Con un sistema de recaudo electrónico inservible y con un fideicomiso que administra el servicio sin reglas de operación y sin rendir cuentas, los transportistas del Vive Bus se enfrentan entre sí por el cobro del pasaje, sin respetar sus tiempos, fuera del carril exclusivo.
Apenas cruzar el semáforo de la calle Camboya con bulevar Zaragoza, la pesada unidad número 55 del Vive Bus, la primera línea troncal, logra frenar a tiempo entre chirridos de balatas, para recoger a seis pasajeros que están parados en la banqueta.
Los propios funcionarios de Sedue, Luis Felipe Siqueiros, Tania Amaya y David Holguín Baca, durante una reunión con transportistas de «ruteo» tradicional, realizada el 14 de febrero a las 16:00 horas, en Pueblito Mexicano, reconocieron el fracaso del Vive Bus, lo que ocultan a la población.
«Al concesionario le dieron potestad y libertad en el uso del dinero y a final de cuentas no lo obligan a establecer parámetros de calidad», confío David Holguín Baca, encargado del Transporte en el estado, a dirigentes de organizaciones del transporte.
Y es que durante el arranque de la operación del servicio, Gobierno del estado prometió que realizaría el cobro mediante una tarjeta electrónica, con el fin de tener una mejor administración del recaudo y evitara fuga de recursos, que nunca se implementó.
Mientras que arranca la unidad 55 del Vive Bus y pasado cinco minutos llegó otra unidad al mismo punto de la calle Camboya y bulevar Zaragoza a velocidad lenta, dejando correr tiempo para que los usuarios se juntaran, con el fin de poderlos atrapar a todos juntos.
Más adelante, en el cruce de la calle Capulín y bulevar Zaragoza, corría a toda la velocidad, por fuera del carril confinado, el camión identificado con el número 21, cuyo chofer maniobró el volante para clavarse a la vía exclusivo y levantar unas siete personas que esperaban en la estación «Granjero», para brincar a la vía libre de un volantazo metros más adelante.
«La verdad el fideicomiso está incompleto, es un fideicomiso que no tiene reglas de operación y es muy permisivo», confesó Holguín Baca a líderes ruteros, quienes se oponen a la segunda ruta troncal que correrá por la avenida Tecnológico, conocida como BRT2.
La carencia de reglas en el manejo financiero del fideicomiso, cuya explotación está a cargo de la empresa Intra, significa que el dinero que se recaba por concepto de cobro de pasaje puede ser manejado al antojo´, por ejemplo de los choferes que luchan por ganarse a los usuarios.
Con diferentes llegadas de tiempo, las unidades 28, 36 y 37, arribaron a la estación «Piña» al agandalle de pasajeros, para enfilarse rumbo al final del trayecto de la primera ruta troncal en la calle Puerto de Palos, en la colonia Tierra Nueva.
Y la encargada de la Oficina de Transporte en Juárez, Tania Amaya, confirmó durante la conversación del 14 de febrero, el caos en que se encuentra el Vive Bus, cuyo audio se difundió por ese tiempo:
“El Vive Bus ha ido a menos en estos meses…Nada que ustedes no sepan, lo que aprovecharon algunos concesionarios para meter rutas paralelas, que no son alimentadoras, que lo mejor dan un poquito más caro pero que ayudan al servicio”.
Y agregó:
«Son ruteras “pirata” que corren paralelas al Vive Bus, que Amaya justifica con un “bueno, es que la gente tiene que llegar a su destino». A la rebatinga ya le entró el Vive Bus.
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