La ráfaga llegó de improviso, haciendo pedazos los cristales de la puerta, sin posibilidad de un resguardo inmediato.
Carlos Alberto apenas tuvo tiempo para tirarse al suelo y arrastrarse fuera del alcance de los proyectiles, tras recibir los primeros impactos en sus piernas.
Pecho a tierra, el joven repartidor de Didi permanece en el piso, junto al hombre aparentemente ileso que esperaba poco más lejos en el mostrador; una mujer que igualmente esperaba frente al mostrador, logra resguardarse no sin antes recibir una carga de balas.
La adrenalina del momento no permite a Carlos Alberto sentir en ese instante la magnitud de sus heridas, aunque sabe que algo no está bien.
Dentro de lo malo del ataque a la sucursal de Little Caesars, el pasado jueves, lo bueno fue que los ejecutores no entraron a rematar.
Así, el joven repartidor y padre de familia salvó milagrosamente la vida, pero a costa de un gran daño en sus piernas.
Una espinilla rota en una pierna y fuertes heridas en la otra le revelan que su vida acaba de dar un giro de 180 grados.
La espera para el traslado al hospital representó una angustiosa batalla de emociones para Carlos, mientras veía sus piernas desangrarse.
Finalmente fue trasladado al hospital en tanto su motocicleta estacionada en el exterior del negocio, era remolcada al corralón.
Víctima colateral
Carlos Alberto Holguín Peña no fue igual motivo de cobertura periodística como las desafortunadas víctimas mortales de los ataques del jueves.
Pero sí es una desafortunada víctima colateral e inocente del estado de indefensión que enfrenta la ciudadanía juarense.
Con un impedimento para escuchar y para hablar, su condición, sin embargo, no ha sido freno para salir adelante en la vida; con estudios hasta la secundaria y casado ya a sus 24 años de edad, está entregado por entero a sacar adelante a su familia.
Por la mañana se desempeñaba como empleado de maquila y por la tarde como repartidor de Didi; pero ahora su futuro es incierto.
La deuda en Coppel
Con deudas que cubrir como la moto que sacó a plazos de Coppel y otras, su actual condición lo pone en situación difícil.
Su esposa igualmente no escucha ni puede hablar, dedicada por entero a trabajar y atender a sus dos hijas; pero desde el lamentable incidente ha tenido que estar con él al pie del cañón en la clínica del IMSS a donde fue trasladado.
Al saber del atentado y la condición de su compañero, la solidaridad se ha dejado sentir en las redes sociales.
En los grupos de Facebook de Didi Food y Uber Eats se han organizado acciones para apoyar económicamente al joven repartidor caído en desgracia.
Su hermano César Holguín, agradece a nombre de su familia el apoyo económico que evidentemente será necesario.
Preocupados por su salud
Holguín se preocupa por el tiempo que ha transcurrido sin que haya aún una intervención quirúrgica pronta para su hermano.
“Lo que queremos ahorita además de agradecer a la gente que espontáneamente se ha ofrecido a ayudar económicamente, es que su salud esté bien; lleva dos intervenciones de lavado, nos dicen que ya tiene infección pero que aún no lo pueden operar, que hay que esperar como una semana”.
Esperan que alguna autoridad pueda apoyarlos en esta situación, para que tenga la atención puntual que necesita y pueda recuperarse.
“Le estamos pidiendo a Dios que así sea”, comenta su hermano, quien admira su modo de ser y su sentido de responsabilidad con su familia.
Él y su madre se turnan junto con su cuñada para acompañarlo, pues su impedimento para hablar requiere de un intérprete ante el personal médico.
Y a la vez buscan hablar con el personal a cargo para tener certezas que no les han dado; sencillamente quieren garantizar que Carlos reciba la atención necesaria para salvar sus piernas.
“No nos quejamos de la atención que le están dando, pero sí nos preocupa mucho que por dejar pasar el tiempo pueda haber consecuencias; necesitamos que por favor nos ayuden a que por algún descuido luego no nos vayan a decir que hay que cortarle su pierna”, manifiesta con consternación.
Si alguien desea apoyar al joven repartidor para salir adelante, su familia pone a disposición el número de teléfono 656 221-43-60; para apoyo económico se pueden hacer depósitos en la tarjeta 4213 1661 5889 3291 de HSBC.
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