Otra vez, el exgobernador binacional Javier Corral, asomó su impresentable cara en las redes sociales, esta vez para opinar de manera favorable sobre la Reforma Electoral que pretende el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Su opinión en el tema evidenció que Corral se metió en la polémica de la iniciativa presidencial, únicamente para quedar bien a ojos del preciso y hacer contrapeso a los políticos, periodistas, intelectuales y politólogos que analizaron y criticaron los alcances de la reforma.
En el primer comentario que hizo en el hilo de su conversación en Twitter, citó textualmente: “Luego de escuchar en la mañanera la explicación de la Reforma Electoral, me quedé preocupado y desanimado. Al leer la iniciativa completa, me doy cuenta que es distinta a lo que hoy se anunció. Me parece realmente buena en términos generales; propuestas muy interesantes.”
Para alguien que vivió 25 años del sueldo de los congresos estatales y federales, que llegó a todos los cargos de elección popular por la vía plurinominal, y que la única votación que ganó en las urnas fue la de gobernador de Chihuahua, es obvio que domina el tema, sobre todo en lo que se refiere a los diputados de representación proporcional, figura por la que arribó sin mayor esfuerzo a la Cámara de Diputados y al Senado de la República.
Sus opiniones, cargadas de su característica y repelente verborrea, para mostrar sumisión total con el jefe de la 4T, le generaron duras críticas de panistas, que lo menos que le dijeron fue inútil.
Sergio Castillo le respondió: “@MarkoCortes, ya expulsen a este idiota, ¡caray!; mientras que Fernanda Betancourt le dijo que está haciendo méritos para una embajada.
Rafael Hernández expresó: “Qué lamentable tu opinión, estimado Javier. Tú, que fuiste de los que lucharon contra el régimen de partido de Estado, ahora simpatizas con esta contrarreforma, que no tiene más fin que el de regenerarlo”
Alfredo Martín Ochoa lo compara con otros liderazgos: “Madre de Dios. Que diferencia con los panistas de antes. Cero congruencia e identidad. Lástima”.
Y Luis Parra le refresca la memoria de su trabajo como gobernador: “Después de 5 años perdidos por tu pésimo gobierno, ahora “aportas” tu opinión balín sobre la reforma electoral”.
Finalmente, Jorge Luis Flores pone el dedo en la llaga: “Jajajajaja el miedo no anda en burro, quedando bien con AMLO porque sabe que trae cola”.
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Muy ocupados y entusiasmados han de andar los mandos de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, planeando sus nuevas oficinas en la Torre Centinela, tanto que hasta se les olvidó acudir a la reunión de la Mesa de Seguridad de ayer donde se analizó -nada más se analizó, no vayan a creer que se tomaron acuerdos operativos-, el registro de homicidios dolosos del mes de abril.
De acuerdo con las estadísticas oficiales, en abril hubo 60 asesinatos, 7 menos que en el mes de marzo, por lo que los jefes de la policía estatal dan por hecho que los malandrines andan asustados y le han bajado al ritmo de su actividad aniquiladora en la ciudad.
Ciertamente que de las cifras que se registraron en enero y febrero de este año, 83 y 86 muertos, respectivamente, a los números que tuvimos en este mes que hoy termina, hay una disminución de más de 20 ejecuciones, pero de ninguna manera significa el fin del problema.
Son 60 asesinatos en un mes que significan 2 por día, cifra que no se registra ni siquiera en Ucrania que es zona de guerra.
Por lo mismo, el hecho de que los jefes policiacos estatales desairen las mesas de trabajo donde se supone hay intercambio de información y coordinación operativa, resulta incongruente para los propósitos que la gobernadora tiene con esta corporación, que pretende sea la panacea para el problema de inseguridad que tiene Juárez.
El jefe Gilberto Loya y su tropa deben bajarse del ladrillo en que se treparon y tratar de ser más humildes, porque hasta ahora la corporación no tiene nada qué presumir o destacar, salvo el caso del policía vial violador de la ciudad de Chihuahua, que acaparó la atención de la opinión pública del estado y para nada dignifica a la institución.
Por cierto que, en las calles de Juárez, ya se han visto varios policías viales de la SSPE, patrullando en pareja a bordo de vistosas motocicletas, muy al estilo de los que tuvo en la plaza la tristemente célebre Cipol, del 2004 al 2010, que sirvieron para nada.
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Juárez, Chihuahua y Cuauhtémoc, son los municipios del estado que registran hasta hoy el mayor número de personas desaparecidas en la entidad, según la Comisión Nacional de Búsqueda.
De las 1939 desapariciones reportadas en los tres municipios, 281 corresponden a mujeres de las que no se tiene ningún rastro: 159 de ellas son de Juárez, 90 de la capital del estado y 32 de Cuauhtémoc.
Según la Comisión Nacional de Búsqueda, en México existen 99 mil 265 reportes de personas desaparecidas no localizadas, de las cuales 3 mil 467 fueron reportadas en el estado de Chihuahua, entre las que se encuentran 477 mujeres y 2 mil 990 hombres, 50 mujeres menos que las que informó en días pasados el fiscal general de la entidad, Roberto Fierro.
Un dato que llama la atención es el hecho de que los números de varones desaparecidos de la capital del estado y del municipio de Cuauhtémoc, sean tan similares, pues en la primera hay 498 víctimas y en el segundo 406, respectivamente.
De todos los casos de desapariciones ocurridas en el territorio chihuahuense, el que sigue captando la atención pública es la del grupo de 13 mexicanos migrantes que fueron vistos por última vez en una brecha localizada entre Coyame del Sotol y Lomas de Arena, por el rumbo de Ojinaga.
La desaparición de estos migrantes ocurrió en septiembre del 2021 y fue atribuida a un grupo del crimen organizado, que los levantó cuando iban rumbo a Odessa, en los Estados Unidos.
Ocho meses han transcurrido desde entonces y tal parece que se los tragó la tierra, pues no se tiene el menor rastro de los 13 compatriotas, pero tampoco informa la autoridad investigadora de las pesquisas que han realizado, para dar con su paradero.
Lo mismo se puede decir de los casos de las 477 mujeres desaparecidas, que, hasta ahora, ni las comisiones de búsqueda, ni las fiscalías de las mujeres, que sirven para dos cosas, han convocado a los medios para dar a conocer avances, por la simple razón de que no tienen nada que informar. Así de simple.