En el fraccionamiento Vilago, las calles eran silenciosas y las miradas discretas. Allí vivía Ulises Nache Trujillo, alias Delta 1, El Principal o Lucio, señalado por autoridades mexicanas y estadounidenses como uno de los principales operadores de La Línea, brazo armado del Cártel de Juárez.
Vecinos lo describen como reservado y, en ocasiones, cordial. Sus únicas extravagancias visibles eran los vehículos de lujo y un mono como mascota, al que paseaba por el parque privado del residencial donde vivía.

Nació y creció en la colonia Gregorio M. Solís, escenario que meses antes de su muerte volvió a estar en la mira: en junio de 2025, autoridades federales catearon varias viviendas en la calle Estaño, como parte de investigaciones por delitos contra migrantes y posibles nexos con el crimen organizado. Entre esas casas estaba la misma zona donde Nache dio sus primeros pasos.
La narrativa popular —plasmada en el corrido Comandante Delta de Adalid López— lo retrata como un joven que comenzó vendiendo cerveza clandestina, un oficio que, según la leyenda, lo curtió para ascender en el mundo criminal. Para 2012, ya comandaba un “equipón siniestro” y se había ganado peso en la organización. Ese mismo año, la Fiscalía Especializada de la Mujer lo imputó por violencia familiar.
Su historial incluye remisiones a la cárcel local por riña, denuncias como víctima de abuso de autoridad y robo, un accidente vial y cargos por violencia familiar. Pese a ello, obtuvo sin dificultad, en repetidas ocasiones, cartas de no antecedentes penales.
El operador del narcotúnel

En enero de 2025, el Ministerio Público Federal lo incluyó en una carpeta de investigación por un narcotúnel descubierto el día 10 de ese mes, que conectaba Ciudad Juárez con El Paso, Texas.
Las autoridades lo señalaban como operador y cobrador por el uso del pasadizo, clave para el tráfico de drogas y migrantes. Sin embargo, nunca se giró orden de aprehensión en su contra. Ese túnel fue considerado uno de los golpes más duros a la logística del Cártel de Juárez en la última década y desató una investigación binacional.
En los narcocorridos, su vínculo era explícito: “Hasta la X… controlo el tráfico de personas por el ‘narcotúnel’ ”.
Su muerte dejó inconclusa la pista sobre otros implicados en la administración del túnel, información que podría haber alcanzado a niveles políticos y operativos aún no revelados.
Aunque La Línea fue sancionada por el Departamento del Tesoro de EU en octubre de 2024 por tráfico de fentanilo y personas, el nombre de Nache no figuraba en las listas públicas de “más buscados”. En la práctica, México lo tenía como objetivo prioritario, con al menos tres carpetas de investigación abiertas.
En vida cultivó un perfil discreto, capaz de pasar inadvertido incluso en un entorno tan vigilado como Vilago. Su autoridad dentro de la estructura criminal se basaba en disciplina y lealtad, algo que también proyectaban corridos como Delta 1 de Kevin Alfredo, donde se le presenta como alguien que “no huye” y “trae con queso”.
Entre el mito y la investigación inconclusa
La noche del 11 de agosto de 2025, Nache fue asesinado de tres balazos en la cabeza, dentro de un Oxxo en el fraccionamiento Jardines de Aragón. Junto a él murieron dos policías municipales que actuaban como escoltas sin autorización oficial. El ataque cerró para siempre la posibilidad de que hablara ante una Corte o un Ministerio Público.
Hasta hoy, no se ha identificado públicamente quién ordenó el asesinato. Lo cierto es que, con él, se fueron secretos sobre rutas, complicidades y estructuras que sostuvieron el narcotráfico en la frontera.
Su figura, estuvo ausente de los blogs y portales de nota roja pero viva en la música popular.
Fue un hombre que podía pasear a su mono exótico mientras, bajo tierra, operaba el pasadizo que lo hizo poderoso.
Murió sin rendir cuentas. En esta frontera, su historia seguirá circulando en voz de corridistas y en expedientes judiciales que tal vez nunca se cierren.
El capo del túnel y su mono: la vida oculta de El Principal
Ulises Nache Trujillo, presunto operador de un túnel clandestino entre Juárez y El Paso, vivía en un fraccionamiento exclusivo, rodeado de lujos y con un mono como mascota
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