Gustavo Elizondo Aguilar, exsecretario estatal de Obras Públicas, reconoció hoy la parte de responsabilidad que le corresponde, en los errores de construcción del BRT-2.
El ex funcionario habló extensamente sobre el tema en mesa de diálogo con periodistas locales, realizada esta mañana en conocido café de la localidad.
Destacó que hubo aspectos del proyecto con los que tuvo desacuerdos de origen que sí planteó, según dijo; pero como la decisión final quedó en manos del exgobernador Javier Corral, lo que hizo como funcionario -dijo- fue disciplinarse y acatar los ordenamientos.
“Haya estado o no de acuerdo… acepté hacer la obra porque también puse en la balanza ¿qué conviene más? ¿que continúe o que me retire?; yo pensé y sigo pensando que fue mejor para Juárez que continuara a que me deslindara, y acepté las instrucciones del gobernador. Así”, dijo.
“¿Acepta entonces su responsabilidad?”, se le cuestionó.
“Sí. Soy parte de la responsabilidad de todo lo que se hizo en la administración de Gobierno (pero) los proyectos los hace Desarrollo Urbano; yo tuve voz para oponerme, pero al final, como lo dije en un principio, la decisión la tomó el gobernador, y punto”, acotó.
Negó que las obras hayan sido mal ejecutadas por Obras Públicas al manifestar que siempre se llevaron a cabo de acuerdo a los proyectos; y si el mal de origen eran los proyectos, la responsabilidad de responder al respecto correspondería también a Desarrollo Urbano.
Al señalar lo anterior no quiso polemizar en cuáles aspectos mostró sus desacuerdos, manifestando que pudiera interpretarse como un intento de su parte para deslindarse.
“No me deslindo de lo que se hizo; habrá algunas obras con las que yo no estuve de acuerdo y otras en las que sí… (pero) yo acepté respetar las instrucciones del gobernador”.
Nuevamente cuestionado acerca de aceptar que se construyera una infraestructura con múltiples errores y observaciones técnicas, defendió la decisión tomada por el exgobernador.
“¿Por qué lo hizo? Porque el transporte, después de la inseguridad, era el problema más grave que percibíamos los juarenses”, acotó.
Y volvió a defender la decisión de construir la infraestructura, calificando de “mugrero” el modelo tradicional de transporte que aún se presta en la ciudad.
“Celebro que se le haya metido mano a tratar de corregir el transporte porque es un mugrero, tenemos el peor transporte en todo el estado; y no se le ha metido la mano realmente a lo que es el servicio a la maquila”, manifestó.
Cuestionado en torno a los excedentes de presupuesto destinados a la construcción de la infraestructura, negó la existencia de los mismos.
“El dinero que se depositó en la pasada administración en Banobras todavía no se agota; y hubo tres partes: Fideicomiso, Estado y Banobras; lo de Banobras a fondo perdido y no se ha agotado para conocimiento de ustedes”, aseveró.
Y enfatizó que las licitaciones de obra se llevaron a cabo en apego a los procedimientos establecidos, negando “presuntos” beneficios económicos indebidos.
“Yo lo que sí quiero dejar bien salvado es la forma en que se llevaron a cabo todos los procesos; porque se dice con mucha naturalidad que estuvieron mal hechos los concursos y que se ganaron mucho dinero todos, y estoy en total desacuerdo”, apuntó.
Negó la existencia de sobreprecios en la construcción de los paraderos al afirmar que los costos presupuestados fueron siempre referentes al total de tramos trabajados.
“El total de aeropuerto a la calle Helio son más o menos 25 kilómetros y cada tramo salió entre 40, 50, 30 millones; Sí, eran 40 millones, pero incluida la obra civil que era más de un kilómetro en cada tramo, no el costo del paradero”, comentó.
Respecto al otorgamiento de obra manifestó que en un 98 por ciento de los casos fue decidido en base licitaciones públicas; estas licitaciones incluyeron la contratación de la empresa BCH Construcciones para la edificación del ahora conocido como “Puente Eterno”.
Defendió la decisión al señalar que al ser otorgada esta obra, el propietario, Gerardo Bonilla, no tenía impedimentos legales para participar. Indicó que hasta ese momento no tenía antecedentes de incumplimientos y sí cumplió sin problemas con la primera fase de la construcción.
“Aquí lo importante es que se hizo el contrato con él, incumplió, y nosotros le dimos los tiempos que la propia ley contempla de ampliación; antes de terminar la administración, nosotros iniciamos el procedimiento de recisión de contrato, uno de los dos que inicié aquí en Juárez, nada más”, externó.
“Si yo no lo hubiera hecho entonces sí la autoridad me hubiera reclamado por daño al patrimonio; ¿qué se hizo en esta administración? Se le volvió a dar contrato que luego se le canceló para dárselo a otra empresa de Chihuahua”, puntualizó.
Destacó que, no obstante, “hoy por hoy (Gerardo Bonilla)” es el mejor constructor de los que participaron con la pasada administración estatal.
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