Aunque auguró una positiva participación de 65 por ciento de la población en las elecciones del 2 de junio, el exconsejero presidente del INE Lorenzo Córdova consideró que es preocupante la creciente intromisión del presidente López Obrador en el proceso electoral
Dijo que se ha construido un blindaje para garantizar que los resultados que arroje el INE sean confiables, pero que también están a considerar las advertencias de fraude que han lanzado el presidente y la misma candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, que en la última semana dijo que el INE no es una institución confiable.
Consideró que el Plan C con el que el presidente busca la mayoría en el Congreso para la aprobación de su paquete de 20 reformas electorales no pasará.
A una semana de que empezaron las campañas electorales en México, se presenta una coyuntura definitoria para el país, por la importancia que adquiere la participación ciudadana en el proceso electoral, y el expresidente consejero del Instituto Nacional Electoral (INE) Lorenzo Córdova estuvo en Juárez para hablar del tema en la conferencia que impartió en la localidad.
La plática versó sobre el estado de cómo llega el sistema electoral, los riesgos que tiene el proceso electoral y lo que se tiene que hacer por parte de la ciudadanía para enfrentarlos, según presentó el exfuncionario electoral.
“Vamos a entrar a la etapa más intensa del proceso electoral. Las campañas son donde los candidatos despliegan todas sus estrategias en pos del voto, y es el espacio donde se abre la confrontación entre los participantes. Antes las candidaturas no podían referirse entre sí. Ahora sí, las campañas son para eso, viene la parte más intensa con debates, el proselitismo y la propaganda a todo, y en ese sentido, esta es la antesala de la jornada electoral”, ubicó.
“Esto se ha dado en un ambiente muy polarizado, y una preocupación es que es un ambiente donde no tenemos una lealtad democrática con las reglas del juego por parte de los actores políticos. Es muy preocupante que la Comisión de Quejas esté otorgando medidas cautelares producto de la intromisión de funcionarios públicos, en primer lugar del presidente de la república en las elecciones”, declaró Córdova.
Dijo que es una paradoja el hecho de que López Obrador, quien fue uno de los impulsores como oposición de las reglas para evitar que los gobiernos y los funcionarios interfieran y que se garantice una cancha pareja en las elecciones, sea precisamente hoy parte del problema.
Consideró que esa situación va a llevar al límite las capacidades del INE y del Tribunal Electoral para propiciar el arbitraje en los comicios y otro problema sería la seguridad en las elecciones, que dijo es responsabilidad del estado proporcionar para que el proceso electoral transcurra en paz.
Si las cosas se tensan demasiado, de ahí seguirá el cómo lograr que después de la votación se reconstruyan los canales, los puentes de diálogo con los que se enfrenten los problemas que queden pendientes, indicó.
Dijo que en los últimos 20 años la participación electoral en las elecciones federales ha tenido una tendencia a la alza, por lo que es responsabilidad de las autoridades electorales, los partidos y la sociedad civil el generar un contexto en el que el mayor número de ciudadanos participen y decidan.
“La ciudadanía no va a salir, en efecto. Hay mucho desencanto, mucho descontento y preocupación por los problemas que están viviendo. No va a salir en automático. Hay que propiciarlo,”, consideró.
“Vamos a la primera elección con un elemento comunicacional tan potente y tan disruptivo como la mañanera. Si el presidente no se contiene, a ver si al final del día no terminan prohibiendo su transmisión o su realización, porque es un espacio donde no pueden hacer proselitismo político a favor o en contra de ningún partido. El presidente tiene vedado referirse a las elecciones, a las candidaturas y a las propuestas. Lo tiene por la constitución, pero de ahí a que lo haga es otra cosa”, declaró Córdova.
En ese sentido dijo que la ciudadanía es madura y como prueba mencionó están las manifestaciones masivas para defender la democracia y sus instituciones.
El panorama apunta a que en estas elecciones se dé una participación de 65%
“Si seguimos la tendencia de las elecciones presidenciales del 2006 a la fecha… tendríamos una participación de 64, 65 por ciento. Tuvimos un 62.6 por ciento en el 2018. Si esa tendencia se mantiene, llegaríamos casi al 65 por ciento, un índice de participación muy positivo. Ojalá que podamos alcanzar esos índices paradigmáticos del 79 por ciento de la ciudadanía que votó en 1994”, destacó.
“Creo que tenemos un sistema electoral lo suficientemente fuerte para arrojar la noche de la elección resultados electorales preliminares confiables. Hemos construido un blindaje para que los resultados sean confiables, pero la aceptación de la derrota sigue siendo un elemento frecuente, desgraciadamente, y me preocupa que haya habido dos personas relevantes hablando de fraude, que son el presidente y desafortunadamente la misma candidata de Morena, quien ayer señaló que el INE no era una institución confiable para arbitrear las elecciones”, dijo.
Comentó que sin embargo y de acuerdo a las últimas estadísticas la población mantiene un alto nivel de confianza en el INE que ronda el 80 por ciento.
Plan C no pasará
Consideró que el Plan C del presidente que busca que la ciudadanía apoye a través de las urnas su paquete de 20 reformas electorales que incluyen la desaparición del INE o que puestos como magistrados sean electos por votación ciudadana, no tiene posibilidades de concretarse.
“No creo, como algunos plantean, que nos estemos jugando en las elecciones un disyuntiva entre dictadura y democracia, porque el Plan C difícilmente va a prosperar porque no se va a tener una mayoría calificada, pero en esas 20 propuestas están puntos como la pensión para adultos mayores que vale la pena analizar y discutir”, planteó.
Dijo que entre las propuestas están otras que ponen en riesgo la democracia, como desaparecer el INE o minimizar su potencial, así como los representantes del poder judical, magistrados y ministros que serían electos y no designados.
“Propone la creación de un órgano de justicia a los propios jueces, un tribunal de justicia interno cuyos miembros serían electos popularmente, entonces todos aquellos jueces que tomen decisiones contrarias al poder o a la mayoría del momento serían sin duda sancionados, es decir, es gravísimo porque se está planteando un poder judicial típico de un sistema autoritario”, consideró.
Otros elementos que consideró negativos de esas propuestas fue lo referente a la representatividad política, la desaparición de las diputaciones y senadurías de repersentación proporcional pero también de los senadores de la primera minoría.
“Son un grupo de reformas que romperían todos los esquemas de pesos, controles y contrapesos que establece nuestro sistema constitucional al desaparecer los órganos autónomos y que todas esas funciones volvieran a ser asumidas por el gobierno, es decir, lo que está planteando es una regresión autoritaria, para decirlo sin medias tintas”, estableció.
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