Dice Miguel de Cervantes en su inmortal e invaluable obra, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha: “Uno de los pecados que más a Dios ofende es la ingratitud…» (Libro I, capítulo XXII)”.
La cita bien se le puede aplicar al hoy diputado PRIAN-PETISTA Carlos Olson San Vicente, quien, sin voto razonado de por medio, aprobó el inicio del juicio político contra su exjefe (orgánico y político), Javier Corral Jurado.
Olson San Vicente fue senador suplente de Gustavo Madero Muñoz. Ambos, postulados por el Partido Acción Nacional en las elecciones federales de 2018. Eran los tiempos en que el PAN todavía no era el PRIAN.
Desde ese entonces estaba más que entendido que su posición como suplente era transitoria, en tanto Gustavo Madero dejaría el escaño para venir a Chihuahua a pelear—sí, pelear—por la candidatura al Gobierno del Estado, en sucesión de Javier Corral.
En ese “inter”, Javier Corral nombró a Carlos Olson subsecretario de Gobierno del Estado de Chihuahua, en marzo de 2020. Meses después, Madero se separó del Senado para ser precandidato al Gobierno y le dejó el escaño a Olson. Es decir, que el grupo Corral-Madero le dio a Olson un súper cargo en el Gobierno y un asiento en la Cámara Alta. ¿Algo más que se le ofrezca al señor?
Hoy en día, el político de marras disfruta de otro cómodo encargo en la administración pública: es diputado local, cargo al que llegó postulado por el PAN por el 17º Distrito con cabecera en Chihuahua. Es uno de los que el blanquiazul gana fácilmente.
Como vocal de la Comisión de Jurisdicción, votó a favor de iniciar juicio político contra su exjefe. Nada de malo hay que le inicien procedimientos a gobernantes de todo nivel y especie.
Aquí lo que llama la atención es que el Congreso y las comisiones en las que participa Olson hayan decidido ir por Corral con base en una denuncia aguada, como la de no aplicar medidas de austeridad, como si el saco no le cayera a casi cualquier actor de la administración pública. ¿Ya revisaron cuánto gastó Duarte en el 2014, cuando también emitió un decreto de austeridad?
A esas alturas, Olson y toda la 67ª Legislatura sabe que no es la impartición de justicia lo que se busca. No es revisión de cuentas, es ajuste de cuentas. Es extender el largo brazo vengador de la gobernadora, ¿o será del otro exgobernador?
Si realmente quieren ir por Corral, búsquenle en algo mucho más fácil: la remodelación de la Ciudad Deportiva de Chihuahua. Está muy a la mano: dijo que le metería 60 mdp, pero el lugar está hecho un desastre. Y así por el estilo, hay para entretenerse.
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Sin embargo, todo parece indicar que el juicio político que declaró procedente el Congreso del Estado contra el exgobernador Javier Corral, será también la luz verde para desahogar y dar curso a todas las denuncias que tiene acumuladas en la Fiscalía General y en la Auditoría Superior del Estado.
Es decir, ahora sí le arrimarán la lumbre a los aparejos desde varios frentes, para que se mantenga ocupado y preocupado.
Fuentes del Gobierno hablan de 9 denuncias por irregularidades encontradas en el manejo financiero de su quinquenio, más las que han presentado quienes fueron sus perseguidos como Marcelo González, Jesús Esparza, Javier Garfio, Gabriel Sepúlveda, entre otros.
Otras más recientes fueron las del consejero de la Judicatura Luis Villegas, por daño moral, así como la del alcalde Cruz Pérez Cuéllar por defraudación fiscal en detrimento del Municipio de Juárez.
Aunque el líder de la fracción panista en el Congreso, Mario Vázquez, dijo ayer que el juicio político contra Corral puede terminar en diferentes sanciones políticas, sociales y hasta penales, lo cierto es que varios especialistas advierten que tendrá una resolución únicamente declarativa, con suspensión de sus derechos, en el peor de los casos (para Corral), para ocupar nuevos cargos públicos hasta por 20 años.
Por lo mismo, consideran que todas las denuncias que tiene en su contra, más las que se le acumulen en los próximos días, recibirán la bendición para que se destraben y se agilicen los procedimientos ministeriales y judiciales.
Cuando Vázquez dijo que hay que darle hasta sus últimas consecuencias, se puede entender que en estas van incluidas las que deriven de las otras denuncias.
O sea que, todo indica que comenzará a desgranarse la mazorca y el “exmuchacho maravilla” tendrá que ir pensando seriamente en una defensa que no sea mediática, como todas las que acostumbra hacer, cuando ha sido rebasado por sus yerros.
A ver si como dijo su compa, el diputado federal Jorge Álvarez Máynez, coordinador de la bancada naranja en San Lázaro, ahora que el juicio político es una realidad, viene a defenderlo o cuando menos le lleva cigarros si le destinan una crujía.
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Indignación, coraje, frustración, exigencia a las autoridades, clemencia para los inocentes, son algunas de las expresiones que causaron ayer las imágenes captadas y compartidas por una usuaria de redes sociales, donde denunciaba la presencia de dos infantes en la calle, sin la presencia de un adulto.
En las fotografías difundidas por una participante de una página vecinal en Facebook de la colonia Oasis Revolución, se observa a una niña de aproximadamente 7 años de edad, cargando a un bebé de meses, quien lloraba desconsolado en sus brazos.
Eran aproximadamente las 2 de la tarde cuando la imagen fue tomada, justo cuando la temperatura alcanzaba los 40 grados centígrados.
Este caso no es aislado, diariamente son observados en las calles de la ciudad, en los principales cruceros primordialmente, niños y niñas que se encuentran haciendo malabares, pidiendo apoyos, algunos de ellos acompañando a sus padres y otros, como en el caso de la imagen comentada, dejados a la buena de Dios.
Según ha trascendido, en muchos casos se trata de familias provenientes de estados del sur de la república y más recientemente a raíz de las caravanas migratorias, de países centroamericanos, quienes, en busca del sueño americano, se han quedado estancados en este puerto fronterizo.
Algunas de estas familias subsisten en albergues, otras salen a las calles a mendigar mientras logran su objetivo de cruzar las fronteras, todo esto, ante la apatía de las instancias de Gobierno a las que les corresponde velar por la integridad de los menores de edad, sin importar cuál sea su estatus migratorio.
Ojalá y no nos sorprenda una tragedia para que las dependencias de las distintas esferas gubernamentales actúen, como ha ocurrido en otras ocasiones, tristemente cuando la vida de inocentes se pierde y entonces, sí, para taparle el ojo al macho, vienen a brindar los apoyos y garantías de seguridad a quienes lo merecen y necesitan más que nadie, nuestros niños, niñas y adolescentes.
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Cien mil pesos costará reparar el pavimento dañado por “errores técnicos” en el tramo de avenida 16 de Septiembre adyacente a la estación Helio.
Un tramo de pavimento que fue reparado y recarpeteado para ser puesto en funcionamiento apenas hace dos semanas y que, por fallas de cálculo según las autoridades de Obras Públicas del Estado, como chicloso de banqueta en época de calor, fue literalmente barrido por el tráfico vehicular formando bordos y peladuras a lo largo de los 100 metros de pavimento recién colocado.
Cinco días fueron los que pidió el secretario de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado, Carlos Aguilar García, para reparar con pavimento reforzado y de mayor densidad el error cometido.
Un tramo pavimentado -dicho sea de paso- en calidad de “por mientras”, para liberar el estrangulado tráfico vehicular de la zona, mientras se decide lo que se hará con la inútil mole de concreto que ahí permanece, robando tres metros de calle al tráfico, mientras las autoridades juntan el millón 100 mil pesos que, según dicha dependencia, se necesitan para volver todo a la normalidad en ese sector.
Dinero que, por ahora, no se tiene… dicen.
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Este día se conmemora el tercer aniversario de la masacre de Walmart de El Paso, Texas, el peor ataque racista contra la comunidad latina cometido en Estados Unidos.
La matanza que cobró la vida de 23 personas y dejó a decenas más heridas, fue perpetrada por un hombre que supuestamente “quería matar el mayor número de mexicanos”. El aniversario destapa las heridas y el dolor que permanecen a flor de piel.
El ataque, que cimbró por igual a ambas comunidades fronterizas, es un recordatorio más del racismo y la xenofobia que se vive en el vecino país contra los latinos.
También nos hace poner el dedo en el renglón, una vez más, en las consecuencias de la libre venta de armas en Estados Unidos, donde sus autoridades hacen casi nada para frenar ese problema.
Hace un año, por cierto, México anunciaba su intención de llevar a juicio a más de una decena de fabricantes y distribuidores de armamento, luego de que presentó una demanda civil en contra de 11 empresas de producción y distribución de armas en Estados Unidos a quienes acusa de emprender “prácticas comerciales, negligentes e ilícitas, que facilitan el tráfico ilegal de armas a México”. Hasta hoy no ha pasado nada, salvo el reporte de dos o tres cajas de balas decomisadas.
La prueba de que Estados Unidos no quiere avanzar en ese tema, es la tragedia ocurrida a 813 kilómetros de El Paso, en Uvalde, Texas, hace menos de tres meses, en la que murieron 19 infantes y dos profesores.