En su momento la figura de los independientes fue el salvavidas para tratar de salir del pozo y representaron un soplo de aire fresco, con algunos candidatos que atraparon la imaginación y las expectativas de los votantes que buscaban neutralizar el voto duro de los partidos; ahora muchos de estos perfiles, presuntamente independientes, han retornado abiertamente al cobijo de los partidos políticos.

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En México, menos del 18 por ciento de la gente confía en los partidos políticos y un enorme 90.6 por ciento cree que la corrupción es algo habitual en ellos. Con este panorama, la aparición de candidatos independientes, compitiendo en todos los niveles electorales, pudo ser una buena noticia para la política y para la joven democracia mexicana.

Esos candidatos, presuntamente independientes, parecían innovadores, poco convencionales e impulsores de un nuevo modo de hacer política. El tiempo y la experiencia mostraron una realidad muy distinta, donde la corrupción, la ineficacia, la heterodoxia y la poca competitividad se mantuvieron muy presentes.

Ahora que la puerta de la alternativa independiente parece haberse cerrado, el regreso de los partidos políticos cabalga con entusiasmo bajo las riendas de Morena, el partido del lopezobradorismo. ¿Por qué sucedió así?

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En 2015 Nuevo León dio el primer puntapié y eligió al primer candidato independiente que llegó a la gubernatura: Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, un expriista con 33 años de trayectoria en el tricolor. Tres años después se lanzó como candidato independiente a la Presidencia de México, pero la locomotora de López Obrador le pasó por encima.

El ascenso del Bronco hizo popular y muy atractiva la figura de los candidatos independientes, generando una ola a la que se sumó el triunfo de Armando Cabada en Juárez. Parecía que asistíamos a la primavera independiente, como heredera virtuosa del despeñadero priista.

En las elecciones del 1 de julio de 2018 se disputaron más de 3 mil 400 cargos de representación federal en todo el país. Entre ellos se presentaron 47 mexicanos no afiliados formalmente a un partido, entre ellos dos conocidos y supuestos independientes aspirando a la Presidencia de la República: Margarita Zavala y El Bronco.

Pero la euforia decayó rápidamente. El Bronco padeció de impopularidad y fue considerado, en su momento, el peor gobernador del país; mientras tanto, algunos políticos, como Margarita Zavala, se colocaron en la ambigüedad independiente tras una ruptura con sus partidos de origen.

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En Chihuahua, los resultados finales de las elecciones del 6 de junio confirmaron la reducción de los colores partidarios en el Congreso estatal, pasando de 6 partidos a 4 con la desaparición de las representaciones de Movimiento Ciudadano y de los independientes. La ruptura del PES había dejado un interesante bloque independiente de 4 diputados que no logró reproducirse.

Si ser candidato independiente es difícil en México, es doblemente complicado en Chihuahua. En nuestro estado la legislación para las candidaturas independientes se emitió con toda la intención de entorpecer el acceso de los representantes populares que deseen llegar por esa vía.

Los requisitos colocaron fechas muy forzadas, lo que complicaba la inscripción de varios candidatos; el porcentaje de firmas requeridas (3 por ciento) fue superior al establecido en la Ley Electoral federal; las firmas exigidas por sección electoral y la cantidad de secciones cubiertas dificultaban la participación; los candidatos con menos de tres años de militancia en un partido político no podían participar.

La intención era impedir la repetición del síndrome de Nuevo León, por eso se la llamó Ley anti-Bronco. Supuestamente mantendría la entidad en manos del PRI.

En vez de rebajar el control de los partidos políticos, fortaleció su rol y benefició a los chiquipartidos para que alcancen el piso. Mientras la ley federal exige un 3 por ciento para conservar el registro de los partidos y obtener cargos de representación, en Chihuahua les alcanza con el 2 por ciento.

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En 2016, un conductor de televisión juarense se convirtió en un fenómeno electoral y ganó las elecciones en el municipio de Juárez. Armando Cabada basó su campaña principalmente en la crítica a los partidos políticos, en su corrupción y distanciamiento de las causas sociales.

El Caballo Lozoya, un empresario minero y constructor, también realizó una exitosa campaña independiente en el sureño Hidalgo del Parral. Ambos comparten un pasado en el PRI y su incursión en la política nació como una ruta alternativa al abismo duartista.

En 2021 anunciaron el abandono de la vía independiente y el salto a los criticados partidos políticos, Cabada para Morena y el Caballo al MC.

En apenas algunos años se acabó el sueño independiente. Mientras en 2018 hubo 27 candidaturas registradas ante el IEE, en 2021 apenas 13 contendientes participaron en las campañas políticas. En las elecciones municipales de 2018 casi el 16 por ciento de los votantes apoyó a 15 candidatos independientes en 14 municipios del estado, ganando 2 de las principales alcaldías y siendo muy competitivos en Delicias, Nuevo Casas Grandes y Meoqui. En 2021 apenas 5 candidatos independientes disputaron presidencias municipales y ninguno fue exitoso.

Los independientes se partidizaron y terminaron refugiados en los partidos políticos, que siguen teniendo el control en la toma de decisiones de la vida pública, polarizados a favor o en contra de Morena.

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El desencanto y la decepción son hijos indeseados de varias paternidades. Una de ellas son los diversos requisitos exigidos para ser candidato independiente, como la creación de una asociación civil o el proceso de recolección de firmas, actividades que exigen una amplia logística y muchos recursos.

Los protagonistas que lo han logrado en el país, como El Bronco, Margarita Zavala y Ríos Piter, y en lo local como Cabada, Lozoya, Chacho Barraza y Enrique Terrazas, tenían una estructura territorial y una probada capacidad de recursos económicos.

Chihuahua tuvo su primer experimento de las candidaturas ciudadanas en las elecciones a gobernador de 2016, cuando el furor de las candidaturas independientes llegó montado en un amplio movimiento de enojo contra el PRI, pero también contra el PAN, el PRD y todos sus satélites, una corriente a favor de los propios independientes y de Morena.

Se abrió una vía posible para la emergencia de una élite política y económica que buscaba participar. Irrumpió casi una treintena de aspirantes a distintos cargos de elección popular por la vía de los aspirantes “sin partido”.

El perfil de algunos protagonistas nos dice que José Luis Barraza, exdirector y accionista de Aeroméxico y de la empresa lechera Lala, disputó la gubernatura a través de la candidatura independiente; del ámbito empresarial también llegó Enrique Terrazas Seyffert, expresidente de Coparmex Chihuahua e hijo de uno de los propietarios de Cementos de Chihuahua, disputando la alcaldía de Chihuahua; al igual que los empresarios capitalinos Javier Mesta y José Antonio López. Toño López no pudo entrar porque no dejó su militancia en el PAN en el tiempo establecido. Formaban parte de la elite empresarial y eran cercanos al PAN.

Era una prospectiva empresarial que buscaba evitar la caída de sus partidos favoritos, PAN y PRI, mediante una franquicia que bloqueara exitosamente el triunfo morenista en 2016. Obtuvieron una votación significativa y evitaron que todos los enojados le dieran en Chihuahua una oportunidad a Morena, un postre que aún siguen disfrutando.

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2015 fue la oportunidad de estreno de las candidaturas independientes. Se registraron 133 candidatos y 6 de ellos lograron el triunfo: Clouthier ganó una diputación federal por el Distrito 05 de Culiacán, Sinaloa; Kumamoto ganó una diputación local por el Distrito 10 de Zapopan, Jalisco; El Bronco se quedó con la gubernatura de Nuevo León; tres alcaldías en tres estados: García en Nuevo León (Cesar Adrián Valdez), Morelia en Michoacán (Alfonso Martínez) y Comonfort en Guanajuato (José Alberto Méndez).

En 2018 se presentaron 231 candidatos independientes en todo el país que ganaron 18 presidencias municipales.

Las elecciones de 2021 aparecen como la tumba de la ilusión independiente, con muy pocas victorias electorales que puedan contabilizarse en todo el país.

En el neoleonense municipio de San Pedro Garza García, el independiente Miguel Treviño de Hoyos ha repetido la hazaña. Con la totalidad de votos escrutados ha logrado por segunda ocasión la victoria en el ayuntamiento con el 56.7 por ciento de los votos.

En la Ciudad de México sucedió todo lo contrario. Se presentaron 16 candidatos independientes para alcaldes o diputados locales, ninguno de ellos ganó el 6 de junio.

Los casos victoriosos son muy pocos y configuran una excepción colocada muy en el margen del universo electoral mexicano. En 2021 hubo 647 aspirantes independientes en todo el país y sólo 24 de ellas triunfaron el 6 de junio. En un escenario de polarización y de elección plebiscitaria los proyectos políticos estaban a favor o en contra del Gobierno federal, no había más lugar.