Empezando a celebrar la próxima Navidad
Don Ulpiano, juez de lo familiar, interrogaba a la señora Medusia, mujer de armas tomar. “¿Es cierto –le preguntó, severo– que injurió usted a su marido diciéndole altitonantes adjetivos tales como ‘pendejo’, ‘cabrón’ y ‘malandrín’?”