Hace 31 años, cuando María del Pilar Estupiñán Ávalos estaba embarazada, haber tomado medicamento controlado durante sus primeros días de embarazo le trajo una grave noticia: su hijo nacería con una malformación. Así lo vaticinaron los estudios que le practicaron los médicos, sugiriéndole un aborto.
En su desesperación, se hincó en la sala de su domicilio en la calle Arteaga, en el Barrio Alto, pidiéndole al cielo tener a su hijo, que este viviera y a cambio ella prometía el cuidarlo y amarlo como si estuviera sano. Entonces el milagro ocurrió.
Desde hace 30 años, la colocación del Nacimiento de la familia Rodríguez Estupiñán se ha convertido en una tradición familiar religiosa que no solo involucra a los miembros de esa vivienda, sino que se ha convertido en el principal del Barrio Alto, donde año tras año se reúnen fieles que celebran la llegada a este mundo de Jesús de Nazareth… y de su hijo Francisco Javier.
“Me mandaron papeles para hacerme un legrado pero yo dije que no. Sería prácticamente prestarme a que lo asesinaran y no, era mi hijo, ¿me entiende?”, recordó.
Lo que empezó como una muestra de agradecimiento a lo que ella nombra “un milagro concedido”, hoy es una de las puestas de Nacimiento más grandes de la ciudad, en la que se colocan más de 300 piezas relativas a la celebración cristiana.
“Cuando nació mi hijo mi parto fue muy bonito, sin dolor, y cuando ocurrió corrieron las enfermeras con él, porque tenían la orden de agarrarlo y que no lo viera, pero luego regresaron y me dijeron “señora, la felicitamos, tiene un niño precioso, completito”, mencionó.
María del Pilar está casada con Hilario Rodríguez Flores y procrearon ocho hijos, de los cuales sobreviven siete, cinco hombres –entre ellos Francisco Javier– y dos mujeres, quienes estarán sin falta en esta celebración que ya es toda una tradición en el Barrio Alto.
‘Yo prometí esa manda’
Lo que empezó como un acto de agradecimiento y devoción en un pequeño rincón de la sala de la vivienda marcada con el numeral 1047 de la calle Arteaga hoy ha requerido el retiro de muebles en la pieza de tres por cuatro metros, para dedicarla exclusivamente a la colocación del Nacimiento y de un altar a la Virgen de Guadalupe.
“Empezamos en una pequeña esquina, eso era nada más el Nacimiento, al siguiente año salimos a visitar a la familia de mi esposo a San Luis Potosí y nos fuimos trayendo desde otras partes las figuras. Hoy tenemos suficientes para hacer otros tres nacimientos iguales a este”, aseguró.
Las piezas acumuladas, que suman más de mil, se encuentran perfectamente clasificadas, guardadas en una serie de vitrinas que se hallan en la segunda planta del domicilio, donde una habitación fue especialmente habilitada como bodega.
“En mis vitrinas que tengo arriba, en lugar de trastes, yo al quitarlos los limpio y los vuelvo a poner allí, bien guardados, envueltos, y los voy acomodando”, comentó.
Normalmente la familia Rodríguez Estupiñán se lleva un mes y medio para realizar los preparativos de la colocación del nacimiento; sin embargo, por distintas ocupaciones, en esta ocasión tuvo que ser montado apenas 11 días antes de la celebración de las posadas, lo que les obligó a realizar trabajos hasta la madrugada para que todo estuviera listo para las posadas de este año.
El orfanato de los niños Dios
El Nacimiento comenzó con un Niño Dios; sin embargo, a lo largo de tres décadas, la gente ha acudido a María del Pilar para donarle otras figuras, sumando al día de hoy cinco que se encuentran bajo su cuidado.
“No sé por qué me los traen. Por ejemplo, el otro día llegó una señora y me dijo ‘le traigo mi niño porque está muy solito allá en mi casa y yo veo muchos niños con usted’, y bueno, pues le dije ‘bienvenido’”, indicó.
Es tal la colección de figuras de Nacimiento que la familia ya considera la posibilidad de ampliar el espacio para montar el total de las figuras en un meganacimiento a un lado de la casa, donde es probable que el próximo año se lleve el acontecimiento.
El día del rosario
Cada 24 de diciembre, a las 7 de la tarde, la casa de la familia Rodríguez Estupiñán abre sus puertas para recibir a los vecinos de Barrio Alto.
Las fiestas comienzan desde nueve días antes, cuando se realizan las posadas en otras casas de fieles que prestan sus domicilios para recibir a los Niños Dios y mantener viva la tradición.
Pero es durante la Nochebuena cuando cientos de personas provenientes de distintas colonias se congregan en la calle Arteaga para celebrar la noche mayor de la festividad.
“Está aquí tanta gente que se cierra la calle, se rompen piñatas, llegan los padrinos de cada niño Dios, y después de rezar el rosario se reparten los bolos y la cena,
esto ya lo conocen aquí como el Nacimiento del Barrio Alto”, ya la gente nada más pregunta por la señora del nacimiento y se dejan venir para acá”, mencionó con satisfacción.
Falta un par de días para la gran celebración, pero doña Mary no quiere dejar ningún detalle pendiente, por eso se prepara para ir al mercado y comprar todo lo necesario.
“Esta es una tradición mexicana, y aunque las costumbres se pierden nosotros tratamos que se mantengan vivas”, finalizó.
Ella es Graciela, la agente que ayudó a nacer a un niño en el asiento de un taxi
En medio del tráfico y sin más herramientas que su valor y recuerdos de enfermería, la agente vial atendió a una mujer en labor de parto dentro de un taxi; minutos después, el llanto del recién nacido se convirtió en aplauso colectivo
Por Téofilo Alvarado
Colchones, macetas, sillones… no, no se trata del ropavejero, es lo que sacaron de la acequia
Personal de Limpia acude a retirar desechos de la vertiente y sacan toneladas de basura, lodo y hierba; acusan de que es una práctica recurrente de los vecinos en la colonia Barrio Alto
Por Redacción
Rescatan a 11 migrantes y arrestan a seis presuntos secuestradores en Barrio Alto
En operativo llevado a cabo el martes por la FGE se logró el aseguramiento de las personas en situación de movilidad, entre ellos hay dos menores de edad
Por Redacción
Hallan tres cuerpos debajo de plancha de concreto en Barrio Alto
El inmueble en cuestión, es un edificio abandonado situado en la calle Hospital, entre Ignacio Mariscal y Guadalupe Victoria
Por Cristian Torres
