A propósito de la estrategia federal Unidos por Juárez implementada en el municipio para reducir los homicidios, el narcomenudeo, tráfico de personas y adicciones, el especialista en temas de seguridad Alberto Capella, mencionó que no son acciones novedosas.
Dijo que regiones o ciudades o estados clave como Juárez y Tijuana, entre otras, como Matamoros, Tamaulipas; Guanajuato; Jalisco; Coahuila y Nuevo León, han tenido una atención importante del gobierno federal en rubros como los referidos.
Señaló que lo que habría que analizar es cuáles son las acciones en concreto y los compromisos hechos a partir del 18 de julio pasado en Ciudad Juárez.
“Porque el hecho de llegar y decir vamos a hacer, generalmente trae un toque más de espectacularidad mediática para aminorar las exigencias tanto sociales como de medios de comunicación o de actores religiosos, por las realidades de violencia que se viven en muchas regiones de México.
Indicó que las estrategias que han funcionado en el país traen varias características, una de las cuales es la capacidad de interacción con la autoridad local, donde no crean que solamente con los elementos federales recién llegados puedan cumplir con su trabajo, “mandando por un tubo a las autoridades locales”.
Indicó que acciones verticales de ese tipo ocasionarían grave perjuicio para el cumplimiento de objetivos.
“Eso de entrada está condenado al fracaso. Todas esas acciones que se generaron desde la época de (Felipe) Calderón, cuando no había el acompañamiento local terminaron en fracaso”, agregó.
Afirmó que las que trajeron acompañamiento institucional local de los municipios y de los Gobiernos estatales en turno, “tuvieron éxito o por lo menos resultados importantes temporales que después terminaron descomponiéndose, como fue el caso de Juárez precisamente”.
Capella anotó que si es únicamente una visión unilateral es muy difícil que pueda funcionar la estrategia por más información y esquemas de inteligencia y de investigación que se traigan.
Llamarada de petate
Explicó que debe partirse de un diagnóstico y en la estrategia debe determinarse cuánto tiempo necesitan para cumplir los objetivos “porque en el circo social y en el tema mediático, como hay noticias todos los días, ese tipo de compromisos se van perdiendo” o diluyendo.
Dijo que el riesgo es que la estrategia Unidos por Juárez u otra, termine en una decisión burocrática o “llamarada de petate con un impacto temporal que no resuelve ni de forma ni de fondo la problemática que en este caso están viviendo los juarenses”.
Señaló que si el Gobierno federal salió acompañado de los otros niveles de Gobierno hay esperanza de que se cumpla, porque de otra manera sería un tema político, con una reacción institucional de la administración federal, o que se haya “creado un laboratorio para medir fuerzas cuando realmente esta máquina requiere todos los engranes (municipales, estatales y federales) para que pueda tener éxito”.
El experto en seguridad dijo que de acuerdo al análisis de las diversas estrategias implementadas en regiones del país, muchas veces “terminan siendo defensas de carácter institucional por las críticas de la realidad que se está viviendo”.
Por otra parte, el representante de la empresa AC Consultores consideró que hay que darle un tiempo a la estrategia Unidos por Juárez para que rinda resultados, porque uno o dos meses aún es poco tiempo.
Necesarios tres meses para ver resultados
Especificó que “tres meses ya es un tiempo prudente para poder establecer si lo que se está haciendo está funcionando. Si en tres meses no hay nada, terminó siendo una estrategia de espectacularidad mediática sin impacto real en las calles y sin nadie que se responsabilice”.
Dijo que en ese caso se concluiría que Unidos por Juárez fue una “llamarada de petate” surgida de una conferencia mañanera en “un encabronamiento por algún incidente criminal que seguramente se dio y que generó esa reacción, pero sin ningún resultado”.
Dio como ejemplo que en la ciudad de Tijuana el Gobierno federal ha enviado siete veces contingentes militares para reducir el tema de homicidios desde febrero del 2022 y no solamente no ha bajado, sino que ha crecido.
Mencionó que Tijuana y Juárez son ciudades muy similares, por ser fronterizas con Estados Unidos y con problemáticas parecidas, como lo es la migratoria, social y económica, así como de corte criminal.
Ahora coincidirían con el mismo tipo de estrategias donde el Ejército y la Guardia Nacional son enviados al combate de los homicidios.
Al menos en Tijuana, según dijo, “llega el tema de espectacularidad, siete veces con contingentes militares y la Guardia Nacional” y no han servido para nada.
Sostuvo que de acuerdo a información obtenida por AC Consultores, de los 148 homicidios que hubo el mes pasado en Tijuana en 124 hechos delictivos, únicamente hay detenciones de dos de los casos.
Alberto Capella, fue secretario de Seguridad Pública de Tijuana, Morelos y Quintana Roo; es fundador de AC Consultores, una empresa de seguridad especializada en inteligencia táctica y operativa. El tijuanense saltó a la fama gracias a su dura postura contra el narcotráfico en México.
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