Comerciantes y prestadores de servicios reportaron que se dispararon los robos y daños causados a los establecimientos, desde hace dos meses, tras el inicio de la construcción del puente Vicente Guerrero.
Los negocios vandalizados se encuentran a lo largo de 200 metros lineales, en la acera sur de la Vicente, entre las avenidas Francisco Villa y Benito Juárez, donde la constructora levantó paredes de madera de dos metros de altura, que impiden la visibilidad.
Los afectados señalan que entre las cinco y seis de la tarde, la zona se convierte en una “cueva de lobos”, ya que a esa hora la mayoría de los establecimientos cierran sus puertas y el personal sale a toda prisa, sobre todo si son mujeres, para no exponerse a los delincuentes cuando ya no hay ni un “alma” caminando por el corredor.
La Policía no está cuando más se necesita de sus servicios y ante la ausencia de oficiales de Seguridad Vial, los choferes de los camiones de transporte y automovilistas circulan en sentido contrario y riñen en las esquinas para abrirse paso, denuncian.
Sienten que las autoridades los abandonaron, pero con sus propios recursos, cada quién adoptó estrategias de seguridad para no ser blanco fácil de la delincuencia. Molestos e incluso desesperanzados, revelaron a Norte Digital.
Roban comercios, quiebran vidrios y se llevan compresores de la refrigeración
Norte Digital, a través de entrevistas con locatarios, entre los que encuentran propietarios y gerentes, identificó que los robos y daños causados ascienden a decenas de miles de pesos, tan solo en dos establecimientos localizados en el perímetro más cercano a las obras.
Los afectados mostraron los videos que entregaron a las autoridades, como respaldo de las denuncias que presentaron, pero pidieron que no se publicaran sus nombres ni el de las empresas para no afectar el debido proceso judicial y para evitar represalias.
Una tienda de conveniencia, reportó que durante la última semana de noviembre, un sujeto ingreso por la ventanilla de servicio a las cinco de la madrugada. Con la luz interior, se aprecia con claridad que se desliza en cuclillas, toma puños de cigarros y celulares y sale por donde entró.
El personal señaló que antes de las obras, los agentes de Seguridad Pública Municipal, entraban a la tienda hasta tres veces por semana y hubo un tiempo que les firmaban comprobantes de su presencia.
Los entrevistados coincidieron en que ahora la ausencia de los oficiales es muy notoria durante cualquier hora del día, además de que no hay alumbrado público.
Hasta hace dos meses, todavía pasaban en cuatrimotos y las patrullas circulaban por enfrente de los negocios, pero ahora con el cierre de la vialidad ni los agentes pedestres se paran en la oscura zona, tanto de día, como de noche.
Más robos, más daños
Con la iluminación del aparador del negocio del lado y los remotos ruidos de los trabajos de construcción de la Torre Centinela Chihuahua que se levanta como una promesa a unas cuadras del lugar, la trabajadora de una farmacia, en una carrera contra la oscuridad, sale apresurada puntualmente a las seis de la tarde. Una hora ante del cierre habitual.
Como cada día, desde hace dos meses, terminó el cierre de la contabilidad y al día siguiente se dio cuenta que le habían robado la bocina con la que desde el exterior promociona los productos que vende.
En la misma cuadra, una tienda perteneciente a una cadena de venta de artículos de uso personal y adornos para el hogar, hace diez días, un sujeto quebró un vidrio y desde el exterior tomó la mercancía que tenía a su alcance.
El sistema de seguridad del negocio permitió la reacción expedita de la Policía, de tal manera que gracias a que el delincuente regresó a tomar más cosas, fue detenido en el lugar.
En este mismo negocio que opera en la esquina de la calle Ahumada, durante el periodo de construcción del puente, el video de la tienda captó cuando con sujeto lanzó un pedazo de concreto contra la puerta de vidrio y fue tan fuerte el golpe y tan grande el objeto que hasta la abrió.
La alarma sonó y se alejó, pero en este hurto no hubo ninguna consecuencia para el ladrón que debió sentirse “seguro” por los factores que favorecían la criminalidad a su alrededor, dicen los afectados.
La reposición de los vidrios exigió a la empresa una inversión considerable debido a las dimensiones y sus características.
Más robos, menos ventas y cierres
En el consultorio de un profesionista, ubicado en la calle Corregidora, los delincuentes usaron una escalera para subir al techo y se llevaron dos sistemas de refrigeración de tres y media toneladas.
El afectado reportó daños causados por 55 mil pesos. También mencionó que desembolsó una cantidad considerable para proteger el negocio con un sistema de seguridad integral.
Además de las estrategias de autoprotección que los empresarios de la zona han adoptado para no ser una presa fácil de la delincuencia, las ventas y demandas de sus servicios cayeron hasta un 50 por ciento.
Otros, como un antiguo hotel, locales comerciales y un expendio de servicios y componentes de telefonía celular, cerraron sus puertas y los espacios se ofertan en renta.
La ausencia de los agentes de Seguridad Vial en la zona, también es percibida por los comerciantes del sector.
Manifestaron que este vacío aviva aún más al caos en las calles que se articulan con la Vicente Guerrero.
Uno de ellos, manifestó su desesperación por la insensibilidad mostrada por los funcionarios del Municipio y la Federación que no se ponen de acuerdo para continuar o cancelar el proyecto.
“No les interesamos”, manifestó amargamente uno de los prestadores de servicios afectados con la obra, mientras que al píe de la escultura ecuestre de Vicente Guerrero, al mismo tiempo algunos otros comerciantes y activistas hablaban sobre la posibilidad de que el Gobierno cambie o reubique el proyecto.
Mientras, el caos y la incertidumbre se apoderan de la zona donde los comerciantes entrevistados aseguran que el proyecto solo ha traído más delincuencia a la zona, sin que las autoridades se inmuten por las afectaciones patrimoniales, sociales y económicos que ya están causando a la ciudad mucho antes de su materialización, además de que ni siquiera saben cuándo y cómo va a terminar lo que ellos consideran ya es una pesadilla.
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