Las relaciones tóxicas son capaces de generar severos daños a la salud física y emocional de las personas, que de no atenderse pueden derivar en crímenes pasionales o suicidios en el peor de los casos, advierte Jesús de Nazareth González, psicólogo clínico.
Este tipo de relaciones tienen que ver con la incapacidad de las personas de no hacerse daño, porque generalmente hay uno que quiere tener control y poder sobre el otro (s).
No se trata únicamente de relaciones de pareja (aunque son las más comunes), también se dan en las relaciones entre amigos, laborales y familiares.
Son tan fuertes que de no identificarse y atenderse trastocan todos los ámbitos de la vida de una persona: la biológica, psicológica, emocional, espiritual, social, entre otras, sentencia el especialista.
“Parcialmente hablando, una relación tóxica de pareja, es aquella en donde te aferras, te apegas, no permites que el otro tenga libertad, pero tampoco te permites tener libertad”, dice.
Cuando esto ocurre la persona pierde la dignidad, su calidad de ser humano “al grado de que permite que el otro o los otros hagan lo que les plazca con sus emociones”, señala.
En esa permisividad empieza la toxicidad, permeando bajo diversas formas: violencia física, psicológica, emocional, económica, sexual …, dice el también miembro del Instituto Hispanoamericano de Suicidología.
En una relación tóxica la afectación directa es para las personas que están envueltos en ella, aunque indirectamente es a nivel social, advierte.
Jesús de Nazareth asegura que en algún momento de nuestras vidas todos somos tóxicos o permitimos la toxicidad, lo importante es identificarlas y emprender acciones para contrarrestarlas.
En Juárez la violencia en pareja se oculta
En Ciudad Juárez pareciera que el problema de la violencia en pareja no existe, es como si no pasara, la realidad es que se oculta y al no hablar sobre esta problemática se adquiere la corresponsabilidad de que está se siga exacerbando.
En las relaciones con los demás consideramos que estamos bien pese a que exista “poco” maltrato, porque pensamos que eso es normal.
“A veces la afección al displacer es de forma muy sutil, puedes pensar que estás bien en una relación y la verdad es que inconscientemente hace todo tu mente para engañarte, pero no lo estás”, explica González Reyes.
Insiste en que hay una línea muy delgada para entrar a una relación tóxica y eso se debe a que en culturas como la mexicana, la violencia en la pareja está normalizada.
“Cuando una pareja te hace hacer algo que no es adecuado, tu lo dejas pasar y pareciera que socialmente permites abuso, malas palabras, malos tratos que no te permitan ser libre y continuar con tu crecimiento personal, incluso cosas tan sutiles como necesito tener tus contraseñas del celular de las redes sociales .. porque te amo, me preocupas”, señala.
El especialista sentencia que eso no es amor. “El amor no tiene que ver con querer invadir tu privacidad… el amor tiene que ver primero con me amo para establecer un límite como pareja y saber que tú tienes una línea que no debe traspasarse para que podamos tener una unicidad”.
Una relación se vuele tóxica cuando me impide funcionar de forma correcta en el cotidiano de mi vida, ejemplo. Cuando estar con una persona se vuelve una necesidad y no un quiero estar con ella , cuando se cree que la vida no tiene sentido si no se está con alguien más, dice.
Hay gran peligro cuando la persona agarra sus emociones y en lugar de guardárselas se las entrega al otro y le dice has con ellas lo que quieras, eso es riesgosos porque en ese momento se está quedando sin nada, agrega.
Insiste en que el amor propio es lo primordial para poder entablar una relación de pareja sana y óptima.
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