Con apoyo de padres de familia, docentes de la secundaria estatal 3081, ubicada en Riberas del Bravo, colocaron carpas para proteger del sol a los casi 300 alumnos que desde el inicio del ciclo escolar toman clases al aire libre.
La medida se implementó ante el retraso en el acondicionamiento de las aulas móviles asignadas al plantel, mientras la Subsecretaría de Educación y Deporte informó que el problema se encuentra en proceso de solución.
“Ya lo estamos resolviendo”: responde Educación
“Tuvimos mucha mayor demanda de la esperada y por eso se nos complicó un poco atender a todos los niños, pero ya lo estamos resolviendo”, dijo este viernes el subsecretario de Educación y Deporte, Maurilio Fuentes Estrada.
Estimó que en “muy poco tiempo” ya estarán trabajando con normalidad, en el sentido de tener a todos los alumnos bajo el resguardo de las aulas.
Recordó que, al inicio del ciclo escolar, los alumnos tenían clases presenciales dos o tres días hábiles a la semana —de acuerdo con su grupo—, y los demás días las tomaban de manera remota.
Ahora el objetivo es que todos los alumnos estén físicamente en la escuela, “para que las mamás y papás de los muchachos estén tranquilos”, refirió.
Fuentes Estrada aclaró que el problema está siendo atendido en un esfuerzo conjunto, encabezado por los padres de familia, los maestros y el departamento de microplaneación de los Servicios Educativos del Estado de Chihuahua (Seech).
“Estamos en pláticas también con la Comisión Federal de Electricidad para determinar y proveer lo que se necesita de carga adicional, aunque no es mucho porque solo son aulas móviles”, añadió.
También dijo que cuentan con el apoyo del área de Planeación en Chihuahua para solventar la situación lo más rápido posible.
Clases entre lonas, polvo y baños portátiles
Desde que inició el ciclo escolar han tenido dificultades, porque a pesar de contar con casi 300 estudiantes, solo les asignaron cinco aulas móviles para sumar 12 en total, las cuales aún están en proceso de acondicionamiento.
Guadalupe García, madre de familia, contó que su hijo acaba de ingresar a primero de secundaria y, debido a que tomó clases entre el aire y el polvo, el miércoles llegó con alergia a casa.
“Hemos venido a ver qué se puede hacer con las aulas; desde hace un mes nos las prometieron y nuestros niños están afuera tomando clases”, lamentó.
Además de que las aulas móviles aún no pueden ser utilizadas, la escuela funciona con baños móviles, como los que se usan en las ferias.
Una secretaria toma notas en un escritorio a la entrada del plantel, y ahí mismo los maestros registran su asistencia.
Para tomar agua, los alumnos usan una llave de paso conectada con una manguera a un tinaco que la vierte por gravedad.
“Es agua potable”, dijo una maestra a un chico que el jueves preguntó si tenían agua de garrafón disponible y que —obviamente— solo tuvo la opción de servirse del grifo en un vaso desechable usado.
De acuerdo con la oficina de Seech, este tipo de aulas se distribuyen en las zonas con mayor precariedad en todo el estado. Actualmente se usan en una escuela del municipio de Guadalupe y en la 3081 de Riberas.
Padres piden acelerar la construcción del nuevo plantel
La semana pasada, la Subsecretaría de Educación Zona Norte informó a Norte Digital que el proceso para reubicar la escuela aún tardará.
Consiguieron un terreno en la etapa uno del mismo fraccionamiento Riberas del Bravo, pero falta gestionar el recurso para construirla.
Este viernes, algunos padres de familia llegaron al plantel para aclarar que su intención no era pelear ni culpar a nadie, sino únicamente que los alumnos tengan mejores condiciones para estudiar.
“Buscamos que se mejore la condición porque, por ejemplo, ahorita están en las mallas sombras y permanecen ahí por varias horas; requerimos que se haga la construcción porque los niños pueden deshidratarse”, dijo Fátima Gabriela Niño Valles, madre de familia afectada.
Aclaró que están en disposición de apoyar, incluso de llevar más mallasombra, “pero sí se requiere la ayuda del Gobierno”.
Para Karla Castillo, quien lleva toda la semana dando entrevistas a medios locales para exponer la situación, es imperativo que la Secretaría de Educación dé una respuesta.
“Desde hace un año ofrecieron que iban a poner las aulas y ahorita a los muchachos nos los tienen estudiando bajo carpas”, reprochó.
Por el calor se pueden deshidratar, y ya vienen los fríos; además, “aquí en la tierra hay mucha plaga de garrapatas y así no se puede estudiar”, señaló.
Otra mamá, Flor Pérez Vidal, pidió al Gobierno del Estado que ponga en buenas condiciones las aulas móviles, porque actualmente no son habitables y los niños sufren al sol.
“El Gobierno —acotó— se lava las manos, no les importa porque no son sus hijos, pero nosotros, que somos los padres, estamos aquí desde el lunes esperando una respuesta”.
Finalmente, Ana María Ríos, también madre de familia, sostuvo que no están culpando a nadie, sino pidiendo de forma pacífica lo que ya se prometió: la instalación y funcionamiento de las aulas móviles.
Ana María agradeció a las autoridades por haber puesto una secundaria cerca de sus casas.
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