tienen influencia en nuestra entidad… Tome su lugar y prepárese para la lucha estelar, sin límite de tiempo.
Si viviéramos en los tiempos del Mesías, bueno, vivimos en esos tiempos, pero hablamos del otro Mesías, el que nació 2023 años atrás, de Jesús de Nazareth, y nos remitiéramos al pasaje de la mujer adúltera que aparece en el libro de Juan 8, 1-11, en la Biblia, y le hiciéramos una ligera adaptación a los tiempos modernos, en el momento donde el Nazareno dice “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, le aseguro, que ya se hubiera armado la campal a pedradones.
Y el comentario viene al caso no precisamente porque los actores estén libres de pecado, pero sí porque en estos tiempos prevalece la política de tirar la piedra y esconder la mano; cuente usted: muerte de inocentes, injusticia, impunidad y desvergüenza prevalecen entre los gladiadores fariseos y escribanos, que no son otros más que los jefes políticos y por tanto los responsables de impartir autoridad para el bien común y buscar hacer justicia.
Las tres esferas de Gobierno que deberían coordinarse para mejorar las condiciones de Ciudad Juárez y de todo el estado de Chihuahua, pareciera que han preferido mantenerse en el bajo nivel de los dimes y diretes, en las discusiones que lejos de abonar a consolidar el bienestar de los ciudadanos, tienen como fin primordial sus intereses personales, aspiraciones políticas y la defensa de sus colores partidistas como prioridad, olvidando con ello, sus obligaciones.
Y es que ya estamos muy entrados en el año anterior a las elecciones que revovarán presidencia de la República, diputados federales y locales, así como alcaldes, síndicos y regidurías, entonces los suspirantes de todos niveles intentan permanentemente lucir su imagen y ensuciar la de los rivales. Lucha libre, pues.
Si pudiéramos encontrar un punto de origen de la contienda que hoy en día nos ocupa, este pudiera situarse en el 2020, justo un año antes de que se llevaran a cabo las elecciones estatales, en las que los chihuahuenses eligieron gobernador (a), diputados locales, Ayuntamientos y síndicos.
Y tal cual ocurrió en esa ocasión, hoy también vuelve a tomar fuerza un conflicto que aconteció entonces: el del agua entre los estados del norte. ¿Será coincidencia? Decídalo usted.
………………
Hagamos algo de contexto para entender los por qués que nos ocupan. En el año 2020 el mundo entero vivía en crisis por la pandemia generada del Covid-19.
En enero, ante los tiempos electorales que se avecinaban fue el entonces senador, Cruz Pérez Cuéllar, el primero en levantar la mano en Morena para hacer manifiesta su intención para contender por la gubernatura del estado. A la víspera hacía lo propio María Eugenia Campos Galván, revelando su deseo de contender para ser candidata a gobernadora por el Partido Acción Nacional.
En ese tiempo, Juan Carlos Loera de la Rosa era el delegado de programas federales, por lo que tuvo que dar la cara ante los agricultores, protagonizando desencuentros que fueron escalando de tono, desde los insultos hasta mantenerlo sitiado en la Presidencia Municipal de Ojinaga.
Era el mes de junio, cuando los quejosos voltearon y quemaron la camioneta en la que viajaba el funcionario federal, quien requirió ser rescatado con el apoyo del entonces gobernador, Javier Corral Jurado.
En ese marco, en el estado de Chihuahua se libraba ya una abierta batalla por el agua. En septiembre, el conflicto dejó como saldo la muerte de dos agricultores a manos de la Guardia Nacional, cuando el Gobierno federal abrió las compuertas de la presa la Boquilla, para pagarle el agua a los Estados Unidos, de acuerdo con el Tratado de Aguas de 1944 firmado entre ambos países para administrar y compartir el recurso que fluye en los ríos Colorado y Bravo.
Fue ese mismo mes, cuando siendo presidente municipal de Chihuahua, María Eugenia Campos acudió al municipio de San Francisco de Conchos para ofrecer su apoyo a los agricultores en su lucha por el agua de la presa La Boquilla.
Ese año, México le debía al vecino del norte 282 millones de metros cúbicos, que deberían ser entregados antes de octubre, lo que desató la furia de los campesinos del sur y centro del estado de Chihuahua, cuando Conagua le abrió las compuertas de la presa la Boquilla para comenzar a pagar lo establecido en el Tratado.
Aunque México pagó la deuda de agua al vencer el plazo en octubre del 2020, el vital líquido no salió solamente de Chihuahua, sino también de las presas de Nuevo León y Tamaulipas, lo que generó un conflicto con esta última entidad, que está en crisis en este 2023.
El conflicto fue escalando hasta enero del 2021, cuando los diputados federales por Tamaulipas solicitaron la intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador, para que Chihuahua entregara 500 millones de metros cúbicos de la presa La Boquilla, que supuestamente se les adeudaba.
En ese momento, la Boquilla contaba apenas con el 31 por ciento de almacenamiento. Es decir, con 900 millones de metros cúbicos, que no alcanzaban para atender los reclamos de los tamaulipecos, ni para el riego de los productores chihuahuenses, y por ello no se entregó el volumen reclamado de esa presa.
El 30 de octubre de 2020 el delegado Juan Carlos Loera de la Rosa renunció a su puesto en el Gobierno federal y se manifestó para buscar la candidatura de Morena a la gubernatura de Chihuahua.
El 20 de diciembre se informó que el ungido por Morena sería Juan Carlos Loera, decisión que no fue grata para Cruz Pérez Cuéllar, quien anunció que impugnaría la elección como candidato de Loera, aunque luego se desistió, y quedó como candidato a la presidencia municipal de Juárez.
Cruz finalmente fue el ganón, pues resultó ganador con 213 mil 073 votos contra Javier González Mocken, expriista, morenista y que había contendido en esa ocasión por el Partido Acción Nacional y que logró captar apenas 119 mil 952 votos.
Mientras tanto, Juan Carlos Loera De la Rosa perdió apabullantemente en las urnas estatales, contra María Eugenia Campos Galván; el primero recibió 373 mil 711 votos, mientras que la segunda obtuvo 482 mil 950 sufragios a favor. La derrota de Juan Carlos Loera significó también que Chihuahua contara por primera vez con una mujer al frente del Poder Ejecutivo Estatal: Maru Campos.
Ya como gobernadora, una de las primeras acciones que tuvo Maru Campos, fue el acuerdo con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, para finalizar el conflicto que se tenía por el agua en la presa La Boquilla.
Con dicho acuerdo, calificado como histórico, se aseguraba que en los años venideros no se iba a repetir una situación similar. Pero la magia solo duró un año y meses, como lo leeremos líneas adelante.
Fue en una visita que realizó el presidente Andrés Manuel López Obrador a la ciudad de Chihuahua, donde junto a la gobernadora Maru Campos ofreció una conferencia en las instalaciones del 23 Batallón de Infantería, donde destacaron los halagos entre los representantes de ambas esferas de Gobierno. Parecía que el agua retomaba su calma.
Sin embargo, en el presente año, los reclamos por parte de Tamaulipas, estado gobernado por Américo Villarreal de Morena, han ido creciendo hacia Chihuahua, para que les entreguen el agua, que dicen les corresponde.
A esta pugna se ha sumado el propio AMLO quien afirma que el agua en Chihuahua se acapara para unos cuantos productores, aunque luego señaló que su Gobierno estará atento para que no haya un conflicto entre Chihuahua y Tamaulipas. O lo que en otras palabras es apagar el fuego con gasolina.
Ante la insistencia de querer que las presas de Chihuahua sean abiertas, la gobernadora Campos ha dado un nuevo manotazo, al declarar a los medios que “hay varias embatidas por parte del Gobierno federal, y una fue la de los migrantes, otra puede ser la del agua; sobre mi cadáver, que vengan a quitarnos el agua al estado de Chihuahua”. El tiro ya estaba cantado y se irá hasta la tercera caída.
………………
El ring político ha tenido ya entre sus protagonistas a Cruz y Juan Carlos. Hay un episodio que quedó en el anecdotario entre ambos políticos, donde afirman quienes lo presenciaron, llegaron a los guamazos.
Fue durante un partido celebrado en el Estadio Olímpico, entre los Bravos de Juárez y Dorados de Sinaloa, cuando ambos personajes coincidieron y de las palabras se pasaron a los golpes, las bañadas de cerveza y las mentadas.
El hecho quedó sepultado en los medios de comunicación, aunque todavía se puede encontrar la referencia en portales digitales. Del lamentable exabrupto, se afirma en la narrativa, fue Loera el que perdió la razón y lanzó el primer puñetazo y si bien, ya no se han dado de catorrazos, la lucha por el poder entre ambos continúa y va de dos a tres caídas, sin límite de tiempo.
En una de sus visitas a esta frontera, en julio de 2022, el entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, vino a avivar el fuego del encono entre Cruz y Loera.
López Hernández señaló en un acto público de manera directa que Juan Carlos Loera de la Rosa, le robó la elección interna a Cruz Pérez Cuéllar, para ser el candidato por Morena a gobernador en el 2021. ¡Zas, culebra!
“A mí me hubiera gustado verlo como gobernador de Chihuahua; se la robaron sus compañeros a la mala, pero todavía tiene oportunidad ”, dijo textualmente Adán Augusto.
La declaración provocó que Cruz, que se encontraba en el presídium, abriera los ojos atónito, mientras que la diputada consentida de la 4T, Andrea Chávez se revolvía en su asiento y se hacía aire con las hojas que tenía en las manos, sin saber a dónde voltear.
Con la parsimonia que le caracteriza, en una de sus mañaneras, días después el presidente se refirió al pleito entre Loera de la Rosa y Pérez Cuéllar, asegurando que “no pasa nada”.
Resumir la batalla de declaraciones entre el actual presidente municipal de Juárez y el delegado estatal del Bienestar en Chihuahua, sería suficiente para hacer un libro, por lo que habremos de centrarnos en el acontecimiento más grande que hizo estallar a ambos en cuanto a los señalamientos mutuos. Indudablemente ese sería el incendio acontecido el 27 de marzo de 2023 en las instalaciones de la estación provisional del Instituto Nacional de Migración.
El saldo de 40 migrantes extranjeros muertos y otros 27 heridos, provocó que nuevamente Ciudad Juárez atrajera la atención del mundo, de manera negativa.
Entre la marea de fuego, la pelea mediática entre el presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar y el delegado de la Secretaría del Bienestar en Chihuahua, Juan Carlos Loera de la Rosa, no se hizo esperar.
Ambos funcionarios se lanzaron acusaciones sobre quién tenía responsabilidad en el incidente. Por un lado, Loera acusó al presidente municipal de promover conductas xenófobas y racistas contra los migrantes en las calles.
Por otro lado, Cruz Pérez Cuéllar refutó las declaraciones de Loera, señalando que la completa responsabilidad recaía en el Gobierno federal, ya que las instalaciones del INM donde ocurrió la tragedia, así como las posibles omisiones y falta de medidas de seguridad, eran de la Federación. Cruz remató en esos días señalando que si Loera se pusiera a trabajar en lugar de criticar, la tragedia tal vez se podría haber evitado.
Un día después del incendio, migrantes que se encontraban asentados en campamentos dispersos en el centro de la ciudad, se instalaron frente a las instalaciones del INM a manera de protesta, siendo ese sitio donde los periodistas extranjeros difundieron la noticia de las condiciones en las que se encontraban las personas en movilidad.
A la víspera, un video fue filtrado a los medios de comunicación en el que se observa por algunos segundos, cómo comienza a incendiarse la celda, ante la indiferencia de los empleados del INM, mientras los migrantes patean para intentar abrir la puerta, sin éxito, ya que esta se encontraba con candado.
La filmación causó indignación y reclamos en todo el mundo, exigiendo dar con los responsables, mientras la Federación acusaba al Gobierno Estatal de haber entregado las imágenes a la opinión pública.
Esa misma semana de la tragedia, el presidente López Obrador llegó a la ciudad, tenía una visita agendada y aunque en su conferencia matutina se refirió al hecho como el segundo momento más doloroso de su Gobierno, sin embargo, su bitácora no contemplaba un encuentro con los migrantes.
Fue al salir del Gimnasio de Bachilleres, donde tuvo uno de sus eventos relacionado con los Bancos del Bienestar, cuando el convoy presidencial fue bloqueado por decenas de personas, entre ellas migrantes, activistas y periodistas que arremolinaron su camioneta.
Cony Gutiérrez, fue la activista que encaró a AMLO y le pidió que no hiciera con los migrantes lo mismo que Estados Unidos, a lo que el mandatario dijo “no somos iguales”.
Sin embargo, al seguir los cuestionamientos, López Obrador soltó una de esas frases que ya quedaron para la historia: “Que se me hace que te mandó Maru, mi amor”. En el ring, sonó nuevamente la campana.
El enojo del presidente de México para con la gobernante de Chihuahua fue evidente en sus mañaneras.
Dos semanas después de la visita de AMLO, al encabezar la Mesa de Seguridad en Ciudad Juárez, la gobernadora Maru Campos le reiteró el llamado para atender el tema migratorio en esta frontera: “¡Detengan el flujo migratorio ya!”, reclamo al que, un día después, López Obrador calificó como “politiquería”.
“Con todo respeto, la señora gobernadora está haciendo politiquería, porque también tiene aspiraciones entre los precandidatos a la presidencia”, dijo el mandatario aquella vez.
Campos Galván afirmó que sus intenciones no eran aspirar a ninguna candidatura y que culminaría su mandato al frente del estado.
El agua parecía serena, sin embargo, el río de declaraciones tomaría otro cauce.
………………
A finales de junio, el alcalde de Juárez decidió autorizar que los automovilistas utilicen el carril confinado de la ruta troncal 1, del eje vial Juan Gabriel y el bulevar Zaragoza, al tiempo que reclamaba al titular de la Secreraría de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado, Mario Vázquez Robles, que se estuviera promoviendo en carteleras de la ciudad y no cumpliera con su trabajo, como terminar el sistema BRT.
Días después, en la primera semana de julio, el presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar hizo pública una carta que le envió a la gobernadora María Eugenia Campos Galván, en la que le pide que le exija cuentas a Vázquez Robles.
En respuesta a la carta del alcalde, la gobernadora declaró: “Le estamos haciendo la tarea”. Maru, afirmó que su Gobierno ha tenido que intervenir en Ciudad Juárez e invertir 170 millones de pesos en pavimentación, un rubro que no corresponde atender al estado sino al municipio.
El mes de julio se ha distinguido por los dimes y diretes que han sostenido el alcalde y el representante de Gobierno estatal en la zona norte, Oscar Ibáñez Hernández, que, como un par de chiquillos se han puesto a presumir que uno trabaja más que otro y se lanzan retos constantes para mostrar el ‘jale’ que han realizado.
Cruz ha tenido que darse solito el tiro no solo contra el funcionario estatal, sino contra regidoras y diputadas que han saltado a reclamarle cuanto tema puedan echarle en cara de su administración, desde el presupuesto, hasta los incendios en el relleno sanitario y la contratación del servicio de basura.
Ambas esferas de Gobierno aseguran que todo tiene que ver con los tiempos políticos y que no están dispuestos a confrontarse, para luego tirar otro manotazo, patadas, y mentadas, que lejos de detenerse, vaya acostumbrándose porque se incrementarán conforme lleguemos al día de la elección en el 2024.
Los hechos demuestran que la política es generalmente un batidero, por eso se dan de tiros los actores como si de una contienda en un encordado se tratara y, aunque no sea justificable, sí es entendible el dicho de actores de la política mexicana desde hace décadas: “si vas a andar en la política tienes que aprender a tragar sapos sin hacer gestos…”. Aguanten pues, sin tanto escándalo.