Para los incrédulos, tercos, renuentes, aferrados e irresponsables que cantaron victoria y relajaron las medidas preventivas cuando la propagación del Covid-19 disminuyó, pero no desapareció, Mirone debe recordarles algunas cifras para que vuelvan a usar sus cubrebocas, guarden la sana distancia y sigan usando gel antiviral.

En el mes de mayo, los casos de nuevos contagios de Covid-19 aumentaron un 125 por ciento en el país, según las estadísticas del sector Salud.

De acuerdo con el mapa en tiempo real del Centro de Recursos sobre el Coronavirus (CRC), de la escuela de medicina Johns Hopkins, en los últimos 28 días México registró 115 mil 932 casos de Covid-19 con 640 muertes.

Esta incidencia coloca al país en la posición número 17 del mundo con mayor número de contagios.

El estado de Chihuahua tuvo en el mismo periodo mil 437 casos con 30 muertos, cifras más altas que en los estados de Durango, Baja California, Sonora y Nuevo León y solamente superadas por Sinaloa.

La ciudad de El Paso, Texas, nuestros vecinos del norte, registraron una tasa más alta que todo el estado, con 4 mil 296 contagios, aunque solamente 16 fallecimientos.

Sin embargo, Texas tuvo registros de terror en los últimos 28 días, con 157 mil 828 contagiados y 221 muertos, cifras que colocan al estado de la estrella solitaria por encima de Nueva York, lo cual ya es muy grave.

Las estadísticas demuestran que la pandemia sigue presente, no se ha ido, y el relajamiento de las medidas sanitarias seguirá siendo el factor principal de su propagación. Así de real y simple.

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A propósito de la violencia que impera en todo el país, en Twitter se convirtieron en tendencia los comentarios francos y contundentes que se vertieron desde la cuenta del Coronel de Infantería Diplomado del Estado Mayor, Emilio Cosgaya Rodríguez, preso en el penal de Almoloya desde el 2019, pues admite que un militar en activo es merecedor de sanciones por violar el reglamento de conducta militar.

A través de sus redes sociales, en las que claramente se advierte que son manejadas por sus familiares, se abrió el hilo de la conversación señalando que la «guerra contra el narcotráfico es un tema delicado y que pone en riesgo a mi familia y a mí, pero dada la situación del país es importante explicarlo y eliminar las justificaciones del actual Gobierno respecto a su inexistente política de seguridad y apoyo indirecto al crimen”.

Los familiares del Coronel –quien enfrenta cargos por huachicol–, recuerdan que en el 2006 encabezó el operativo militar en el estado de Michoacán, contra la Familia Michoacana y los Zetas, precisan que en ese año, un tercio de los homicidios cometidos en el sexenio de López Obrador, fue suficiente motivo para emprender acciones por parte del Estado Mexicano y da a entender que ahora “la seguridad no es tan importante como la popularidad y el control de la opinión”.

Relatan que en su expedición contra los carteles se topó con sucesos preocupantes, como el hecho de que en varias poblaciones tapizó calles enteras con armas que decomisó y “en una ocasión decidí sitiar una población con todo mi batallón y las autoridades locales me pidieron levantar el sitio, pues gran parte de la población estaba sufriendo de los efectos negativos de la abstinencia de drogas”.

Admiten ante sus seguidores en redes sociales, que el Ejército no está entrenado para labores de seguridad pública y que debe funcionar solamente como una contención, mientras se institucionaliza una Policía efectiva, “pero las policías siguen siendo un medio de obtención de recursos para los políticos que ganan elecciones, por eso vemos los cambios en logotipos y patrullas cada cambio de administración” (sic).

A 15 años de la  “limpieza” de Michoacán, plantean la pregunta: “¿cómo se permitió al crimen organizado operar hasta conseguir los niveles de control que tiene ahora? Jamás me imaginé que alguien permitiera la sustitución del Estado mexicano en esta rica región”.

Luego dicen que lo peor es que, así como Michoacán, hay muchos otros Estados en un desastre generalizado, producto de la incompetencia de los actuales gobernantes.

Rematan con una frase que refleja, en mucho, lo que pasa en el país: el sistema de justicia de México está en un estado fallido.

“No esperen justicia, seguridad ni desarrollo de esta administración. Sí es algo que ni mi familia ni yo puedo obtener ¿Qué podría esperar el mexicano promedio, el pueblo? (sic).

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Después de la semana caliente que vivimos, literalmente, por las altas temperaturas y la masacre en el Denny’s, el fin de semana transcurrió en relativa calma, porque solamente se registraron dos homicidios dolosos: uno el sábado y otro el domingo.

Y decimos solamente, no porque sean pocos, porque hasta un solo asesinato es grave, sino como un referente, porque hemos tenido a lo largo del año fines de semana muy violentos, hasta con 20 muertos en diferentes puntos de la ciudad, como ocurrió en los primeros días de enero de este año.

Pero el hecho de que el pasado fin de semana los índices bajaran a solo dos asesinatos, no debe mover a las autoridades policiacas a echar las campanas al vuelo, porque no significa que los delincuentes estén arrepentidos o hayan renunciado al crimen, que es su negocio. Por el contrario.

Los bandidos han demostrado que trabajan con mejor información que las mismas corporaciones policiacas, o al menos con más complicidades y ayudas externas. Eso explica que siempre actúen con total libertad y tiempo suficiente para escapar.

Ahora mismo deben estar recabando información de todos los “operativos especiales” que acordaron las fuerzas municipales, estatales y federales, para combatirlos, y se están reorganizando para hacer y deshacer a su antojo, con las vidas ajenas que les estorban.

Por lo mismo, pensar que nuestras fuerzas del orden ya ganaron una guerra a la que siquiera han ido, y que estas fuerzas de seguridad tienen la ciudad bajo control, dista mucho de la realidad.

En el pasado mes de abril, cuando la ciudad registró 63 homicidios dolosos y fue la cifra más baja del año, los mandos policiacos cantaron victoria por la disminución de la violencia, pero volvieron a la realidad el mes de mayo, cuando tuvimos el mayor número de asesinatos, con 107 casos.

Por ello, todo lo que se diga serán promesas y falacias, mientras no se detengan a los generadores de violencia conocidos como sicarios, que cada grupo delincuencial de la ciudad tiene bajo sus órdenes, y mientras no se meta en cintura a quienes ordenan estas muertes a diestra y siniestra.

Ahí es cuando veremos de qué correa están hechos los municipales, los estatales y los federales, o de plano, de las tres fuerzas no sale ni un equipo para jugar mamaleche.

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Fue aprobada ayer en el Congreso la iniciativa del PAN de integrar una mesa técnica para atender la emergencia del desabasto del agua en la entidad, así como para tomar medidas que orienten a la población sobre su uso responsable en todos los sectores.

La propuesta con proyecto de decreto la hizo Mario Vázquez, coordinador de los diputados panistas y tuvo la aprobación del pleno.

Estará integrada por la Presidencia de la Comisión del Agua en el Congreso y su Secretaría Técnica, representantes de los tres órdenes de gobierno, autoridades del agua, academia, investigadores, cámaras y colegios, organizaciones de la sociedad civil, productores, comercio e industria.

Los temas que abordarán en dicha mesa serán cosecha del agua; huella hídrica; modernización y tecnificación de riego; jornadas itinerantes de educación; observatorio ciudadano; fortalecimiento, profesionalización y certificación de los operadores del agua; promoción de la cultura del agua; Programa Estatal de la Cultura del Agua; y tipos penales relativos al rodo, desperdicio y mal uso del vital líquido.

Ojalá y esta mesa no se convierta en una imitación de las mesas de seguridad que solo se reúnen para tomar café y echarse porras.