Se han puesto a pensar, estimados lectores, ¿cómo sería conmemorar el Día Internacional de la Mujer con reportes reales de las autoridades, donde informen de feminicidios resueltos, de casos de violencia de género atendidos oportunamente, con resguardo adecuado para las víctimas y castigo para los abusadores?

Cuánta tranquilidad daría a las mujeres saber que los delitos perpetrados en su contra se persiguen y se castigan, que se combate la impunidad en los hechos y no con discursos, y que el clima de seguridad que existe en la ciudad es favorable tanto para madres, esposas, hijas, hermanas, jóvenes y niñas.

Pero todo eso es utópico, porque la realidad es muy distinta y hoy cruzamos otro 8 de marzo más sin nada que celebrar, porque los discursos de odio siguen proliferando y la violencia contra la mujer no cesa, ni la contienen los responsables de hacerlo.

De ahí que múltiples expresiones de hartazgo y repudio a las políticas públicas de papel llenaron ayer otra vez los espacios públicos, con marchas y manifestaciones de mujeres de todas las edades que se niegan a seguir replegadas y siempre a la defensiva.

Politólogos y derechohumanistas podrán argumentar que mucho se ha avanzado en materia de igualdad para la mujer, pero con nada podrán silenciar su reclamo por la falta de justicia que aún mantiene de luto a miles de hogares.

No basta con que en Chihuahua se haya dado un salto cuántico en materia de acceso al poder público de las mujeres, con tres damas en los poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo.

Todavía hace falta que estas mujeres desahoguen la agenda de género, que se mantiene archivada en el cajón de las promesas, y de una buena vez le hagan justicia a las mujeres de todo el estado, y no solo cada 8 de marzo, sino todos los días del año, con hechos, con acciones concretas que solucionen los pendientes que existen en la materia, en un tema tan sensible como ignorado.

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Ayer, en el Congreso, los tres poderes estatales hicieron un reconocimiento por su lucha feminista a la activista juarense Verónica Corchado Espinoza, quien fue recientemente sustituida al frente del Instituto Municipal de las Mujeres.

Verónica Corchado fue galardonada como Chihuahuense Destacada 2022, al igual que otras cinco mujeres, en los campos de disciplinas deportivas, artísticas, servicio comunitario, medicina, letras y literatura.

La trayectoria de la juarense en favor de los derechos de las mujeres es ampliamente reconocida por organizaciones estatales, nacionales e internacionales, y por ello recibió constancia de manos de la gobernadora Maru Campos.

El relevo de Corchado del Instituto Municipal de las Mujeres de Juárez, se realizó durante los últimos días del mes de enero de este año y generó reacciones de apoyo para que continuara al frente del organismo, lo cual no ocurrió.

Con el reconocimiento del Gobierno estatal, se habla de que muy pronto será invitada a incorporarse a los programas a favor de las mujeres, mismos que desarrollará la administración estatal.

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Ahora que está en el ojo del huracán, el regidor Joob Quintín decidió reanudar las sesiones informativas del comité municipal del PAN en el viejo edificio de la 5 de Mayo y 16 de Septiembre.

Dichas reuniones estaban suspendidas desde principios del 2020, cuando comenzó la pandemia, y ahora que con mucha anticipación se agitan las aguas para el relevo de Quintín, que formalmente debe ser hasta el mes de noviembre, le entró la urgencia por reactivarlas.

En las sesiones, que son abiertas para toda la militancia y se realizan a las 5 de la tarde de cada miércoles, generalmente se dan avisos de actividades del partido azul, pero también sirven de catarsis para los que no fueron tomados en cuenta en posiciones de gobierno.

Y en esta ocasión no será la excepción, pues muchos reclamos se escuchan en las redes sociales, de panistas que fueron ignorados por la administración estatal, a pesar de que muchos de ellos presumen de haber trabajado en la campaña de Maru.

Por ejemplo, el propio doctor Víctor Manuel Talamantes ha comentado en sus grupos de WhatsApp, la tristeza que siente por correligionarios como Andrés Chávez, quien junto con su equipo se metieron de lleno desde la precampaña de Maru Campos y, aún así, lo dejaron fuera de la nómina, para darle cabida a lo que el regidor llama “personajes que jamás han apoyado al partido e incluso de dudosa honestidad” (sic).

Talamantes dice en uno de esos mensajes de solidaridad con los que permanecen en la banca, que ya trató el tema con César Jáuregui, con Gabo Díaz, con Mario Vázquez, con Oscar Ibáñez y con Luis Serrato, “para que rectifiquen ante tan nefastas decisiones, sin obtener eco hasta el momento”.

Remata diciendo: “qué ironía, en el gobierno de Corral nos corrieron a quienes apoyamos a Maru y en el de Maru están corriendo a quienes la apoyaron”. Alguien deberá decirle al galeno que, en política, la ropa sucia siempre se lava en casa.

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Ayer se cumplieron 100 años del arribo del primer grupo de menonitas al estado de Chihuahua, donde se han arraigado y constituyen uno de los grupos productores del campo más importantes del país, por su dedicación al trabajo y respeto por la tierra.

Llegaron procedentes de Manitoba, Canadá, autorizados por el entonces presidente de la República Álvaro Obregón, y se instalaron en San Antonio de los Arenales, ahora Ciudad Cuauhtémoc.

La primera colonia que fundaron en 100 hectáreas que compraron, fue la que ahora se conoce como Manitoba. Estos prósperos agricultores que han convertido la región de Cuauhtémoc en el granero del estado, se han destacado también por la calidad de sus productos lácteos que se comercializan internacionalmente.

Se calcula que en el estado grande viven aproximadamente 50 mil menonitas, distribuidos en los municipios de Cuauhtémoc, Riva Palacio, Namiquipa, Cusihuiriachi, Guerrero, Bachíniva, Nuevo Casas Grandes, Janos, Ascensión, Aldama, Buenaventura, Villa Ahumada y Ojinaga.

Su presencia en este siglo ha sido, sin duda, un ejemplo de trabajo y dedicación para convertir enormes llanuras en fértiles tierras de cultivo.