La apnea del sueño es un trastorno respiratorio que provoca que la vía respiratoria se cierre por completo al dormir, impidiendo que pase el oxígeno y aire a los pulmones.
En México, el 4 por ciento de los hombres y el 2 por ciento de las mujeres presentan esta enfermedad que va en aumento, acompañada por factores de riesgo como la diabetes, presión alta, obesidad y sobrepeso.
“A veces ciertas afecciones de la vía respiratoria superior como alteraciones en la nariz, el tabique nasal, problemas de senos paranasales, la forma de la barbilla cuando está un poco hacia atrás (retrognatia) pueden hacer que la vía respiratoria esté un poquito más estrecha y esto hace que se genere con mayor facilidad apnea del sueño”, expresa el neumólogo Jesús Roberto Alanís Rodríguez, especialista del Centro Médico.
La apnea del sueño llega a resultar estresante para diversos órganos del cuerpo, principalmente los pulmones y esto puede condicionar también daños al sistema cardiovascular.
Entre sus síntomas se encuentran la sensación de cansancio ante la falta de un sueño reparador, ronquidos, fatiga, dolor de cabeza, falta de concentración, pérdida de memoria, irritabilidad y sudoraciones, entre otros.
Su diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de la apnea del sueño lo realiza un especialista en neumología, quien toma en cuenta escalas de riesgo y a través de un estudio en casa del paciente, “se lleva un pequeño aparato con el que duerme toda la noche para contabilizar las veces que deja de respirar por medio de un sensor de oxigenación, de la respiración y del movimiento del tórax”, señala.

Una vez que se realiza el reporte del sueño y dependiendo de los factores de riesgo que tenga, se decide el tratamiento.
“El tratamiento actual y más eficaz son los aparatos que emiten presión positiva, el más común es el C-PAP que emite un aire a presión por medio de una mascarilla al momento de que el paciente está dormido”, comenta el neumólogo.
Dicha presión, señala, tiene el efecto de una férula, la cual mantiene abierta la vía respiratoria del paciente al estar dormido y permite que pueda estar oxigenando y pasando aire.
“Cuando se evita de esta forma el ronquido, las apenas o pausas respiratorias, esto se traduce en una mejora de la calidad de vida del paciente, ya no tiene sueño en el día, ya no está esa fatiga, el dolor de cabeza o la irritabilidad”, menciona.
A largo plazo, una apnea del sueño que no es tratada, puede provocar desde una presión alta que no se controla, crecimiento de corazón, infartos, presión alta del pulmón y arritmias hasta embolias cerebrales, tanto por las enfermedades que acompañan como por el mismo trastorno.
El especialista alerta a la población a acudir a una consulta de neumología si tienen algún familiar o amigo que tenga ronquido o se quede dormido fácilmente para realizar una revisión completa.
“Aquí en Centro Médico el equipo de inhaloterapia está muy completo para poder hacer el diagnóstico adecuado y para apoyar al paciente con el tratamiento”, finaliza.
Centro Médico de Especialidades
Consultorio 203
Tel. (656)636-4471


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