En las entrañas del Hotel Sur hay secretos que se guardan, ahí está lo que quizá pudiera ser considerado como parte de los últimos vestigios de las épocas revolucionarias y de oro de la avenida Juárez. Está ahí un vehículo de principios del siglo veinte, pero también hay vestigios de los años de la opulencia y el juego, del alcohol, de los viejos salones de entretenimiento y de la bonanza.
Fundado en 1919, el Hotel Sur se encuentra en la avenida Juárez con el numeral 215, y desde su apertura fue el espacio predilecto de personajes que incidían en la política y cultura nacional, entre los que se cuentan Álvaro Obregón y José Vasconcelos.
En sus paredes externas, aún hay vestigios de las batallas que se vivieron en la época postrevolucionaria: pequeños orificios de proyectil de arma de fuego permenecen y pueden ser perceptibles a simple vista entre sus muros de ladrillo.
El edificio está construido en dos plantas, en su parte superior, se utilizó siempre como un hotel, hasta los últimos días de su funcionamiento, cuando ya habían pasado los años de su prestigio y era utilizado por personas dedicadas al trabajo sexual y donde un crimen que se registró en sus habitaciones, le llevó al cierre definitivo.
Fotos: Cortesía Juárez del Ayer
En la planta baja del viejo edificio, están los restos de un vehículo Mitchell, de 1913. Se dice que el coche perteneció a un general que además era dueño del hotel, pero que decidió dejar dicho automotor en ese lugar, de manera permanente.
De este vehículo, se dice que quedó atrapado en lo que entonces era la cochera del hotel y tenía salida para la avenida Juárez y el callejón posterior, pero terminó encerrado, luego de que ocurriera la construcción de una tienda departamental en la parte posterior y de locales comerciales en su zona frontal.
Para su mala fortuna, el abandono hizo mella en el vehículo y poco a poco ha sido desmantelado, quedando solamente el chasis.
En la planta baja del hotel aún están los ecos de un viejo casino, allí se mantienen silenciosas y empolvadas, máquinas tragamonedas tipo pinball que datan de por lo menos hace seis décadas y que, al igual que el inmueble entero, permanecen en un deterioro constante.
Fotos: Cortesía Juárez del Ayer
El hotel, aunque es un tesoro, está incluido en el inventario del olvido
Pese a que por su importancia histórica se le incluyó dentro del Catálogo de Monumentos y Edificios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la propiedad, en parte gracias al descuido tanto de las autoridades de los tres niveles de Gobierno como de sus propietarios, forma parte también del inventario del olvido.
Aunque nadie ha hecho el más minimo esfuerzo por sacarlo de su deplorable estado, el Hotel Sur, se encuentra incluido en el Inventario de Monumentos Históricos y Edificios Relevantes, un estudio realizado por el Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, publicado en su primera edición en 2015.
En el documento de investigación realizado por la máxima casa de estudios y coordinado por la doctora en Arquitectura, Elide Staines Orozco (†), se hace mención de que el Hotel Sur, que contaba con apenas 17 habitaciones, está incluido además dentro de los monumentos y edificios históricos catalogados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En el mismo texto es donde se refiere la existencia de un casino en el área del sótano del inmueble, sin embargo, se hace la aclaración de que debido a las pésimas condiciones en las que se encuentra el espacio, el acceso al lugar fue negado por cuestiones de seguridad, por lo cual el dicho casi se llegó a convertir en una leyenda urbana.
Fotos: Cortesía Juárez del Ayer
El inmueble, en ese entonces, estaba registrado como propiedad de la señora María de Jesús M. de Duarte, quien heredó la propiedad a sus hijos.
Hace algunos años, Norte Digital tuvo acceso a imágenes del lugar y se pudo observar que a unos metros de donde se encuentran los restos del automóvil se hallan también varias máquinas tipo pinball de finales de la década de 1960, como la Chicago Coins Pirate Gold, así como otras pertenecientes a principios de la década de 1970, como la Miss-O de la compañía Williams.
Según testimonios de personas que han tenido acceso a las entrañas del Hotel Sur, en el sótano también se encuentra un redondel, área destinada para realizar peleas de gallos, muy comunes como forma de diversión y apuestas durante la primera parte del siglo 20.
No sería raro que en alguna ocasión durante su estancia en esta frontera, personajes ilustres como Álvaro Obregón y José Vasconcelos, cada uno en su oportunidad, quienes fueron distinguidos huéspedes del hotel, hallan tenido contacto con esos espacios destinados a los juegos de azar.
FOTOS: CHRISTIAN TORRES
Atrás han quedado los días donde el olor a tabaco y alcohol, así como la música de época, impregnaban esa estancia, hoy solo queda el silencio y el polvo como únicos testigos de las noches de esplendor del hotel del Sur.
En el 2011, a mediados de junio, el hotel cerró sus puertas en definitiva, luego de que se registrara en una de sus habitaciones el asesinato de una trabajadora sexual, la cual después de haberla asesinado, fue abandonada a una cuadra, en un sótano, dentro de un tambo, en una propiedad en ruinas que años atrás funcionaba como una próspera fábrica, pero que hoy, también está convertida en otra página del olvido, donde la historia también se dejó de contar.
FOTOS: CHRISTIAN TORRES