Que las autoridades frenen el crecimiento económico y el crecimiento industrial en Juárez para que esos indicadores se acerquen a la disponibilidad real que se tiene de los recursos naturales y dejen así de darse los desequilibrios reflejados en problemas como la falta de un transporte adecuado, de un sistema de drenaje pluvial, del alto índice de contaminación que produce la maquila, entre otros, propone el ambientalista Jorge Salas Plata.
La falta de una planificación adecuada en la ciudad ha provocado desquiciamiento y caos, y las autoridades están obligadas a atender esos desequilibrios, expresó el doctor en Ciencias y también investigador del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental del Instituto de Ingeniería y Tecnología de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Consideró que en la medida en que se conozca la historia de esta región se podrán evitar errores para el futuro y que hasta ahora esa falta de visión y planeación ha tenido como consecuencia la gran contaminación atmosférica que provoca la maquila, la falta de un transporte digno, el arsénico que se tiene en el agua y otros problemas.

“La ruta de salida es que tenemos que adoptar una política económica de crecimiento planificado, es decir, que vamos a poner tasas de crecimiento más bajos para ir acercando el ritmo de la economía al ritmo de la naturaleza, porque hoy hay una desproporción muy grande. Tenemos un ritmo de crecimiento similar al de China, cuando no tenemos los recursos naturales como el agua que soporten este crecimiento. Tienes que ir ajustando el crecimiento económico hacia la viabilidad de los recursos naturales con que se cuenta”, consideró Salas Plata.
“El decrecimiento planificado no significa que se paraliza la economía, sino que significa que vas a ir reduciendo las tasas de crecimiento tan altas y desproporcionadas que tenemos, y en todo caso la inversión que vaya a haber tiene que ser dirigida hacia solucionar los rezagos sociales. Tenemos colonias, miles de familias que no tienen acceso al agua potable y al alcantarillado. Hay que invertir ahí. Nos faltan escuelas, centros deportivos, nos faltan teatros, bibliotecas públicas, centros para el deporte, el descanso y la recreación, alumbrado público y seguridad. En eso sí tenemos que invertir y no en estar pensando en favorecer a las grandes trasnacionales. De eso se trata”, declaró.
Dijo que el crecimiento urbano y el industrial deben acercarse a la disponibilidad que se tiene de recursos naturales y no que se exploten dichos recuros sin control ni medida provocando con ello solamente condiciones de precariedad y de inseguridad para la gente que viene en busca de mejorar sus vidas.

“El problema es que pronto si siguen las cosas así, no va a haber ciudad para nadie. Ni para los que están por llegar, ni para los que ya estamos aquí. No va a haber ciudad para nada, para nadie, porque la contaminación nos va a estar enfermando, porque el arsénico se estará acumulando en nuestros cuerpos. Entonces no es buscar que no se dé una política de empleo. Lo que decimos es que las tasas de crecimiento económico en Ciudad Juárez son altas y desproporcionadas. Se deben atemperar, reducir un poco para frenar esta manía por el crecimiento y esta vorágine que está generando muchos rezagos. No se habla de una ciudad planeada, de una planificación económica. Habla de desquiciamiento y de caos, y las autoridades están obligadas a atender esos desequilibrios.”, expresó Salas Plata.
El investigador ofreció la conferencia Los impactos Medioambientales y Ecológicos de carácter Antropogénico (ocasionados por el hombre) en el Municipio de Ciudad Juárez.
“Esta plática tiene el objetivo de que los estudiantes conozcan la historia del medio físico de Juárez, y de cómo su ecosistema ha sido vulnerado a lo largo de tantos años, en aspectos como la desviación que han hecho los norteamericanos del flujo del río Bravo, el robo de los terrenos de El Chamizal, un crecimiento industrial expansivo y totalmente desproporcionado con los recursos naturales, la falta de drenaje pluvial que ocasiona inundaciones, el abandono del Valle de Juárez y el cambio de uso de suelo que se tuvo que hacer ahí por la limitada cantidad de agua que entregan los norteamericanos por un acuerdo con el que se quedan de manera ilegal con una parte importante del agua del río y que deberían ceder a México”, comentó.
