“Regresó la tranquilidad y la paz a Ciudad Juárez. Todo en calma, ya pueden salir, juarenses”
Atentamente: nuestras autoridades
Tras un día de furia, la armonía regresó a la ciudad, así sin más, por decreto oficial y “a chaleco”, el hechizo de la violencia que sacudió hasta el dolor a la comunidad fronteriza la tarde y noche del pasado jueves, y parte de la mañana del viernes, desaparece y se hace humo con un simple ademán de magia.
¿Quién puede tragarse semejante cuento? A estas alturas, cuando gente inocente muerta a manos de cobardes y ventajosos asesinos fuertemente armados, es llorada con todo el dolor del alma por sus familias, ¿quién puede creerle tal aseveración a la autoridad?
Una ciudad semiparalizada, aterrorizada, con una comunidad obligada de nuevo a resguardarse y rememorar con miedo los años de gran violencia del pasado, ¿cómo puede seguir teniendo fe en sus gobernantes, cuando de nuevo el pasmo, la angustia y el dolor laten al unísono en su ser?
Desconfianza, psicosis social, estrés a pleno galope… el miedo no anda en burro. Resiliencia, sí; pero no olvido ni resignación.
¿En qué o en quién podremos confiar?
“Los juarenses no están solos”, repite hasta el cansancio la gobernadora Maru Campos. ¿De verdad alguien le cree?
Hoy tenemos una presencia policial permanente de las más grandes en los últimos años por parte de los tres órdenes de Gobierno. Guardia Nacional y Ejército incluidos.
Pero su presencia parece seguir siendo meramente reactiva, tardada y a destiempo, de acuerdo con la agenda que, sin aparentes contratiempos, siguen los grupos delictivos.
¿A esta compañía se refiere María Eugenia Campos Galván, gobernadora de Chihuahua? Si es así, ¿qué tanto nos conviene? ¿De qué nos sirve?
Un conglomerado de elementos armados que hasta ahora se sigue viendo doblegado por un grupo de criminales que supuestamente son minoría en términos de volumen, pero al parecer mejor armados, mejor equipados y cada vez más desatados y virulentos en sus afanes de control criminal de “la plaza”. ¡La mejor compañía!
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En los corrillos del vetusto y elevado edificio del Congreso del Estado corre el rumor de que “alguien” ya recibió un petate de muerto, por decirlo así, para irse por la sombrita y no andar haciendo olas.
Ese “alguien” no es otro que el auditor General del Estado, Héctor Acosta Félix, quien, nos dicen, ha cambiado del día a la noche su postura analítica y puntiaguda en los últimos meses.
Antes, nos comentan, Acosta era firme y determinado, detectaba irregularidades y para luego las hacía saber al órgano legislativo, de hecho con la intención de que el ente auditado hiciera la corrección que viniera al caso, pero también, para mostrar resultados de su trabajo y dejar en claro que, en su período, la ASE no estaba para hacer “planchaduría política”.
El trabajo de Acosta tenía contentos a casi todos, especialmente a la bancada de Morena, hasta hace muy poco. De pronto, se volvió reservado, aligerado en sus análisis y un tanto halagüeño hacia los órganos que audita, especialmente, al Ejecutivo.
¿A qué se debe ese ese “segundazo” del bien prestigiado Acosta Félix? Las mironianas fuentes, chismosas pero bien informadas, nos aseguran que fue a raíz del despido –llamémosle por su nombre– de la fiscal anticorrupción, Gema Chávez.
Es que, la verdad, lo de Gema no tuvo unidad de medida, por no decirlo más feo: corren a una titular de una fiscalía autónoma a la que le quedaban cuatro años en el cargo, sin dar más explicaciones que los consabidos “motivos personales”.
Luego, sale al caso el visible “peine” que ya había salido desde tiempo atrás: que la ahora exfiscal investigaba a la administración de Maru Campos en la Presidencia Municipal por supuestas peticiones de “diezmo” a empresas constructoras.
La salida de la fiscal anticorrupción fue la tercera que se aventaba el Maruquismo en menos de un año: primero, quitó –sí, quitó– al Presidente del Tribunal Supremo de Justicia; luego, al rector de la Universidad Autónoma de Chihuahua y no mucho tiempo después a la “fiscala”.
Desde los corrillos de la Torre Legislativa se preguntaban desde hacía tiempo quién completaría el “pokar” de despidos de funcionarios autónomos. El del INE no es problema, el del Ichitaip no da motivos ni para que se acuerden de él; el de la CEDH ha estado muy quietecito. Quedaba el Auditor General del Estado.
Acosta, como acostumbra, según personas que lo conocen, se maneja con discreción pero no es alguien que se ande por las ramas. Fue él quien avisó con toda oportunidad a Javier Corral de los malos manejos en Comunicación Social que luego terminaron en actuaciones jurídico-penales.
Ahora, quienes extrañan la postura firme y echada pa’delante de Acosta y notan el cambio reciente se preguntan si le va a entrar a los temas espinosos de la actual administración, mas los que aún no salen a la luz.
Se preguntan, por ejemplo, si se va a “echar el clavado” al tema de la asignación del contrato de la Torre Centinela, sin licitarla ni nada; a lo del inconcluso tema de los uniformes (no olvidemos que el proveedor ya los tenía fabricados) o la adquisición de patrullas de la SSPE.
Si de pronto vemos que alguien más renunció “por motivos personales” cuando le quedaban años de cobrar salario envidiable, ya podremos sospechar a qué se debe.
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Con eso de que el PAN se camufla muy bien con el PRI y juntos forman el PRIAN, las prácticas tricolores se volvieron blanquiazules.
Ahora ya hasta al tapado, o la tapada, juegan en el PAN. Eso ocurrió este sábado en torno al proceso de sucesión en la presidencia del Comité Municipal, luego de que finalmente deberá dejar su silla el tan polémico Joob Quintín.
Primero fue el director general del Instituto Chihuahuense de Infraestructura Física Educativa (Ichife), Raúl García Ruiz, quien destapó a Xóchitl Contreras como la mera mera para quedarse con el cargo.
“Con nuestra próxima candidata y segura presidenta del PAN Juárez”, escribió el panista que es parte del gabinete ampliado de Maru Campos, desde el 23 de septiembre del 2022.
“El Rulo”, como es conocido entre la militancia azul, agregó la respectiva foto, sonriendo con su amiga Xóchitl.
Poco después hizo lo mismo otro reconocido panista, nada menos que el recaudador de Rentas en Ciudad Juárez, Rogelio Loya Luna.
“Xóchitl Contreras. Te conozco desde que eras una adolescente y desde entonces hemos pasado muchas anécdotas juntos… Triunfos y derrotas, y a pesar de todo seguimos siendo idealistas como en los viejos tiempos”, escribió quien asumió oficialmente su cargo por orden de la gobernadora el 6 de diciembre del 2021.
“Sé de tu capacidad, de tu compromiso, pero sobre todo de tu amor por nuestro partido, estoy seguro de tu convicción y congruencia con nuestra doctrina y estatutos. Sé que harás un muy buen papel como presidenta. Cuenta conmigo”, agregó Loya, el panista que fue ninguneado en la administración corralista y luego se sumó a los maruquistas.
Xóchitl Contreras también fue funcionaria con el corralismo, pero con Maru brincó de la oficina local de Licencias en Juárez a la coordinación estatal de Licencias Digitales. Despacha desde Pueblito Mexicano, no muy lejos de donde se sienta su amigo Rogelio.
Así que igual que Xóchitl, sus dos “destapadores” son funcionarios de Gobierno del Estado y parte del equipo de Maru Campos. O sea que no se aventarían tal aventura por la libre.
También es conocido que la gobernadora no suelta prenda y decide quién dirige al PAN de Juárez, sin necesidad de entrarle, como Andrés Manuel López Obrador, al jueguito de las corcholatas morenistas, es decir, con varias supuestas opciones.
De ahí que el juego de este sábado se parezca más al tapadismo tricolor. Rulo y Roger cumplieron bien el manual de la CTM priista para adelantar el destape de Xóchitl.
Así que el que se movió antes, Ulises Pacheco, simplemente no saldrá en la foto. Como ocurría en el PRI.
Quién sabe si en verdad le atore de aquí a la convención del 11 de septiembre, aunque no sea “el bueno”. En el panismo de antes todo podía suceder y hasta de ganar la llevaban quienes podían tomar la bandera de rebeldes e independientes.
Pero de ese PAN “rabiosamente democrático” no queda nada. Con razón dicen muchos que todo es puro PRIAN.