A 11 meses de su puesta en funcionamiento, la ciclovía presenta tramos con errores de origen, hoyancos, obstrucciones y puntos donde la pintura prácticamente desapareció.
La obra sigue sin entregarse por faltar un dictamen definitorio de su viabilidad, y resolver situaciones como falta de licencia de construcción en algunos tramos; esto de acuerdo con la directora de Desarrollo Urbano del Municipio, Claudia Verónica Morales Medina.
Por ello la infraestructura no recibe mantenimiento, no se corrigen fallas de origen y no se extienden multas viales a quienes invaden el carril confinado.
En un viernes de actividad cotidiana en avenidas de la ciudad, habilitadas con carriles especiales para bicicletas, la circulación de ciclistas es notoriamente escasa.
Extraño contraste con lo que sucede en el caso del carril confinado del Sistema de Transporte BRT-2, asiduamente utilizado de momento por numerosos ciclistas.
Ya el presidente Cruz Pérez Cuéllar expresó que hasta no dialogar con ciclistas se decidirá qué hacer con la ciclovía una vez que sea recibida.
Esta red, construida a un costo de 47 millones de pesos, ha sido motivo frecuente de conflictos entre ciclistas y guiadores que invaden la ruta; amén de habitantes y comerciantes que se dicen afectados por tener el carril frente a sus viviendas y negocios.
Falta cultura y conocimiento sobre ciclovía
Para Cynthia López, del colectivo ciclista Fixie Beat, el tema pasa más por un problema de cultura que de infraestructura, pues considera la obra necesaria.
“Estamos empujando para que le den mantenimiento, que la limpien, que no la invadan, pero obviamente es una cultura que se tiene que ir generando; todos los cambios cuestan y romper el paradigma de que nos tenemos que mover sólo en el carro va a tomar años en cambiarse”, manifestó.
Los citados conflictos son claramente observables en el caso de la avenida Insurgentes, donde es constante la presencia de vehículos estacionados en el carril exclusivo.
También es constante la imagen de descuido y falta de mantenimiento notorios en dicha vialidad, con basura, tierra acumulada y recurrentes baches en su trayecto.
Igual en avenida Plutarco Elías Calles, donde el ciclista enfrenta además riesgos por automovilistas que invaden la ruta girando repentinamente a la derecha sin precaución.
López Mateos es otro punto que conjuga errores de diseño y falta de mantenimiento, especialmente en el carril ubicado entre las avenidas Benjamín Franklin y Henry Dunant.
En ese tramo el carril para ciclistas se reduce a sólo medio metro, debido a la doble circulación vehicular; además, la presencia de numerosas salientes de cabezas de tornillos incrustados a lo largo de este tramo ponen en riesgo la integridad de los neumáticos.
El carril ubicado en la avenida Heroico Colegio Militar, desde la Presidencia municipal hasta ICSA, cuenta con una buena infraestructura y relativa limpieza.
El único “pero” es la existencia de toritos, frecuente causa de ponchaduras, que exige en todo caso el uso de neumáticos especiales.
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