A siete meses del arranque del proyecto de renovación para el transporte colectivo urbano en Ciudad Juárez, el logro más tangible es el aumento de la tarifa de 8 a 12 pesos en el servicio tradicional y a 10 en el sistema BRT, que todavía funciona de forma limitada y que subirá a 12 pesos cuando lleguen las unidades nuevas que están en planes de compra.
“Pues sí le subieron, pero los camiones no mejoran, se siguen tardando y dan muy mal servicio”, comenta a Norte Digital Raúl Montes, un ciudadano que acudió a las oficinas del Gobierno estatal ubicadas en el eje vial Juan Gabriel a realizar un trámite.
Para regresar a su vivienda, ubicada en el surponiente de la ciudad, estaba en espera de alguna unidad que lo acercara lo más posible; a veces, dice, ha esperado hasta una hora y media a que pase alguna.
“Ni siquiera me deja cerca, tengo que caminar todavía o agarrar otra ruta si hay, pero es difícil”, comenta.
Al cuestionar al director de Transporte Público en la Zona Norte, Alberto Martínez Baylón, acerca del avance que lleva el proceso que arrancó el pasado 6 de abril, responde con la seriedad que le caracteriza: “el punto en el que nos encontramos es en un proyecto de rescate en todos los sentidos”.
Afirma que el sistema “está colapsado totalmente” porque la demanda bajó; a través de un conteo del aforo que se realizó en semanas recientes se estableció que solo el 7 por ciento de los 3 millones de viajes que se hacen al día en Ciudad Juárez son en una unidad de transporte colectivo urbano. Esto representa 210 mil traslados.
Hace 10 años, agrega, el índice de viajes hechos en unidades del servicio de transporte era del 20 por ciento en esta frontera, que representa 600 mil movimientos.
“Todos los días estamos revisando la primera vuelta de todas las rutas y está colapsado, sí hubo efecto en pandemia, cuando la gente adquirió vehículos particulares para movilizarse por obvias razones, porque no querían subirse a los camiones a contagiarse y han permanecido con esa modalidad”, menciona.
Añade que existen ciudades que andan en el 35 por ciento de aforo en el uso de transporte público colectivo, como Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México.
En Ciudad Juárez se ha ido recuperando el pasaje paulatinamente, se hacen aforos en puntos específicos y, como las encuestas de salida en una elección, se está muestreando para tener una estimación proporcional a lo que es la realidad.
Lo que se hace, agrega, es determinar el modelo que se requiere en este momento para evaluar la demanda y hacerle la camisa a la medida para 2024 y realizar una proyección futura.
“Nosotros creemos que con buena calidad de servicio vamos a recuperar al usuario que ya perdimos; cuando empiece a observar que es más económico transitar en un buen servicio que pudiera ser más rápido con carriles preferentes sobre el tránsito vehicular, va a decir que puede irse por ahí”, asegura.
Al recuperar la demanda, dice, se requerirá de una flota más grande de camiones.
Aunque el anuncio del aumento de la tarifa condicionada al mejoramiento del servicio se hizo hace siete meses por el secretario general de Gobierno, Santiago de la Peña Grajeda, las mesas técnicas del Consejo de Transporte fueron instauradas hace apenas dos meses.
Martínez Baylón ocupa su actual cargo desde el pasado 19 de julio, 11 meses después que el anterior titular, Ricardo Tuda Vargas, renunció a ese puesto, lapso durante el cual la dependencia estuvo sin director.
“Tenemos dos meses que instauramos las mesas técnicas del Consejo de Transporte, que no se habían efectuado; casi todas las tardes las sesiones son con concesionarios, les informamos que parte del rescate es que Gobierno del Estado va a dar el servicio en la troncal 1, con la flota que el secretario general de Gobierno, Santiago de la Peña Grajeda, se comprometió a adquirir”, menciona el actual director.
Habrá camiones nuevos, pero a cuentagotas
La condición para aumentar las tarifas del servicio de transporte, argumentó en su momento el secretario general de Gobierno, fue que los transportistas renovaran sus unidades para cumplir con el año-modelo establecido en la ley; es decir, que no tengan una antigüedad mayor a 10 años de la fecha en curso.
Hasta ahora, esa acción ha sido limitada.
“Estamos ya en proceso de licitación, a punto de sacarla, hay una previsión económica con una cantidad importante para adquirir una flota, son 500 millones de pesos, falta licitación para conocer la cifra de inversión”, informa Martínez Baylón.
Serán 55 unidades para dar servicio a la troncal 1 y probablemente 20 para la troncal 2, donde hay un concesionario que tuvo oportunidad de concursar, obtuvo un fallo a favor y se le otorgó concesión única.
Se trata de la empresa Lazos 5 Puntos, que ha sido muy activa en los procesos de promover el sistema integrado de transporte, dice.
“Para el día que llegue la flota, probablemente en enero, debemos tener ya muchas rutas integradas, ya tenemos propuestas en firme de varias empresas con cantidad de flota importante, estamos cerrando números”, cuenta.
Da a conocer que, por parte de concesionarios, en el corto plazo se pudiera contar con 246 unidades nuevas y 152 en año-modelo, al menos modelos 2018 y 2019, lo que representan un avance importante.
Se suman otros 84 vehículos que los empresarios ya compraron modelo 2014, aunque les queda un año de vigencia están en buen estado físico-mecánico, además de otras 40 en año-modelo que entrarán a dar el servicio.
Así, serán 522 las que van a trabajar con eficiencia el sistema de transporte colectivo, afirma.
En enero próximo, añade, podría estar llegando la primera emisión de buses nuevos a Ciudad Juárez para el BRT, 20 durante ese mes, luego 20 en febrero y continuar así de forma paulatina.
Informa que para el servicio convencional hay 84 camiones por entrar en servicio, personal de Transporte Público ya hizo la revisión físico-mecánica; el reporte que tiene es que 120 unidades en año-modelo ya están en servicio y que sustituyeron vehículos que datan del 2000 al 2004.
“Tenemos que hacer un esfuerzo muy importante para apoyar al concesionario que traiga una unidad en buen estado, pero que está fuera del año-modelo, y empezar a promover y ayudarle a renovar su flota”, menciona.
Quizá, continúa, ese camión fuera de edad se puede reubicar en una zona donde se requieran rutas de última milla o integradas a las zonas troncales, que son recorridos cortos, que están a vuelta y vuelta, integrando pasaje a los corredores y, en este caso, promoviendo el apoyo a los concesionarios para que se integren tarifaria y operativamente al sistema.
Aunque sean unidades viejas, tendrán que poner un validador a bordo del vehículo, barras contadoras y dispositivos de control de flota para que las personas que van a transitar por cualquiera de los corredores troncales paguen una tarifa menor a la que podría pagar si, por ejemplo, tomara tres camiones, dice.
Podrían utilizarse en las zonas periurbanas, donde está la gente que requiere más del servicio para tomar un camión que se integre a los troncales.
Usar camiones fuera del año-modelo, aclara, se condicionaría a unidades 2014 o 2013.
Al mencionarle que esta práctica podría darle continuidad a la tolerancia que se ha mostrado para que se preste el servicio con unidades fuera de la ley, el director de Transporte responde con un cuestionamiento: “¿qué pasaría si ahorita saco todos los camiones que están fuera del año-modelo si no tengo flota? Imagínese, la intención es renovar toda la flota, pero estamos rescatando un sistema que se colapsó”.
Para mejorarlo, detalla, los camiones deben estar necesariamente vinculados al régimen de recaudo, porque mientras no se le quite el dinero en efectivo al chofer nunca se va a mejorar el urbano colectivo en esta ciudad.
“Me parece fundamental que nos fijemos eso como una meta, ahorita es la renta, de la renta, de la renta; una persona tiene la concesión y la renta, otro tiene el camión y lo renta, y luego el chofer paga una renta para que le den un horario… finalmente el chofer es el socio mayoritario y por eso no se puede renovar el camión”, explica.
El objetivo, especifica, es que el pago del servicio sea con tarjeta de prepago porque se le quita el efecto de que los operadores se anden “encajonando” unos con otros, que se peleen el pasaje, que anden a exceso de velocidad, que golpeen las unidades y que se líen a golpes porque quieren ganancia.
Es primordial que los choferes se dediquen solo a conducir, con un horario e itinerario para que mejore en el servicio de transporte; si se sigue haciendo lo que hasta ahora se hace, es obvio que se continuará en las mismas condiciones.
Para evitarlo, añade, se debe utilizar la tecnología para medir el servicio y pagar lo devengado.
Cancelar concesiones, un tema complejo
Otra de las promeses que dio a conocer De la Peña Grajeda aquel 6 de abril fue que se cancelarían las concesiones que no estuvieran prestando el servicio y aquellas que están trabajando, pero que se rehusaran a renovar su flota.
El mismo funcionario dio a conocer, el pasado 13 de julio, que en Ciudad Juárez había 891 concesiones vigentes, de las cuales 412 estaban funcionando (el 46 por ciento) y de las cuales 73 cumplían con el año-modelo establecido, mientras que 479 permanecían sin operar.
Martínez Baylón informa que se comenzó a notificar el proyecto de cancelación de 234 concesiones por parte de la Secretaría General de Gobierno, son de las que ya no prestaban el servicio.
Algunos concesionarios, dice, se han acercado para solicitar la cancelación y la baja del camión sin ningún procedimiento adicional porque económicamente están quebrados por efecto de la pandemia que, en el sistema del urbano colectivo, pegó muy duro.
“Estamos en el 30 por ciento de la flota que circulaba hace 10 o 15 años, 453 buses en promedio salen cada día… pero muchas rutas no están prestando el servicio, ya no hay quien quiera porque no hay demanda, ningún empresario peleado con su dinero, pero no puede traer una unidad vacía”, argumenta.
Menciona que las personas de los sectores socioeconómicos que tienen capacidad de comprar un vehículo, que son los de medio y medio bajo, lo hicieron y dejaron de utilizar el transporte urbano.
“En este rescate del sistema de transporte, la pretensión es recuperar a ese nivel socioeconómico, que ahora se mueve en un vehículo de 2 mil o 3 mil dólares y que gasta mucho más dinero que el que pudiera erogar con un buen sistema de transporte”, señala.
Sin embargo, agrega, recuperar el sistema es trabajo de toda la sociedad, no solo es un rescate del Gobierno, sino de los concesionarios que han manifestado su interés en participar.
El proceso de las 234 concesiones cancelables ya está en tránsito, pero sus titulares tienen un tiempo para lo que a su derecho convenga y depende también de los efectos de notificación, ya que se está batallando porque muchos concesionarios ya murieron o la dirección que se tenía de ellos ya no corresponde, por lo que se tiene que surtir otro efecto de tipo legal.
Por ahora, afirma, van en un 70 por ciento con ese trámite efectuado.
Piden más paciencia a usuarios de transporte
Aída Solorzano y su madre Sofía utilizan poco el servicio de transporte colectivo urbano por una razón: es inexistente, afirman.
Entrevistadas mientras esperaban un camión sobre la avenida Tecnológico, afirman que el recorrido de su casa al centro de la ciudad y vuelta lo hacían en dos horas máximo hace años, ahora deben ocupar hasta cuatro horas para hacer lo mismo.
“No sé qué pasó, de repente dejaron de pasar las rutas, cada vez se tardaban más, hasta como estamos ahora, bien separadas y no hay una hora fija, pasan cuando les da su gana”, dice Aída con un tono que refleja la contrariedad que siente.
Acerca del aumento en la tarifa, indica que desconoce para qué lo hicieron, si el servicio sigue igual que antes del incremento.
“Nada más nos ven la cara”, afirma.
El mensaje del director de Transporte para los usuarios como Aída y Sofía, es que las cosas apresuradas, cuando se fuerzan, generalmente se cometen más errores que cuando se hace con la debida oportunidad.
Aunque, defiende, el proceso debe realizarse sin perder el tiempo, aunque sí con oportunidad, trabajo y con procesos.
El siguiente paso, da a conocer Martínez Baylón, es cerrar filas con los concesionarios; los que tengan la capacidad y puedan van a tener concesiones por ruta, pero todos tienen la misma oferta para dar el servicio siempre y cuando demuestren que tienen los recursos para hacerlo, porque habrá quien quiera integrarse, pero a lo mejor no puede.
“A los usuarios les digo que estamos trabajando todos los días de forma intensa, el efecto del tiempo es importante, pero se pueden cometer muchos errores en el proceso, acelerar a veces las cosas es un camino que puede tener muchos riesgos”, argumenta.
Afirma que se hace todo lo humanamente posible para avanzar, pero se depende del recurso económico porque está colapsado el sistema y, además, la autorización de créditos por parte de las armadoras tampoco es tan rápida.