Muy buena pachanga Covid tuvo el sábado el director de Comercio Municipal, Daniel Pando Morales, en uno de los exclusivos salones del Club Campestre Juárez, para celebrar su cumpleaños.

Vino, tequila, whisky, cerveza, música y cena gourmet ofreció a sus 30 invitados, para que vieran que en sus celebraciones no se nota la miseria ni se anda con pichicaterías. Faltaba más.

Además de sus compas personales, Daniel invitó a varios directores del Municipio y a su jefe de jefes, el exalcalde y ahora diputado morenista Armando Cabada Alvídrez, quien al calor de las copas se aventó la volada de decir que está pensando seriamente en competir en el 2024 para senador de la República.

Por cierto, nos comentaron que a Armando se le vio hasta cierto punto preocupado, sin dejar de ser presuntuoso. Será por la información que el auditor superior del Estado, Héctor Acosta, hizo pública en días pasados, sobre el contrato que la administración del exindependiente dio por 40 millones de pesos a un despacho que supuestamente iba a recuperar la cartera vencida del predial, y de cuyo trabajo no hay evidencia ni testigos que soporten el gasto.

En la party estuvieron el arquitecto Javier Arroyo, así como el proveedor consentido del DIF municipal en el gobierno de Cabada, Armando Olivas.

Al que se le vio muy risueño en la fiesta, porque tal vez le prometieron algún hueso importante en el Gobierno morenista, fue al exsecretario de Ayuntamiento Alejandro Martínez, “El Pira”, ajonjolí de todos los moles en varias administraciones priistas y últimamente en las cabadistas.

La fiesta de Pando Morales llamó la atención por el derroche y la imprudencia de realizar un evento grupal con más de 10 personas, cuando los niveles de contagio por Covid-19 siguen al alza en la ciudad.

Como director de una dependencia cuyos inspectores forman parte de las células Covid, que revisan restaurantes, salones, hoteles, cantinas y antros, para que se cumplan las disposiciones sanitarias y de aforo, resulta un irresponsable despropósito que el funcionario de marras sea el primero en desconocerlas con una pachanga que no pasó desapercibida.

Eso, por una parte. Por otro lado, será interesante saber cuánto gastó en su festejo o si, por ser el mandamás de Comercio Municipal, tuvo cortesías del Campestre, para la cena, el pisto y la música.

La Dirección de Comercio es una de las dependencias municipales más anheladas, como Tránsito, por los ingresos que genera por la vía derecha, con multas, permisos, licencias, etcétera, y por la chueca, con el pago de cuotas y moches. ¡No te acabes Dirección de Comercio!

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Quien anda enloquecido en el Municipio es el regidor de Salud, el doctor Víctor Manuel Talamantes, porque cuando ya había cantado victoria y se sentía en la mesa donde le iban a dar una rebanada del pastel del contrato por servicios médicos, le dieron la infausta noticia de que siempre no van a utilizar los servicios de su cliniquita.

Desde la semana pasada Mirone dio a conocer la primicia, cuando el representante legal de la empresa Adaca Medical informó que, por incurrir en conflicto de intereses al tratarse del negocio de un regidor del Ayuntamiento de Juárez, la subcontratación con la Clínica y Maternidad las Torres se cancelaba definitivamente.

Ayer en la mañana, en su conferencia de prensa, el alcalde Cruz Pérez Cuéllar lo confirmó, pero le dio una salida diplomática al regidor Talamantes, al decir que fue este quien pidió lo dejaran fuera del contrato.

Lo cierto es que el doctor Talamantes buscó mucho la rebanada del pastel, desde que comenzó a denostar los servicios de Poliplaza Médica, maniobrando al mismo tiempo como coordinador de la Comisión de Salud para tratar de obtener una tajada. Fueron los propios regidores quienes pusieron al descubierto el negocio de Talamantes y lo encararon hasta que lo admitió frente al mismo secretario del Ayuntamiento.

Por eso, cuando ya pensaba que el tema se había enfriado, le dan la mala nueva y para atrás los fielders, porque don Víctor ya había comenzado a contratar personal para su clínica.

Ahora tendrá que autoprescribirse passiflorine para que se le baje la muina, no vaya a ser que quiera regresar a los tiempos de la resistencia civil y hasta se declare en huelga de hambre.

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Cinco mil setecientas firmas se acumulaban hasta ayer la petición en la plataforma Change.org pidiendo la liberación del agricultor Andrés Valles Valles, detenido por el conflicto del agua de la Boquilla y acusado de los cargos de motín, robo de vehículo y obstrucción de las vías de comunicación por el Gobierno federal.

Fue el juez de control del Centro de Justicia Penal Federal, Eduardo Javier Sáenz Torres, quien lo vinculó a proceso y lo mantiene en prisión preventiva en el Centro de Readaptación Social de Aquiles Serdán.

Como se recordará, por gestiones de la gobernadora Maru Campos con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en octubre del año pasado, se puso fin al conflicto del agua con la entrega de las instalaciones de la presa La Boquilla, que estaban tomadas por los campesinos, y la libertad de los detenidos.

Fue en noviembre cuando los productores Rosendo Lerma, Juan Lechuga y Juan Rivera, obtuvieron su libertad, no así Andrés Valles Valles, por ser considerado uno de los líderes del movimiento que derivó en el enfrentamiento con la Guardia Nacional y causó daños a instalaciones federales.

A dos semanas de haber subido a la plataforma digital la petición de libertad para el productor, sus promotores esperan alcanzar en esta semana las 7 mil firmas solidarias, para enviarlas a la Secretaría de Gobernación.

En tanto, hay una tensa calma en el centro del estado, porque los agricultores consideran que mientras su compañero siga detenido, el Gobierno central no habrá cumplido a cabalidad el acuerdo signado con la gobernadora.

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El Gobierno del Estado presentará esta semana la campaña preventiva “Hazlo por Amor a los Tuyos”, con la que busca reforzar en medios, en redes sociales y en publicidad exterior, las medidas anti-Covid entre la población chihuahuense.

Hasta ahora las campañas de orientación y concientización sobre los riesgos de la pandemia, realizados por los tres niveles de Gobierno, se han quedado cortas, porque a pesar de que estamos inmersos en la cuarta ola y que ya llegó la variante ómicron, prevalece la desinformación en la ciudadanía.

Todavía es tiempo que las autoridades de Salud no informan la gravedad de la incidencia de la nueva cepa del virus que nos está pegando a todos parejo; a vacunados y no vacunados, a jóvenes y adultos mayores, a hombres y mujeres.

La ciudadanía aún tiene muchas dudas en cuanto a los días que tienen que permanecer en aislamiento o en cuarentena cuando contraen el virus o cuando tienen contacto con algún contagiado.

Hay desorientación hasta en los tiempos en que deben aplicarse las pruebas y de la graduación que deben tener los cubrebocas, cuando hay contagio o contacto.

Ojalá que esta nueva campaña del Estado llene esos vacíos de información y llegue a todos los estratos. Que no sea otra llamarada de petate o relleno publicitario de esos de los que están saturados los gobiernos y que nadie pela.