Tal parece que a las diputadas y diputados del Congreso del Estado se les trastornó el cambio de horario antes de que le movieran las manecillas al reloj.
Llegó el domingo 30 de octubre, fecha en la que entraría en vigor el cambio de horario en casi todo el país, y a nuestros legisladores se les olvidó que tenían qué hacer un movimiento legislativo para que los ocho municipios fronterizos de Chihuahua no quedaran desfasados respecto a su ciudad vecina del “otro lado”.
Veamos: el artículo 5º del decreto relativo al cambio de horario, publicado en el Diario Oficial de la Federación del 28 de octubre pasado—y que entró en vigor el 30 del mismo mes—, enumera los municipios de la frontera norte donde se aplicaría un horario estacional, es decir, acorde al de su ciudad vecina en Estados Unidos.
Estos municipios son: Acuña, Allende, Guerrero, Hidalgo, Jiménez, Morelos, Nava, Ocampo, Piedras Negras, Villa Unión y Zaragoza, en el estado de Coahuila de Zaragoza.
Anáhuac, en el estado de Nuevo León; Nuevo Laredo, Guerrero, Mier, Miguel Alemán, Camargo, Gustavo Díaz Ordaz, Reynosa, Río Bravo, Valle Hermoso y Matamoros, en el estado de Tamaulipas, se aplica el meridiano 75 grados al oeste de Greenwich.
Es decir, ninguno de los ocho municipios fronterizos de Chihuahua estaban en el decreto.
Para ese efecto, de acuerdo con el artículo 6º del mismo decreto, era necesario que el Congreso de cada estado limítrofe con Estados Unidos enviara una iniciativa al Congreso de la Unión para modificar la zona horaria o el horario estacional que deba aplicarse a la entidad o municipio.
Dicho en otras palabras, que tanto a nuestros diputados y diputadas, como al mismo Ejecutivo de Chihuahua, que de acuerdo al decreto debió organizar foros de consulta para definir cuál horario iba a elegir: si el de invierno o el de verano, se les olvidó “adelantar su reloj” y no hicieron la petición correspondiente.
De esa forma, El Paso y otras ciudades de Texas cambiarán su horario el próximo 6 de noviembre y, para ese entonces, Juárez seguirá igual, es decir, una hora adelante de su ciudad vecina tejana.
El tema apenas se verá en la Comisión de Asuntos Fronterizos en la sesión que celebrarán este 4 de noviembre, o sea, dos días antes de que cambie el reloj en El Paso.
Luego, el dictamen que salga de esa reunión se votará en el pleno del Congreso la semana próxima y, de aprobarse, se mandará al Congreso de la Unión para que a su vez lo vote a favor.
Según algunas mironianas fuentes consultadas por esta sagaz columna, el “olvido” le costará a Juárez, Ojinaga, Práxedis, Guadalupe, Manuel Benavides, Coyame, Asunción y Janos entre 15 y 20 días de desfase con su par texana o novomexicana.
Así estarán las cosas porque a alguien se le olvidó que debía legislar sobre lo que realmente le ocupa a los ciudadanos de la frontera norte.
Y pensar que las diputadas y diputados se gastan horas y horas en discutir asuntos que todo el mundo sabe que se van a votar en contra porque la mayoría prianista ya trae línea de no aprobarle nada a Morena.
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Al caos vial que han generado las obras del sistema de transporte BRT, se ha sumado el problema de los semáforos instalados cada cien metros, a lo largo de la obra, que no están sincronizados con los viejos semáforos del equipamiento urbano de la ciudad, y provocan lentitud en la circulación y hartazgo de los automovilistas.
Los genios de la obra “cumbre” corralista, nunca consideraron que, al instalar los semáforos nuevos del molesto sistema, habría que cambiar también el sistema de semáforos antiguos de las calles por donde atraviesa el BRT, porque no podrían ser empatados y la sincronización fallaría, tal y como está ocurriendo actualmente.
Por lo mismo, trascendió ayer, que la Presidencia Municipal solicitó a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del estado, que está a cargo de terminar la obra abandonada por Javier Corral, que se pongan guapos y sustituyan también los semáforos viejos que regulan el flujo vehicular de las avenidas 16 de septiembre, Tecnológico, Triunfo de la República y Gómez Morín.
Se supo, además, que la autoridad municipal hará gestiones ante la Comisión Federal de Electricidad, para que revisen y corrijan las líneas que alimentan de energía la semaforización de estas arterias, porque los frecuentes apagones desquician la señalización y, por ende, no se puede regular la sincronización.
Por lo mismo, antes de que se sustituyan los semáforos viejos del equipamiento urbano, los responsables del sistema de transporte esperan que la descentralizada, que presume, pero no demuestra su calidad mundial, se pongan las pilas y corrijan las fallas que registran las líneas transportadoras de electricidad.
El único consuelo al caos vial que provoca esa semaforización desfasada, es que, si ya aguantamos más de dos años con el desastre de las obras del BRT, bien podremos soportar otros meses de ajustes, si es que la CFE atiende el reclamo y resuelve las fallas. Ver para creer.
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Caballistas y amantes del deporte del lazo, el jineteo y los barriles, están sugiriendo al Gobierno municipal que construya la nueva arena de rodeo en terrenos del ejido El Sauzal, donde existe una superficie destinada a esta práctica, que está abandonada por falta de recursos.
Exactamente detrás del zoológico San Jorge, existen 4 hectáreas delimitadas con “paletas” de madera, que desde el 2007 fueron destinadas a practicar las suertes del rodeo.
La iniciativa para utilizar este sitio, surgió después de la oposición que surgió por parte de estudiantes y padres de familia del Cbtis 270, de la colonia Carlos Castillo Peraza.
Vaqueros y fanáticos de Juárez y Samalayuca, recordaron que la arena de El Sauzal, fue utilizada algunos años a pesar de todas las limitaciones que tiene por falta de infraestructura adecuada, pero si la inversión se realiza en ese lugar, hay terreno suficiente para construir una obra digna, con estacionamiento suficiente, que reactivaría la economía de la zona.
Solo hace falta que les hagan caso y por sentido común, cambien el proyecto de la mancha urbana a la zona rural, donde el estiércol que producen caballos y ganado, no genera malestar, porque podrá utilizarse inmediatamente en los campos agrícolas.
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Llamó la atención que la Secretaría de Seguridad Pública Estatal informara de la detención de un “halcón” o “aguador” del crimen organizado en Guachochi, mientras realizaban un operativo, como si fuera una acción extraordinaria o un golpe contundente a los bandidos que tienen asolada la entidad.
Es un secreto a voces, que este tipo de informantes de los delincuentes operan en todo el estado, en las zonas urbana, rural y serrana; en todas las colonias y barrios donde existen células criminales y venta de drogas, pero, sobre todo, en las cercanías de los cuarteles policiacos, para detectar movilizaciones de seguridad y avisar a sus patrones.
En el operativo más reciente en Témoris, El Chueco se les volvió a escapar porque fue alertado por uno o varios informantes. La propia autoridad lo admitió.
No obstante que eso mismo ocurre en todas las operaciones policiacas, que son frustradas por la información de los “halcones” antes de que se lleven a cabo, nada se hace nada contra este tipo de individuos que forman parte de la estrategia criminal y se les ve operando impunemente, vigilantes con celulares, en las esquinas y hasta en las azoteas de los territorios que dominan los carteles.
Por lo mismo, que detengan a uno solo en la sierra, no debe ser motivo para presumirlo, a menos que esta acción se generalice y la pongan en práctica en todo el estado, si es que la policía realmente quiere terminar con el rupestre, pero efectivo sistema de inteligencia, que los malandros usan contra la autoridad todos los días y a todas horas.