Una de las fechas más esperadas del año es la Navidad, con las cenas familiares, luces y adornos de colores, olores dulces, villancicos, su clima frío que te hace buscar una taza de café o chocolate para mantenerte en calor y una época que nos pone reflexivos sobre lo que pasó en el año.
Sin embargo, pese a que para muchos todo esto es un motivo de alegría, para otros es una temporada que les produce una profunda tristeza y melancolía durante estas fiestas decembrinas y este problema es coloquialmente conocido como depresión navideña, o el “blues de navidad”.
¿Qué es la depresión navideña?
Si los sentimientos de apatía se mantienen por más de dos semanas y está acompañado de otros problemas como el perderle gusto a lo que antes nos encantaban podría convertirse en un Trastorno Afectivo Estacional (TAE), un estado de ánimo depresivo que está asociado a alguna estación o alguna temporalidad del año.
Esta condición puede afectar a personas de cualquier edad, pero es más frecuente en adultos mayores. Tiene síntomas muy parecidos a los del trastorno depresivo, pero está limitado a la temporada navideña y cuyo desencadenante son las propias navidades o coincide con factores ambientales, neurobiológicos y sociales que contribuyen a que uno sea más vulnerable en estas fechas.
¿Cuáles son las causas?
Los motivos por los que la Navidad provoca estos estados melancólicos en las personas pueden ser muy variados dependiendo de quién lo está padeciendo.
Uno de los más frecuentes es echar de menos a un ser querido en estas fechas en las que es tradición reunirse con sus familiares. Sea porque se encuentra lejos de casa o si ya no están, pues los sentimientos de ausencia o pérdida provocan que la idea de felicidad, amor y alegría que asociamos con la Navidad, se esfumen por completo.
En ese sentido, diciembre también se convierte en una época en el que la gente cae en momentos de autorreflexión de preguntarse cómo les fue en el año y caer en nostalgia al preguntarse si hubo pérdidas familiares o una ruptura con su pareja o pérdida de empleo, de situación económico, incluso llegan a cuestionarse si han hecho las cosas bien.
Aunque no haya muertes de por medio, también la sensación de distanciamiento con personas con las que hemos tenido algún conflicto reciente o en todo el año puede resultar muy dolorosa en esta temporada.
También la añoranza de tiempos pasados, en la que quizás las navidades eran particularmente felices y rodeadas de toda la familia, puede intensificarse por el contraste con una realidad más adulta.
De igual manera, el estrés navideño tiende a ser un factor desencadenante, pues con las prisas por encontrar el regalo perfecto, la preparación de la cena, las visitas a los centros comerciales atestados de gente, el tráfico que se incrementan en esta época del año, el gasto excesivo de estas fechas, deudas o dejarlo todo para el último momento, pueden causar malestar y ansiedad.
Mientras que un factores ambientales es que la Navidad es la época de menos horas de luz de todo el año, con las noches más largas y el clima más frío y lluvioso, por lo cual incide negativamente en nuestro estado de ánimo.
¿Cómo saber si tengo depresión navideña?
Si bien es normal sentirse triste unos días, por diversas causas en estas temporadas como una pelea con un familiar o pareja, la depresión es algo completamente diferente. Entre los signos más comunes destaca una tristeza constante, ánimo bajo que sufre casi a diario, la mayor parte del día y se queda por al menos dos semanas.
A eso se le agrega la falta de energía, irritación, malestar, desinterés por realizar actividades que antes nos gustaban, estrés, ansiedad, trastornos de sueño, deja de dormir o prefiere dormir todo el día, mala higiene personal, desaliño, pérdida o exceso de apetito.
Es importante señalar que las personas que han padecido trastornos depresivos con anterioridad son especialmente propensas a sufrir este síndrome, o que sus trastornos empeoren en esta época del año.
¿Cómo puedo prevenirla?
Si bien la depresión navideña en la mayoría de los casos se trata de un bajón emocional importante, pero temporal, es importante atender los primeros síntomas ya que los sentimientos de apatía pueden desencadenar un trastorno emocional más grave y no debe subestimar.
En caso de que la Navidad no se asemeje a la ideal o la más alegre, no debemos sentirnos obligados a conseguirlo porque no sea así y aunque algunas de las causas no se pueden cambiar, enfrentarse a ellas de una manera sana o adoptar ciertas pautas de conducta podría ayudar para prevenir el bajón emocional.
Si lo que nos provoca este malestar es la ausencia de un ser querido, refugiarse en quienes sí están a nuestro lado para recordar con cariño y de manera positiva a esa persona es una alternativa que podría funcionar.
En caso de que el distanciamiento es por un conflicto con otra persona, puede ser beneficioso tratar de pasar tiempo y distraernos con las personas con quienes tenemos buena relación.
También organiza con tiempo y no dejes todos los preparativos para el final, tampoco te encargues solo de todo, puedes pedir ayuda a los demás y delegar o repartir con familiares y amigos aquellas actividades que no nos gustan.
Cabe mencionar que si esta apatía y melancolía se mantiene presente, lo mejor es buscar la ayuda de un profesional como un psicólogo para que te acompañe y ayude a salir de ese estado.
El texto original se puede encontrar en Informe Confidencial, sitio con el que Norte Digital tiene un acuerdo para publicarlo.
¡Ho Ho Ho! 6 libros para Navilovers
El espíritu de la temporada se refleja en cada una de sus páginas
Por Marisol Rodríguez
Reportan plazas comerciales a tope por ventas navideñas
Cámara de Comercio invita a compradores a que elijan adquirir sus regalos en Ciudad Juárez; esta semana las ventas subieron 40 por ciento
Por Carlos Omar Barranco
Luces, colores y estilo: Cómo decorar la casa para Navidad
Inspírate para crear un ambiente cálido y festivo en cada rincón de tu hogar
Por Marisol Rodríguez
Operación diciembre: Cuida tu dinero
Checa estos tips de la CONDUSEF para que tu bolsillo sobreviva a las fiestas navideñas
Por Marisol Rodríguez