El reloj marca cerca de las 3 de la tarde y en la sala 1 de Ciudad Judicial, se ha comenzado a escribir un capítulo más del juicio que enfrentan Diana Paola y Claudia Rubí, implicadas por el presunto feminicidio en contra de Celia Yaneth C.R, dentro del centro de rehabilitación Casa Monarca, en mayo de 2023.
En la audiencia, hay cerca de 8 familiares de la víctima, así como 2 de las imputadas, la expectación de la sesión de hoy es vasta, ya que se espera el testimonio de la madre de Celia, quien junto con otras dos testigos, tienen que recibir acompañamiento psicológico, debido a que son consideradas por el Tribunal como “testigos protegidos”.
No obstante, el primero a entrar a rendir testimonio es un segundo Policia Ministerial, que fue encargado de realizar la detención de las imputadas y que confirmó lo dicho por su compañero, respecto a las prendas que hallaron con sangre, así como la forma en la que las mujeres fueron llevadas ante el Ministerio Público.

Castigos, maltratos y peleas clandestinas, la vida en Casa Monarca
Para el siguiente testimonio, la primera testigo protegida tiene que rendir su testimonio en una sala contigua, donde las imputadas no pueden verla directamente.
Con apoyo de una psicologa, comenzó a contar su historia dentro del “anexo”, como nombró a Casa Monarca.
Entró en mayo de 2022 para recibir tratamiento para combatir su adicción a las drogas. En un principio, relató que era un trato bueno, amoroso.
Incluso, mencionó a Rubí como una “persona cariñosa” y que ayudaba a conciliar a las internas cuando se sentían mal. Aseguró que ella era la directora del centro y que, una vez que concluyó su terapia, le ofreció trabajo brindando “servicio” a quienes recibían su rehabilitación.
Sin embargo, mencionó que a los tres meses, aproximadamente, notó un cambio drástico en el ambiente dentro de la casa.
Con la llegada de un hombre que identificó como Daniel, El Sargento, presunta pareja de Rubí, los castigos físicos se hicieron más comunes y severos.
Aunque no pudo decir cuál era el cargo de ese hombre, resaltó que era el encargado de “darles disciplina” y que, si bien no “pataleó” a ninguna de las internas, sí las obligaba a realizar castigos físicos, desde trabajos forzados, lagartijas, hasta maltrato psicológico.
Cuando empezó a trabajar dentro de la casa, observó que este tipo de situaciones iban incrementándose, llegando a ver algunas pacientes que eran “tableadas, encueradas y golpeadas” por las internas y algunas empleadas.
En diciembre de 2022, luego de ver el trato que recibían las internas, y que Rubí, en su cargo de directora, “no hacía nada”, optó por buscar un trabajo en una maquiladora.

El grupo de Whatsapp y el boxeo clandestino
Respecto a los golpes y agresiones que atestiguó dentro de Casa Monarca, afirmó que las trabajadoras estaban dentro de un grupo de Whatsapp en el que participaban las trabajadoras, y algunas internas, en el que no solo se compartían información relevante, sino que también era utilizado para compartir videos de golpizas realizadas entre internas.
Explicó que en este grupo, se podían ver las peleas de boxeo clandestino que organizaban las internas, que en su mayoría, eran de mujeres más fuertes que golpeaban a las más viejas y que no podían defenderse.
Puntualizó en que Rubí, es su posición de directora del centro de rehabilitación, no solo estaba enterada, sino que también compartía videos de las peleas.
Antes de la tragedia
La testigo recordó que en mayo del 2023, volvió al centro con intención de volver a trabajar, debido a que “había tenido ganas de consumir” y fue a reencontrarse con sus compañeras del centro, para recibir ayuda.
Se reunió con Claudia Rubí, Diana Paola, entre otras personas, en Gran Patio, “para comer un helado”, mencionó. Desde ahí, volvió a tener contacto con las trabajadoras del lugar e ingresó nuevamente al grupo de Whatsapp.
Tras su encuentro con las hoy imputadas, notó que otra empleada, comenzó a poner cosas extrañas en los grupos, a mostrar “señales de miedo”.
Hasta que un día, confesó lo que supuetamente habían hecho Claudia Rubí y Diana Paola; asesinar a una muchacha que acababa de entrar.
No pudieron ver los detalles, los mensajes fueron borrados inmediatamente y la empleada que los mandó, “desapareció” cambiando su número de celular y cuentas de redes sociales.
Luego de que las imputadas fueron arrestadas, contó que, junto con otras empleadas, se presentó a la Fiscalía Especializada de la Mujer para declarar en su contra.
Los testimonios que quedaron pendientes
Cerca de que el reloj marcara las 5 de la tarde, el juez decidió suspender la audiencia de esa jornada, ya que, por cuestiones de agenda, la sesión del día no podría continuar.
Por lo anterior, el Ministerio Público no pudo desahogar el testimonio de la madre de Celia Janeth, quien es la tutora legal de los hijos que quedaron huérfanos.
Debido a que tiene que regresar a Estados Unidos, se espera que la representación social desista de su testimonio, situación que causó molestía en la familia, debido a que sostienen que el juicio ha sido demasiado lento y tardado.
El juez ordenó a las partes volverse a reunir en la sala 1 el próximo lunes 24 de enero, en punto de las 2:30 de la tarde.


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