Henry R. acudió de nueva cuenta a la sala 20 de la Ciudad Judicial. Pasaron casi 6 meses de que lo vincularan a proceso por los delitos de daños, lesiones y homicidio imprudencial en contra de 3 menores de edad, derivado de un aparatoso accidente automovilístico que sucedió el 26 de junio de 2024, en el cruce de la Heroico Colegio Militar y Bernardo Norzagaray.
A diferencia de la vez pasada, ahora la sala está desierta. Hay dos acompañantes de la defensa y una mujer que es familiar de las víctimas, que va guardando detalles de la audiencia en una pequeña libreta.
Los detalles de la acusación en contra de Henry R., tuvieron que ser revaluados por el juez de Control debido a una cuestión administrativa; por culpa de un oficio que no se mandó al Consulado General de Estados Unidos, avisando sobre la situación legal del imputado, que es de origen estadounidense.
Sin este documento, se tuvo que reponer el proceso legal en el que volvió a quedar establecida la probable responsabilidad de Henry R., en los delitos de Daños, Lesiones y Homicidio, en calidad de imprudencial, debido a que los exámenes médicos hechos al conductor, posteriormente de los hechos que provocaron una tragedia múltiple, arrojaron que este manejaba su vehículo bajo los influjos de mariguana y cocaína.
Al contrario de lo que planteó el representante del Ministerio Público y el asesor legal de las víctimas, quienes pidieron que se vinculara bajo el título de “dolo”, no pudieron demostrar que el conductor haya cometido los delitos de manera intencional y planeada.
Aunque argumentaron que, por el simple hecho de manejar bajo los efectos de las drogas, ya debía ser considerado como un acto intencional y que puso en peligro la vida de las demás personas, el juez desechó esta postura, debido a que el conductor también puso en riesgo su vida al hacer dicha acción.
Y es que, en este nuevo proceso penal en su contra, Henry aprovechó su derecho y se puso en el estrado para rendir su declaración. Ahora su perfil luce mejor, se ve más sano, con el pelo más largo y utiliza anteojos. Sin embargo, en su ceño fruncido se notan los estragos de la tristeza acumulada.
Al estar en esa posición, el juez le advirtió que lo que diga será usado tanto a su favor, como en su contra. Además, le cuestionó si iba a exponerse a las preguntas del Ministerio Público y la parte ofendida, tomando en cuenta que le podrían traer responsabilidad penal en su contra.
Asintió con la cabeza, consciente del riesgo que conlleva, pero hay algo dentro de sí que lo mueve a declarar ante las autoridades judiciales. Antes de empezar, da un fuerte suspiro y con una voz muy tenue, comenzó:
“La verdad, señor juez, no tenga palabras, me parte el alma tocar el tema, no tengo las palabras adecuadas, siento un arrepentimiento que toda la vida me lo voy a llevar, lo siento mucho”, comentó con la voz quebrándose y las lágrimas que caían por su rostro.
Su abogada empezó un breve interrogatorio, le preguntó sobre si había planeado los hechos, lo que molesta a Henry, debido a que anteriormente le había expresado lo que sentía y que para él era un tema difícil de comentar.
Pero le aclara que es necesario que lo escuchen tanto el Ministerio Público como el Juez, por lo que mira al cielo, vuelve a dar un fuerte suspiro y señaló:
“No lo quise hacer, es todo lo que puedo decir”.
Henry prosiguió contando su versión de los hechos, aseguró que manejaba por la Colegio Militar, dos semáforos antes de llegar al cruce con la Bernardo Norzagaray, dijo que vio una camioneta Silverado blanca, en la que viajaban dos personas.
Vio como el copiloto de dicha camioneta se colocaba una capucha que le cubrió la cara y como hacía una seña enseñando un arma de fuego, lo que provocó que Henry acelerara asustado.
Acerca de un primer choque que provocó, a una camioneta Astro mientras manejaba a exceso de velocidad por la Heroico Colegio Militar, señaló que no recuerda haberse impactado, que no se dio cuenta.
Únicamente se percató del segundo choque, cuando intentaba cambiarse de carril y terminó por impactarse contra un Honda Accord de color gris, donde viajaban las 3 adolescentes que fueron víctimas mortales del incidentes y una mujer y otra adolescente que resultaron con lesiones de gravedad.
Henry indicó que después de que chocó, vio estacionarse a los hombres que manejaban la camioneta Silverado de color blanca y que posteriormente, llegó la Policía Municipal a arrestarlo.
Resaltó que es consciente que su historia parece poco creíble, pero aclaró que es su versión de los hechos, “la mera verdad”.
En reiteradas ocasiones, recalcó que se siente profundamente arrepentido por lo que sucedió, que es consciente de lo que causó y que pide perdón por el daño causado a las familias de las víctimas.
Sin embargo, para quien es familiar de las víctimas y se encuentra entre el público, son palabras huecas. Ante cada respuesta, pronuncia con voz media y alta “no es cierto” y niega todo con la cabeza.
Incluso, provoca una ligera llamada de atención por parte de uno de los custodios que resguardan el orden en la sala. Al igual que la Fiscalía General del Estado, se notaba a favor porque se le impusiera la vinculación a proceso por los delitos más graves, pero sale con cierta satisfacción al saber que, por lo menos, ya está vinculado de nueva cuenta y que no saldrá de la cárcel.
El asesor jurídico declaró que también están en proceso de presentar una demanda civil, para que el ciudadano americano responda por los daños provocados a la familia.
Por ahora, tendrán que esperar 6 meses, plazo dictado por el juez para la investigación complementaria, al 26 de junio de 2025, fecha en que se cumple un año de los trágicos acontecimientos, para que empiece formalmente el juicio contra el ciudadano americano.
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