La desconfianza de los juarenses hacia el desempeño de las instituciones de seguridad pública se degradó de 2016 a la fecha, al mismo tiempo en que la violencia y la inseguridad aumentaron en Ciudad Juárez.
Sergio Pacheco González, secretario ejecutivo del Observatorio de Seguridad y Convivencia Ciudadanas de Juárez, expuso que eventos como el asesinato de tres niñas en Riberas del Bravo tienen un impacto negativo en la percepción de los ciudadanos con respecto a la violencia e inseguridad que se viven la ciudad.
Sociólogo, maestro en políticas públicas y doctor en ciencias sociales, Pacheco advierte que teóricamente cuando se mide la percepción social de un fenómeno como el de seguridad pública los ciudadanos tienden a maximizar la lectura de la realidad, pero en el caso de Juárez el comportamiento objetivo de los eventos delictivos corresponden al sentimiento de degradación de la seguridad, experimentada por los juarenses durante los últimos tres años, mismos que coinciden con la administración estatal del panista Javier Corral y con los dos gobiernos de Armando Cabada.
Explica que la violencia que ha estado presente en el pasado en Juárez continúa en los mismos espacios de la ciudad, con la diferencia de que en la actualidad se ha recrudecido o incrementado, desde 2016 a la fecha, como es el caso de Riberas del Bravo y en otros enclaves del suroriente de Juárez.
Recordó que en Riberas del Bravo se ha tenido una presencia constante de violencia -no solo en los últimos meses-, mientras que en otros espacios, como en la colonia Azteca, los homicidios experimentan una reducción.
El investigador social señaló que los frecuentes eventos violentos en espacios públicos, los cuales se mantuvieron bajo control durante algún tiempo tienen un alto impacto en la percepción de la inseguridad de muchos juarenses.
Recordó que a partir de 2016, en la medida que los homicidios empezaron nuevamente a repuntar, la valoración ciudadana con respecto a la seguridad y desempeño de la policía, empezó a decaer, después de años en que se logró luego de una mejor evaluación.
“Nosotros en los análisis que hacemos, observamos que el 2016 los juarenses tenían claro que la inseguridad no sólo se estaba incrementando, si no que también se iba a descomponer aún más”, señaló el profesor investigador de la UACJ.
Los años posteriores a 2016 dieron la razón a los juarenses sobre la descomposición gradual de la inseguridad.
Entre 2016 y 2018 la evaluación de los residentes de esta ciudad sobre el desempeño de la policía -en este caso únicamente la municipal- empezó a declinar. En 2016 bajó a 5.3 puntos, luego de que del 2012 al 2014 la percepción se mantuviera por encima del 6.0. El 2017 fue de 5.0 y para 2018 fue de 4.8, explicó.
Importante es destacar que las últimas encuestas midieron el desempeño solo de la policía municipal, que desde el retiro paulatino de las fuerzas federales recayó preponderantemente en esta corporación la estrategia de prevención y contención de la inseguridad.
Para Pacheco los números ofrecen una aproximación a una de las lecturas que los residentes de esta ciudad hacen de su entorno en materia de violencia e inseguridad.
“Evidentemente vemos un incremento de los casos de violencia en parte por el regreso de escenarios de homicidios múltiples en vías públicas y en espacios considerados de alta seguridad, como los lugares de residencia y trabajo de las víctimas. En ese sentido la creencia de los ciudadanos es que la policía no está a la altura de las circunstancias que se han estado presentando”, añadió.
Consideró que el discurso de las autoridades -que relacionan esta violencia con la disputa de organizaciones criminales- no hace más que ofrecer una versión oficial de los hechos, que de ninguna manera exime la responsabilidad de los diferentes agentes e instituciones del Estado, quien tienen bajo su ámbito de competencia la prevención social y el combate a la delincuencia.
Los ciudadanos perciben problemas de inseguridad no solo a partir de que se cometen actos delictivos, sobre todo los de tipo de alto impacto que tanto influyen en la población, sino que la impunidad también juega un papel importante en la percepción de inseguridad, ha sostenido Pacheco en anteriores entrevistas.
Sostiene que la violencia homicida en el suroriente, al igual que en otras zonas de la ciudad, los asesinatos de personas empiezan nuevamente a permear los espacios comunes y privados, como sucedió en los años más álgidos de la violencia en la localidad, reforzando con ello aún más la percepción de la inseguridad de muchos juarenses, al tiempo de que se incrementa la desconfianza hacía las autoridades.
Manifestó que más que la comunidad haya reforzado su percepción hacia las autoridades con el comportamiento delictivo destaca el hecho de que tal percepción confirma que esta corresponde a los hechos.
Precisó que la responsabilidad de la prevención y contención de la delincuencia debe ser una responsabilidad compartida por los tres niveles de Gobierno.
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